11.- Febrero 23 - Día 38 (segunda parte)

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Cuando entré, la habitación de Eunhyuk estaba vacía como siempre, solo estaba el con su laptop en su cama azul. Me volteó a ver cuando entré, una sonrisa cansada se asomó en su rostro.

—Estás empezando a verte como yo.— remarcó mientras asentía al ver mis pants y mi beanie con cierta sorpresa en su rostro.

Me encogí de hombros y me senté en mi silla, subí mis pies a un lado de su cama —Hoy no fue el día de los pantalones ajustados en el apartamento.—

—Creo que para mí nunca hay días de pantalones ajustados.— colocó su laptop a un lado cerrándola con un pequeño clic.

—Bueno no es tan grave.— le dije sonriendo ampliamente. —Tengo algo para ti.—

—¿En serio?— alzó una ceja mientras miraba mi maletín, lo abrí y busqué adentro de el. Estaba muy agradecido por su llamada de la noche anterior. Quería hablar sobre lo que me había pasado, estaba pasando por un duro momento, hacer la cita con el doctor fue difícil para mí, pero si me diagnosticaban de nuevo con cáncer, le diría. Juro que lo haría.

Saqué el dibujo de mi maletín y se lo di en sus manos. —Cortesía de Sammy Murs, Mi favorito, tiene siete años.—

—Excelente trabajo con los colores.— remarcó con una sonrisa y algún tipo de felicidad genuina en sus ojos. —¿Es un paciente?—

—Tiene linfoma, es el niño más dulce que puedes conocer, y es realmente bueno coloreando.—

Eunhyuk trazó la línea de uno de los delfines con su dedo, luego colocó el dibujo en su mesita que estaba al lado de su cama. —Bueno, ¿quien no es bueno coloreando?—

—No he conocido a nadie que sea bueno coloreando y que me guste hablarle a la misma vez.— le dije mientras dejaba escapar un bostezo, me sentía cansado.

El asintió levemente mientras cambiaba de tema. —No dormiste mucho ayer, ¿verdad?—

Le respondí asintiendo mientras cruzaba mis brazos en mi pecho. —Creo que fue obvia la llamada.—

El elevó sus manos en forma de inocencia, sus ojos brillaban con cierta luz. —Oh, ya veo como es esto.. Me necesitas en la noche, y luego en la mañana no soy nada para ti, no te preocupes, no me lastimas.—

—Cállate, no seas tan dramático.— lo golpee en su pierna con mi pie mientras lo miraba.

Me dio una sonrisa traviesa mientras colocaba sus sábanas alrededor de su cintura y se acomodaba en las almohadas que tenía en su cabeza. —No quiero callarme.—

Le saqué la lengua mientras me resistía de darle otro golpe con mi pie.

Me dio una pequeña sonrisa, yo se la devolví en gesto de amabilidad, nuestros ojos se encontraron en una forma tan especial que parecía que mi corazón se saldría de por mi garganta.

—Creo que me gusta más cuando hablamos de ti.— le dije sintiendo una brisa de aire a pesar de que tenía mi chaqueta.

El se encogió de hombros y me miró. —Bueno, ya sabes cómo me siento cuando quieres que te hable de mi.—

Me estaba comenzando a sentir como el, pero no en la forma que el creía. —Nah, pero hablar de ti es mi trabajo.—

—¿En serio?— Preguntó. —Creí que tu trabajo era llevarme a la panadería y darme ricos pastelitos.—

—Tonto.— le contesté dándole una pequeña sonrisa. Me erice un poco, comenzaba a sentir frío en su habitación, mi chaqueta no serbia de mucho.

Sujétame, me estoy cayendo. ( HAEHYUK )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora