CAPITULO 23

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DEMOLICIÓN

El sonido de la puerta abriéndose me despertó, me sentía incómoda por la posición en la cual me encontraba y las amarras me lastiman la piel, sentía la boca seca y sólo deseaba despertar de esta pesadilla.

Frederick ingresó cerrando al paso.

-Hola Naoli. Cuánto tiempo.

Un sentimiento de desesperación me invade, mis peores temores se hacen realidad. Se acercó a mí y se sentó a la orilla de la cama, traqueando a su peso. Su desagradable olor se metió en mis fosas nasales, limpiaba el sudor que le corría por el rostro con un pañuelo, que luego procede a guardar en un bolsillo de su pantalón.

-Te preguntaras ¿Por qué estás aquí? -Siguió hablando. -Verás, el edificio de la oficina tiene cámaras y me quede con la inquietud de saber ¿Quién nos interrumpió el otro día? Y adivina qué, descubrí nada más y nada menos que fue tu noviecito. Fue una gran sorpresa para mí como podrás imaginar. Me invadió la ira, pensando en la mejor manera de vengarme de él, y bueno, por eso me tome la molestia de traerte.

Se levantó y caminó hacia la ventana mirando hacia afuera con las manos cruzadas sobre su espalda.

Continuó: -Yo te amaba Naoli, sólo que tú nunca me viste. Claro, llega un niño con cara bonita y cuerpo de portada de revista y caes rendida bajo sus encantos. Como sea, eres lo único que encontré con lo cual hacerle daño, y maté dos pájaros de un tiro, me desquitaré también del hecho de que me despreciaras y humillaras. No serás de ninguno de los dos.

Me congelé ¿A qué se refería con que no sería de ninguno de los dos? Acaso planeaba matarme. Frederick mira su reloj y su vista se pierde nuevamente unos instantes a las afueras. Escucho el sonido de maquinaria y murmullos, hay gente en los alrededores y no puedo pedir ayuda.

-Me hubiera gustado divertirme contigo primero, pero la verdad no vales la pena. Para que sepas el edificio será demolido en media hora, han colocado cargas explosivas, mira aquí mismo hay una.

Llevé mi mirada hacía donde él señalaba y pude ver el explosivo, llenándome de pánico.

-Jamás encontrarán tus restos, él nunca sabrá qué fue de ti. La culpa lo carcomerá. - Sonríe triunfal al tiempo que camina hacia la puerta.

-Adiós Naoli, quisiera decir que fue un gusto conocerte pero no es cierto.

Mis ojos llenos de terror lo vieron alejarse, vi a Adam ahora sin el gorro asomarse. Con la mirada le imploré me soltara, pero él bajó la cabeza y le escuché susurrar: -Lo siento.

Ambos hombres se fueron. Marco perdóname, grité mentalmente, lloré de impotencia, sabiendo que pronto llegaría mi fin sin decirle cuánto lo amaba, que no me importaba que fuera un vampiro, que quería estar con él a pesar de todo.

******
Parqueo mi Ferrari a unas cuadras del lugar, la maquinaria de demolición abarca casi toda la calle que se encuentra en frente del edificio. En cuestión de segundos me encuentro al frente del sitio por la parte de atrás. Son las 10: 45 a.m. no queda mucho tiempo.

-Así que nos encontraste.

Escuché aquella voz que hizo que la furia me inundara por completo. Me volteé despacio para descubrir a Frederick junto a su hermano. Me apuntada con un arma. Sonreí,como si eso pudiera detenerme.

-¿Cómo dejaste que te involucrara en esto? -Me dirigí a Adam.

Éste, bajó la cabeza avergonzado.

-Vete al auto, llegaré en un momento, tengo un pendiente que atender.

Adam no lo cuestionó, me miró lleno de arrepentimiento pero era un monigote, haría todo lo que Frederick le pidiera.

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