Capitulo 9

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Capitulo 9

El agua caía como cascada sobre mi cuerpo, relajándome al pasar. Había pasado todo lo que restaba del día con Maya, hablando sobre cosas sin sentido y de… Harry. Ella nunca me dijo lo que pensaba sobre lo que Harry hacia conmigo, solo me escucho y hacia bromas de todo lo que le contaba. Eso me agrada de ella.

Después de unos treinta minutos en el agua, cerré el grifo y comencé a secar mi cuerpo. Tome una bata de baño y me dirigí a mi cuarto. Cepille mi cabello y aplique un poco de acondicionador para dejarlo suave y lacio. Abrí el closet tomando conmigo un par de bragas, un corpiño y un par de shorts rosas con una blusa negra para dormir. Los coloque en mi cuerpo y me dirigí a la cocina. Tome una botella de agua y camine devuelta a mi habitación. Coloque la botella sobre la mesita de noche y me metí entre las sabanas. Eran las 11:05 de la noche y yo no tenia ni un poco de sueño. Después de durar alrededor de cuarenta minutos dando vueltas en la cama, caí en un profundo sueño.

***

Al día siguiente

Abrí los ojos cuando sentí como los rayos de luz entraban por mi ventana. Me senté en la cama, estirándome perezosamente para después caminar al baño. Hice mis necesidades y cepille mis dientes. Salí del baño y me dirigí a la cocina para prepararme una taza de café. Hoy era martes así que este día me dedicaría a buscar un empleo. Tome mi laptop junto mi taza de café y me senté en el sofá. Teclee en Google “Daily Express” que es el nombre del periódico internacional de Londres y estaba segura que si buscaba bien encontraría un empleo. No pasaron ni cinco minutos cuando alguien llamo a la puerta, fruncí el ceño y mire el reloj que se encontraba en la pantalla del ordenador. Eran las 8:25 de la mañana, ¿quien seria a esta hora?

Me levante perezosamente del sofá y abrí la puerta, para encontrarme nada menos y nada mas que con mi morenita preferida, Maya.

-¡Buenos días Lily! –dijo Maya alegre como siempre.

-Buenos días Maya, entra –dije para sentarme de nuevo en el sofá.

Maya entro y cerro la puerta tras de ella para después tomar asiento a mi lado.

-¿Que haces? –pregunto curiosa Maya a la vez que recargaba su cabeza en mi hombro.

-Buscando trabajo –dije tomando un poco mas de mi café

Maya se paro de un brinco haciendo que derramara café por el piso y en mi pijama.

-Maya –dije quejándome y limpiando mi ropa con una servilleta.

-Oops, soy una tonta, lo siento –dijo haciendo pucheros.

La mire y sonreí moviendo mi cabeza de un lado para otro. Ella nunca cambiara y es por eso que soy su amiga.

-No te preocupes, ya me acostumbre –dije levantándome para dirigirme a la cocina por un trapo para limpiar el café del piso.

-Por eso te amo –dijo mostrando esas perlas blancas que tenia como dientes.

Volví con el trapo en la mano y comencé a limpiar el desastre. Cuando termine me pare y Maya dijo.

-¿Necesitabas ayuda? –dijo Maya traviesa.

-No, ya no –dije fulminándola con la mirada y camine hacia la cocina.

Lave el trapo y lo deje secando para después regresar a la sala.

-¿Y se podría saber porque saltaste como loca? –dije sentándome en el sofá.

-Ah si –dijo Maya recordando el motivo por el cual hizo lo que hizo- ¡ya no busques empleo! ¡Te conseguí uno!

-¿En verdad? –dije levantándome de un brinco del sofá.

-¡Si! –dijo Maya emocionada- en la librería donde trabajo.

-¿En verdad? –repetí.

-¡Si mujer si! Ahora vete a tu cuarto, date un baño y ponte algo decente porque si no llego en veinte minutos al trabajo me despedirán y ni tu ni yo tendremos empleo.

-Pero…

-Nada de peros señorita, al baño –dijo Maya interrumpiéndome y haciendo que diera vuelta para dirigirme al baño para después pegarme una pequeña nalgada y echarse a reír.

Me di el baño más rápido de la vida y corrí al armario. Saque ropa interior limpia, unos vaqueros oscuros ajustados a mi cuerpo, una camisa de mangas largas color beige abotonado y un par de botas debajo de la rodilla color chocolate. Cepille mi cabello y lo seque dejando que unas ondas se formaran en las puntas para después tomar un pasador y tomar un poco de cabello para ponerlo en forma de bombita y atorarlo en mi pelo (como en la foto).         

Puse un brillito sabor a melocotones sobre mis labios y un perfume del mismo sabor sobre mi cuello. Tome mi bolsa junto con mi celular y salí a la sala. Maya estaba sentada en el sofá tecleando algo en su celular para después voltear ha verme y sonreirme.

-¿Lista? –me pregunto poniéndose de pie.

-Lista.

You are mine (EN PAUSA)(EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora