veintitrés

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Llamaron a la puerta y Peny abrió con rapidez. Llevaban diez días en Los Angeles y Dicky pasaba cada noche por ella.

-No.-escuchó rugir a su padre desde adentro. Bufó, dejando caer la cabeza hacia atrás e hizo pasar a su amigo.-No quiero que salgan hoy.

-Papa, solo es un rato.-dijo ella, mirándolo.

Todos estaban sentados en la sala. Su padre ni siquiera la miró. Ella apretó los labios entre sí con fuerza, conteniendo la rabia, y Dicky la tomó por la cintura, en señal de que debía controlarse.

-Tus manos lejos.-dijo Harry, mirándolo de reojo.

Ella alzó una ceja y miró a su amigo, entonces le tomó el rostro entre las manos y, rápidamente, lo besó. Escuchó el pequeño desliz del sofá y pronto tuvo una mano tomándola por el brazo. Su padre la observaba, furioso.

-¿Qué haces?

-¿Ahora si me miras?-dijo ella, sin gracia.- Genial.

-Dicky, esta noche no.-dijo, en dirección al moreno.

-Pero quedate.-dijo ella, encongiéndose de hombros.- Podríamos tener relaciones, total, ellos se van.

-Suficiente.-le cortó Liam, parándose junto a Harry.- A tu cuarto, Peny.

Ella se zafó del agarre de su padre y se metió en la habitación, cerrando de un portazo. Todos miraron al moreno y esté liberó el aire contenido, metiendo las manos en los bolsillos de su jean.

-Nunca lo hicimos.-dijo, mirando la puerta.- Sólo, no la dejen sola en un departamento como si fuera una mascota. Va a matarse. Así que... es probable que la vea esta noche.

Sin decir nada más, salió del departamento. Harry miró a Zayn y este caminó al cuarto.

-Andate.-escucharon decir a Peny.

-No. Nos vamos. Ahora mismo. Armá tu valija. No vamos a quedarnos en el mismo edificio.

-¿Qué?

-Lo advertí. Rápido, Peny.-dijo el moreno. Ella obedeció y se encaminó a la salida con él.

-Hija.-murmuró Harry, con la voz rota.

Ella se detuvo uno segundos y bajó la cabeza, pero no volteó hacia él. Respiró profundo y tomó mejor la valija.

-Anda con Anna, papá. Apuesto a que a ella la mirabas. Seguro ella fue más importante que nadie. ¿No es así? Todos son más importantes que los que no encontramos lugar en tu vida.

Tras esas simples palabras, salió del departamento y dejó que Zayn tomara una de sus valijas.

-No me cuenten para la cena.-dijo.- Díganles que me surgió algo importante.

...

Zayn se sentó a su lado y ella dejó que la abrazara.

-¿Está mal querer tomar?-preguntó ella.

-Si.-suspiró él, y se puso de pie.-¿Alguna vez lo hiciste?-ella asintió y él tomó un vino. Sirvió dos copas y volvió a su lado.- Si prometes no tomar afuera o sin mi, podemos hacerlo ahora.

-Lo prometo.-dijo ella, dando un sorbo a su copa y sentándose en piernas de él.- Tío, no me gusta.

-¿El vino?

-Dicky. Lo besé para que papá me prestara atención. Él es homosexual. Por eso dejó que lo besara y no le importó que dijera que podíamos tener relaciones.

Su tío vio como ella comenzaba a adormecerse y suspiró, deslizando la mano por su espalda una y otra vez. La chica logró dormirse a los pocos minutos y él la dejó en la cama, tomando lugar a su lado. Apagó los dos teléfonos y permaneció ahí, observándola. Recorrió las muñecas de ella con las yemas de sus dedos y vio las marcas bajo las mangas. Sabía que ella no podía detenerse, que seguía haciéndolo, pero no creyó que verlas le doliera tan profundo. Por más que intentara convencerse de que ella estaría bien, no podía hacerlo.

En medio de la noche, la chica se removió entre sus brazos, violentamente. Luego se aferró a él con fuerza, llorando.

-Papi...-murmuró. Entonces lo miró y se apartó suavemente.-Perdón, tío.

-Tranquila.-dijo él, con voz ronca.- Vení acá. Estoy con vos. No voy a ir a ningún lado.

-Quiero ir con papi.-lloró, hundiéndose en su pecho.- Quiero ser Anna. Quiero estar con papá.

-Ya no lo digas.-pidió él.- No la nombres más. No te mates así. Ya no. Todo tiene solución, ángel.

-Tío, extraño a mi papá.

-No puedo llevarte ahí ahora. Todos están durmiendo. Necesito que tu papá entienda que esto no es un juego. Peny, hay marcas en tus muñecas, él está lastimándote. No quiero que nadie te lastime. ¿Podes dormir?

Ella dejó que la abrazara y se imaginó que era su padre quien estaba ahí, haciendo que su mente se tranquilice y pueda conciliar el sueño. Su tío no pudo dormir, sin embargo. Encendió el teléfono, topándose con todas las llamadas perdidas y los mensajes. Suspiró y besó la frente de ella. Tal vez ese susto haya logrado abrir los ojos de Harry, puede que no tuviera que volver eso permanente, al menos por ahora. Una noche sin ella debería bastar para que entre en razón y abra los ojos. Si. Puede que todo se solucionara luego de eso.

PapiWhere stories live. Discover now