V I E R N E S. 22:30 H.

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     El estómago del pequeño comenzó a rugir. Con los ojos completamente abiertos miró a JongIn, el cual tenía la cabeza suavemente recostada sobre la pared del ascensor. Sus ojos estaban cerrados, «Debe estar durmiendo, no habrá escuchado a mi estómago... Que alivio, menuda vergüenzaPensó KyungSoo y con una mano sobre su barriga, dejo caer la cabeza hacia atrás, miró al techo y suspiró. Tenía mucha hambre.

– ¿ Que fue ese ruido ? -dijo el moreno de pronto-.

– ¿ Que ruido ? Te habrá parecido -se molestó en mentir el otro joven, ahora mirando hacia la pared de su derecha, la cual estaba tan cerca que rozó su nariz-.

– Oh, vaya -contestó mientras abría su mochila- yo tengo por aquí un poco de comida que había preparado, pero supongo que no querrás. No viniendo de un plebeyo como yo -sacó un sándwich y empezó a comerlo, bajo la suplicante y dolorida mirada del pequeño- ¿ seguro que no quieres ?

– No tengo hambre... -mintió-  además, yo también tengo comida, así que no te "preocupes" por mi -volvió a mentir, la verdad es que no había comido nada desde el desayuno y el único almuerzo que se trajo fueron 20 euros, sabroso-.

– Como quieras -dijo, dando un nuevo bocado al sándwich de pollo que llevaba entre las manos-.

– Si... -esta vez el rugir de su estómago resonó por todo el espacio, su rostro se volvió de un oscuro todo rojizo- mierda... -murmuró-.

– Toma -dijo, extendiendo la mitad del sándwich hacia el pequeño. KyungSoo se mordió los labios, atrayéndolos hacia dentro- vamos, no tengo todo el día.

– Gracias -dijo, todavía con tono de superioridad, extendió su brazo para cogerlo, pero no llegó-.

– Tendrás que levantarte enano, no soy tu esclavo. No esperes que yo me acerque.

     El rostro del pequeño se volvió a colorar, soltó un gruñido casi insonoro. La distancia que los separaba no era de más de 1m. Se puso de pie y dio un paso hacia delante, el único que le hizo falta para tropezarse con su otro pie y caer de rodillas ante el moreno, a 1m de distancia. Quería morirse, acababa de hacer el ridículo ante Kai, que seguía con el brazo extendido.

– Tomalo, va -se quejó, sin darle importancia a la vergonzosa caída de DO-.

– S-si... -bufó y fue a gatas hasta el moreno, cogió el trozo de pan y lo metió en la boca. Retrocedió, ahora la distancia entre ellos era de 0,5 m- gracias.

– No hay de que -bostezó- si quieres agua hay una botella dentro de mi mochila -señaló la bolsa, que estaba a escasos centímetros del pequeño- ahora, si no es mucha molestia para el Señor DO KyungSoo, yo voy a intentar dormir, a ver si este día pasa mas rápido -dobló su chaqueta dos veces y la colocó sobre el suelo, apoyo la cabeza sobre ella, usándola como cojín-.

– Tienes mi permiso -dijo burlón-.

[EDITADA] ❣️|| Tres días encerrados. [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora