Prólogo

14.9K 754 371
                                    

— ¿Sabes que en Inglaterra será todo diferente? — dijo su jefe mirando la cara serena de la chica — Podrás empezar una nueva vida.

—Pero siempre atada a ustedes — Una comisura de sus labios se levantó a muestra de sarcasmo — qué sentido tiene esa "realidad" — alzó sus dedos para hacer unas comillas en el aire.

—Mira, no te pido que lo aceptes de inmediato, pero puedes irte acostumbrando a olvidarlo a él — los ojos cafés de la chica miraron duramente un momento a los azules de su jefe — Por el momento, te encuentras mal y debes ir sanando lentamente.

—No hay nada malo conmigo — La chica lo dijo siseando con los dientes apretados, le dolía recordar lo que había pasado — ¿A qué hora vienen por mí? Quiero largarme.

— ¿Ya tienes un apartamento donde quedarte? — Su tono cambio para retar a la chica, le encantaba hacerlo, su carácter era muy frío, pero cuando la molestaba sus impulsos podían llegar a dominarla.

—Es algo que no te incumbe, George— George iba a contestar cuando en la puerta apareció el cuidador de la chica, ella miro al hombre que se había recargado en el marco de la puerta.

La chiquilla lo observo inmediatamente, era un hombre alto que en su mano llevaba un paraguas azul con mango de roble, traía puesto un traje bastante caro <<Trabaja en el gobierno británico — pensó la chica para sus adentros — Además tiene un hermano menor, mmm quizá unos siete años mayor que él. Ya sé quién eres >> El regordete hombre se le quedo viendo, analizándola, ya se conocían, pero nunca pensaron que tendrían que aguantarse hasta llegar a Londres.

—¿Por qué él? Habiendo muchos otros en la CIA, tuvo que ser justamente ¡él! — La chica lo señalo con un poco de reproche a su voz.

—No es que me agrade también ir contigo, Srta. Collins —Dijo el hombre regordete con una sonrisa falsa — Pero por el momento, tendremos que soportar nuestras presencias.

—Bueno, pues será mejor que me apresure para que mi tortura termine rápido — La castaña arrugo la nariz levantándose de la silla en la que había estado por horas —Será mejor que no me molestes Holmes...

—¿Por qué lo haría? Ni que quisiera matarte — Dijo Iceman cuando la chica paso al lado suyo, a lo lejos escucho una risita que emanaba sarcasmo puro.

Caminó por el pasillo dejando ondear su abrigo color negro, en el camino pensaba dónde rayos iba a vivir llegando a Londres, cosa que no había pensado quizá por la angustia o por la falta de interés.
El hombre regordete venia pisándole los talones de manera particular, le recordaba mucho a su hermano pequeño cosa que no solía pasar muy a menudo. Pero ella era la excepción.

—Nunca pensé que tendría que ir contigo... Mycroft — Siseo la chica casi atragantándose con su propia saliva, al decir el nombre del hombre.

—Ni yo — Mycroft lo pensó dos veces antes de mencionar el nombre de la chica — Brigette. Pero por lo menos sabemos que no matarás o pelearás con alguien en el camino.

—Me alegra que me tengan ese tipo de confianza —Brigette arrugo su nariz, Mycroft tuvo una pequeña sonrisa ante tal comentario.

—No tienes donde vivir ¿verdad? — Mycroft tomó a la chica por el brazo para que lo mirara.

—Eso, Mycroft, como se lo dije a George... No es de tu incumbencia — Su tono era meloso, casi le hizo recordar al enemigo de su hermanito.

—Bien... Entonces deja que tu orgullo te haga vivir en las calles — Mycroft abrió la puerta para que Brigette saliera a la pista de despegue donde la esperaba un Jet color blanco.

My Reflection (Sherlock) (En edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora