O c h o

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Al siguiente día me levante temprano, no se me ocurrió preguntarle a qué hora vendría, para mí suerte no tenía nada importante que hacer, me di una ducha rápida y luego pase a prepararme el desayuno, me sentí emocionada, la volvería a ver, cerré mis ojos recordando cómo se veía ayer, sin duda se veía hermosa, ella lo es, claro.. Un momento, eso me hace ser lesbiana? O para considerarse hay que tener una relación con alguna o muchas? Eso no importa! Miraba la hora cada cinco minutos, pero no llegaba, decidí sentarme a ver un poco de televisión, pero sinceramente nada llamo mi atención, si un gran suspiro y comenzaba a perder las esperanzas de que viniera, no se cuanto tiempo pasó, y mi estomago rugió, plocamando que tenía que alimentarlo, tenía que ir a comprar algo para comer, vacile por largos minutos sobre si ir o no, finalmente decidí hacerlo, no podía permitir que Bárbara llegara y me encontrara sin comida que ofrecerle, me dirigí al supermercado más cercano, agradecí que mis padres decidieran ayudarme con un poco de dinero mientras conseguía empleo en algo, no es que me gustara ser una mantenida pero nunca está malo recibir un poco de ayuda, al terminar de comprar todo, me di cuenta que iban a ser las 2:30 de la tarde, por lo que me fui lo más rápido posible a casa, quizás me reproche por no haber estado allí, o por qué me demore tanto en el supermercado, quizás se enoje conmigo y no quiera hablarme más, o quizás lo comprenda.

¡Vaya sorpresa! No había nadie afuera.

Sentí una presión en mi pecho y di un leve suspiro acomodando mi cabello a un lado, realmente piensas que le importas? Luego de que se fue por tanto tiempo y ni siquiera se comunico contigo, vamos! Ni siquiera tu numero de teléfono te pidió anoche, eres una ilusa.
Respire profundamente y suspire pesadamente abriendo la puerta de la casa, sin muchos ánimos, iba a cerrar la puerta cuando me di cuenta que alguien estaba interfiriendo, me giré para ver quién era, y mi corazón comenzó a latir rápidamente al darme cuenta que era Bárbara.

– traje.. Emm.. Algo de comer –expulsó mostrándome las bolsas, notándose a lo lejos que era comida china, la oí soltar un suspiro cuando se dio cuenta que no hablaba, quién sabe qué expresiones tenía en ese momento– yo.. Emm.. Lamento no haberte dicho a la hora que vendría, realmente lo lamento, pero no quiero que te enojes conmigo, es lo último que quiero.. Puedo.. Pasar? –pregunto, fue en ese momento que se me ocurrió una idea.
– no puedes entrar –recordé que tenía una mesa a un lado de la puerta, en su rostro pude notar tristeza, y decidí entrar por unas sillas.
– b-bueno.. Entonces supongo que.. Lo mejor será irme –murmuro y me quedo mirando al ver que salía con un par de sillas– que.. Haces con esas sillas?
– no puedes entrar, adentro es muy pequeño para que comamos, mejor hagámoslo aquí afuera –tome la mesa y la desplegué colocando las sillas de tal forma que nos miráramos– caíste en mi trampa –solté una leve risa, ella solo me sonrió y colocó las cosas en la mesa, volví a entrar para buscar un par de platos y cubiertos, todo lo necesario para que tuviéramos una charla agradable fuera, o para eso pensé que había venido.

[...]

– estás hablando en serio?  En serio te pasó eso? –pregunte con sorpresa ante la confesión que me acababa de contar mi ex compañera de curso.
– si, estoy hablando en serio, por qué estaría bromeando contigo? –expulsó riendo ligeramente para luego tomar un pequeño sorbo de bebida.
– hay una duda que tengo desde que te volví a ver.. –murmuré y di un leve suspiro para luego mirarla– por qué volviste? Si allá tenías una vida de reina por decirlo de alguna manera?
– mis padres – se limitó a decir, el tono en el que lo dijo.. Me dejó intrigada, por qué estaba triste?
– por qué estás triste de pronto? –pregunte mirándola fijamente.
– debes estar alucinando Alex –expulsó soltando una leve risa, bastante fingida.
– puedes confiar en mí Bárbara –volví a insistir, esta vez tome su mano mirándola fijamente.
– estoy casada Alex –deje de respirar por unos segundos, de verdad está diciendo esto o solo es una estupida broma?– volví aquí por qué mis padres me.. Sugirieron casarme –casi podría asegurar que iría a decir otra palabra, sería bueno que ahora alguien me empujara al vacío, que cortaran aquel hilo del cual Bárbara me sostiene, pero sé que solo yo puedo hacerlo, y no quiero, por un momento, las palabras que me dijo cuando la traje borracha, pensé que eran ciertas, por el dicho un niño y un borracho son los únicos que jamás mentirán, pero hoy comprobé que ese mito es mentira.
– en serio? –la mire fijamente, tratando de buscar su mirada, pero no hacía más que esquivarla– y con quién te casaste?
– con.. –vi cómo se mordió el labio antes de soltar el nombre del susodicho- Jackson.

Por qué me sentía estafada? Quizás lo mejor sea alejarme de ella y olvidarme de todo sentimiento, sepultar cada pedazo de amor hacia ella que quede, por qué siento que esto no me hará más que sufrir, fue entonces cuando me di cuenta que mi boca comenzó a hablar sin pensarlo.

– no podemos ser amigas –pude ver en su rostro sorpresa, yo estaba igual que ella, solo que estoy casi 100% segura de que mi rostro no expresaba sentimiento alguno.
– q-qué? P-por que lo dices?! –exclamó, no supe en qué momento me levanté, pero ella me imitó, mi mente estaba hecha un lio, recordé todo lo que sucedió antes de que ella se fuera, sentía una presión en mi pecho peor que cualquier otra cosa que pudiera sentir, y sentía, que si no comenzaba a ser honesta conmigo misma no podría ser honesta con nadie más– dime por qué Alex! –su voz fue autoritaria, como la segunda vez que cruce palabra con ella, cuando la profesora nos colocó juntas a hacer los trabajos, debería arriesgarme, y si piensa que estoy loca, al menos será una buena razón para que se aleje de mi.
– por qué estoy enamorada de ti.

Te reto a que me ames [en pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora