D i e c i s é i s

54 2 0
                                    

– tú eres Alex, verdad? –escuche una voz un poco grave, me giré sobre mi hombro para comprobar mis suposiciones, era Alison, le dedique una sonrisa y asentí ligeramente– menos mal, qué vergüenza andar así de formal en estos momentos –la oí decir pero solo solté una leve risa.
– la que debería sentir vergüenza soy yo, que a pesar de saber qué personas andan por aquí, vengo con esta ropa –murmuré provocando que riera sutilmente, le di una mirada rápida, un vestido ajustado a su figura, color rojo y algo corto para mi gusto, y unos tacones negros, mínimo 15 cm, solo una chaqueta corta, ni chaqueta, pues se notaba que es un chaleco tejido a mano, elegante– supongo que andar así te molestará, vienes saliendo de tu trabajo?
– si, por suerte hoy me tome la tarde libre, pero usualmente llego a casa pasado las 8:30 pm –expulsó y pasó su mano por sus cabellos cortos, haciéndolos a un lado, allí fue cuando me fijé en su busto, ¡Dios santo! Tragué saliva y desvíe la mirada frotando mi nuca, quizás sea actriz porno, porque ese cuerpo no es normal para una simple.. Yo que se, supongo que secretaria, pero también puede ser contador, trabajar en él área de cobranza, o quizás dando clases por una empresa privada, ¡pero jo-der!– no te preocupes, estoy acostumbrada a que me miren los pechos –expulsó como si eso fuera lo más natural del mundo, provocando que mi rostro comenzará a arder, agradecí que jamás, de la pocas veces que estuve sonrojada en mi vida, se notara.
– bueno, si quieres puedo llevarte a tu casa, te colocas algo cómodo y luego vamos a una cafetería, quizás? Qué opinas? –murmuré, recibí una positiva de su parte y nos montamos, para llevar aquel vestido y todo no le costó nada subirse, le preste mi chaqueta para que se cubriera, aquello me recordó a una vez que Bárbara se subió y andaba con vestido, no pude hacer más que suspirar y luego de sentir sus manos rodear mi vientre, y sus pechos apoyarse descaradamente en mi espalda decidí conducir, escuchando las indicaciones que me daba, que eran las únicas veces en que me olvidaba de que iba con Alison y no con Bárbara.

Una vez llegamos a su casa, yo la espere afuera, no quise entrar y me quede revisando mi celular, agradeciendo que no insistiera, decidí actualizar mi estado de Facebook, nunca lo hacía pero hacerlo de vez en cuando no está mal, no?

Aquí, esperando a por una chica para luego ir a beber un poco.

No supe muy bien porque lo publique de aquella manera, quizás debería corregirlo, pero cuando lo iba a hacer me llego una notificación: Bárbara Hernández ha reaccionado a tu publicación.
Pinche la notificación. Y me di cuenta que había una cara triste, le di a la cara, y me di cuenta que la había quitado, fue.. ¿Una ilusión? O ¿solo lo hace para confundirme aún más? Primero termina con Jackson, luego se viene a vivir conmigo, llevándole la contra por completo a sus padres, y luego se besa con su ex marido en una fiesta, y para colmo, ahora esto.
– hey, Alex, ¿estás bien? –escuche la voz de Alison y guarde mi celular asintiendo, vi que se colocó algo más holgado para arriba, llevaba un jeans ajustado, resaltando su buen trasero, unas zapatillas vans, una camisa a cuadros, rojiza, azul, morada, entre otros colores, me sorprendió aquel brusco cambio.
– estoy bien.. Me sorprende lo.. Distinta que te ves –murmuré, dándome cuenta que hasta su maquillaje es distinto, ahora es más.. Casual, se encogió de hombros.
– puede parecerte mentira, pero no me gusta destacar en absoluto en público, trato de evitar aquello a toda costa –murmuro sonriéndome de manera tímida, al parecer aquel traje elegante le da más personalidad.
– oye, yo opino que deberías colocarte tu ropa de trabajo, ¡se llevó hasta tu personalidad! –enfaticé alzando mis brazos, claramente bromeando, recibí de su parte un suave golpe en el vientre, provocando que ambas riéramos.
– mejor vamos, y así te desahogas un rato –murmuro y se subió sin problemas a la moto, yo me subí después de ella, e igual que antes rodeo mi vientre con sus manos, al llegar a la cafetería, ambas pidimos un café vainilla– bueno.. Soy todo oídos –expulsó dedicándome una leve sonrisa.
– antes que nada, seré directa y clara, eres homofobica? –murmuré mordiéndome el labio inferior, porque si lo era joderia todo.
– te diré un secreto –susurro y se acercó a mi oído, para así susurrar– soy lesbiana. –se alejó con una sonrisa en el rostro, me encontraba demasiado sorprendida, pues no pensé que lo fuera.
– oh.. –murmuré y me quede un rato analizando la situación, porque en ningún momento dio señales de serlo, pobres hombres, de lo que se pierden por serlo.
– hello.. –expulsó pasando una de sus manos delante de mi rostro, la mire y me dedico una sonrisa– no es algo que me interese que el mundo sepa, por eso no lo demuestro.. Ahora.. Cuéntame qué es lo que necesitas desahogar.
– b-bueno.. Es algo difícil ahora que lo pienso, quizás solo quería distraer la mente en verdad –murmuré sobando mi nuca, desviando mi mirada de aquellos ojos tan hipnotizantes que posee.
– tomate tu tiempo –expulsó y se cruzó de brazos, a la vez que pasaba una de sus piernas por encima de la otra, y se dejaba apoyar en la silla.
– me gusta una chica, la conocí hace tiempo atrás, en la escuela, y me enamore de ella, pero luego ella se fue lejos y no pude confesarle mi amor –comencé por el principio, y solté un leve suspiro.
– estas confundida? –pregunto suavizando su rostro, mostrando comprensión en este, y yo asentí.
– la cosa es que, cuando nos volvimos a encontrar, estaba casada, pero ya no, se fue a vivir conmigo, y ayer en una fiesta se besó con su ex marido –di un gran suspiro y frote mi nuca, recordando toda la escena, sintiendo una presión en mi pecho.
– oh.. –la vi asentir, por unos segundos nos quedamos en silencio, y no dejaba de mirarme– quizás ambos estaban demasiado borrachos –negué ligeramente, Bárbara es todo lo contrario a mi, no bebe ni fuma, quizás un trago, pero eso no es suficiente para emborrachar a una persona.
– ella no bebe más de un trago, el problema es que ya no sé si creer en sus palabras, le dijo a sus padres que es lesbiana y sus padres son religiosos a morir, les llevo la contraria, y no sé si fue por mi, pero lo de la fiesta me tiene confundida y no- –no pude continuar pues Alison me hizo callar.
– calma.. Ya entendí tu problema –expulsó dedicándome una sonrisa– lo que necesitas es distraer la mente, es no pensar tanto las cosas, y dejar que fluyan por un camino..
No era consciente hasta hace unos segundos de lo cerca que nos encontrábamos del rostro ajeno, miraba sus ojos, y luego sus labios, al igual que ella hacía lo mismo, por unos segundos estuvimos así hasta que la maldita camarera nos interrumpió trayéndonos el maldito café de vainilla... ¿Desde cuándo maldigo a alguien por no poder besar a alguien ajeno a Bárbara?

Te reto a que me ames [en pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora