10.

1.2K 72 2
                                    

¡Hi pollitos ! Os traigo un nuevo capítulo para que disfrutéis de estas pocas horas de domingo , y empecéis la semana con fuerza . Disfrutarlo ♡♡ Muaki
(Escuchad la canción de la multimedia para una lectura más amena . )
**
Valeria
Era una tarde en la que no paraba de llover. Los truenos de oían a lo lejos , mientras pequeñas gotas de agua resbalaban por mis mejillas como si se tratase de una carrera . Mi vestido estaba empapado , así que corrí hacia el interior del Castillo . Las doncellas me ayudaron a lavarme , frotando con un viejo trozo de tela mi pequeño cuerpo . Las heridas aún sin cicatrizar seguían en mi espalda , y me dolían con el roce del agua . Una vez seca , me ayudaron también a vestirme . Eligieron un vestido de una seda de color turquesa . Aunque no me gustaban mucho los vestidos , este me encantaba , porque resaltaba mi piel blanca y mi pelo pelirrojo . Cuando se marcharon , me mire en el espejo . Odiaba hacerlo , pero acababa a menudo mirándome. Una gran cicatriz me recorría el cuello y bajaba por mi hombro izquierdo hasta mi espalda . Sólo mi madre sabía su existencia , debido a que ella fue la causante . Realmente no recuerdo como fue . Perdí mucha sangre y el conocimiento a los segundos . El Maestre creía que no iba a sobrevivir , nadie lo creía . Mi madre lloraba a mi lado mientras me cogía de la mano . Deseaba soltarsela y golpearla , y gritar lo que cada día me hacía , pero estaba tan débil que me era imposible . Un día abrí los ojos e hice un intento de levantarme . El Maestre , que estaba conmigo , me tumbó de nuevo y llamó a mis padres . No sabían como podía haber sobrevivido a aquello , pero según la gente , era una bendición de los Dioses . Desde aquel momento , los guardias me acompañaban a todas partes , por mi miedo a que me pasará algo . Odiaba no poder decirle a todo el mundo lo que aquella mujer me había echo . Lloraba y lloraba cada noche hasta quedarme dormida . Mi padre entraba todas las noches a mi habitación y se tumbaba en la cama conmigo mientras me acariciaba con sus dedos mi cara y mi pelo . Caricias suaves , pero llenas de cariño . Me susurraba al oído canciones e historias que jamás se cumplirian .
Sonreí a mi reflejo al recordarlo. Enredé un dedo en uno de mis rizos mientras pensaba en el futuro . Un futuro lejos de aquellos muros , de aquella gente , de mi madre . Ya estaba planeando mi huida . La gente pensaría que había muerto , un consuelo para muchos . Pero me partía en corazón cuando pensaba en mi padre . Estaba ya muy enfermo , y casi no se podía mover . El Maestre le daba cada hora un poco de la leche de amapola para que no sufriera . Lo oigo llorar por las noches , deseando poder moverse para venir a mi habitación . Ahora era yo la que iba a la suya . Una vieja sala escondida , llena de objetos inservibles y polvo . Mi padre tosia debido a aquel polvo que volaba , y yo exigi que lo movieran a otra habitación más limpia , pero mis plegarias no sirvieron para nada .
Por fin había dejado de llover y había salido la Luna , rodeada de pequeñas estrellas . Mi padre siempre me decía que cada una de esas estrellas era una persona que ya no estaba en este mundo .
Como cada noche , iba en silencio hacia su habitación . No se me permitía estar allí porque no querían que viera a mi padre en aquel estado , pero quería pasar lo poco que le quedaba a su lado .
Entré en silencio . Estaba dormido , tapado con una gruesa manta de lana. Temblaba debido a la fiebre que se abría paso dentro de él. Me tumbé a su lado , mientras le agarraba su mano con las mías . Aquellas manos que tantas caricias me había regalado , y tanto cariño habían desprendido .
Un movimiento brusco por su parte hacia que me levantará y lo ayudará a incorporarse . Abría sus ojos azules , buscando desesperados los míos .
-Hola mi princesita .- dijo casi sin voz . Estaba demasiado débil . Su piel había perdido color , sus labios estaban agrietados , su cuerpo estaba esquelético y sus ojos estaban hinchados de tanto llorar . Parecía otra persona . Se estaba muriendo .
-¿Cómo estas hoy ?- pregunté aún sabiendo la respuesta .
-Empeoro cada hora , mi niña . Siento como mis huesos crujen cada vez que me muevo , y como mis órganos trabajan cada vez más despacio .
-Eres el Señor del Nido de Águilas , Defensor del Valle y Guardián del Norte . Puedes con todo padre . Yo se que puedes . Saldrás de esta . Te lo prometo .
Las lágrimas se abrieron paso , resbalando por mi cara . No podía imaginarme una vida sin él. Simplemente no podía .
-Mi pequeña niña . Quiero decirte , que aunque no seas sangre de mi sangre , siempre serás mi princesita .- tose con fuerza , echando algo de sangre .
Le seco la sangre seca que se acumula en su barbilla , y vuelvo a agarrarle las manos .
-¿Qué quieres decir ? Tu eres mi padre , simpre lo has sido .
-No mi niña , no lo soy .- unas lágrimas resbalan por sus mejillas .- Tu madre te engendró antes de que contrajeramos matrimonio . Eres una bastarda .
Las lágrimas caían ahora en más cantidad . ¿ Era una bastarda ? No me importaba en ese momento , pero saber que me habían mentido me partía el corazón . Ahora entendía porque mi madre me trataba de aquella manera . Fui un error , un error que le costó el honor .
-No me importa ser una bastarda . Siempre serás mi padre, da igual lo que haya pasado . Eres el único que me quiere , el único que me regala momentos de amor . Por favor , no te vayas , no me dejes por favor .
Mete la mano bajo las sábanas y saca un mineral de una mezcla de colores pardos y amarillentos y me la deposita en mis manos .
-Ten esta piedra siempre contigo . Te proporcionará lo que siempre has querido : libertad . Mi padre me la dio , y ahora yo te la doy a ti . Así llevarás un trocito de mi , allá donde el futuro quiera que estés . Te quiero Valeria , siempre te querido . Nunca lo olvides . "TAN ALTO COMO EL HONOR "
-No por favor . Quédate , quédate conmigo . No te vayas todavía , te lo suplico .... ¡Padre! Despiertate por favor .... no me dejes .....
Y con esas últimas palabras , sus ojos se cerraron y su pecho dejo de moverse. Su cuerpo inerte yacía en la cama , regandole con mis lágrimas , y sin entender, porque le perdí cuando más falta me hacía , cuando más le quería ......

 Su cuerpo inerte yacía en la cama , regandole con mis lágrimas , y sin entender, porque le perdí cuando más falta me hacía , cuando más le quería

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
The Queen in the north [Editando ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora