Capítulo 20: El momento más vergonzoso de mi vida

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-Es verdad -dije- lo mejor que puedo hacer es... ontentar que esto funcione. Así que, cuentame un poco de ti, de la tribu, tu padre, ese tipo de cosas... - Era la primera vez que utilizaba el método "gentil" para obtener información pero no había de otra, debía saber por qué todos aquí estaban tan locos y cómo hacer para salvar a mis compañeros.

-Bueno, ¿Que puedo decirte? Soy Otto, tengo dieciocho años, tu serás mi segunda esposa y soy huérfano de madre.

-¿Qué le ocurrió a tu madre?

-Enfermó hace unos años - contestó menos animado que antes.

-Lo siento.

-Odio esa frase -susurró más para si mismo.

-¿Qué?

-¡Que odio esa frase! Nadie siente lo que yo, nadie vió a su madre morir lentamente en sus brazos. -Comenzó a arrojar cosas y a golpearlas, este no era el rumbo que quería pero debía continuar.

-¿Crees que no lo se? A mi madre la asesinaron junto con toda mi tribu, ¡Ni siquiera pude despedirme de ella!

Él me miró con el ceño fruncido pero poco a poco fue alojándolo.

-¿De verdad?

-Si, de verdad. Esos chicos que van a sacrificar son lo único que me queda -dije señalando hacia afuera y con la voz tensa y entre cortada- no queremos hacerles mal ¡Sólo queremos saber qué ocurrió y detenerlos!

-¿A quienes?

-A los seres blancos. Seres demoníacos que vienen de detrás de la muralla. Aquellos a los que ustedes llaman dioses que ,por cierto, ¡No lo son! Si lo fueran ¿Adivina qué? ¡Maté a varios dioses! -Bien, el plan de fingir ser simpática se me había ido de las manos, esto más bien era un confesionario de la verdad aunque me satisfacía el hecho de que él estuviera creyéndome.

-¿Eres una asesina? - preguntó retrocediendo. De acuerdo, no debí haberle dicho eso, ahora pensaba que lo mataría.

-Sólo hice justicia. Maté al que debía.

-¿Tu mataste a nuestros cazadores?

Estaba en aprietos, no podía decirle que si pues los cazadores no me habían hecho nada que mereciera la muerte, incluso Naiala dijo que fue un error.

-No se a quienes te refieres. No maté a nadie de tu tribu.

-¿Vas a matarme? - preguntó casi sin voz.

-No. Pero necesito tu ayuda para rescatar a mis amigos.

-Te dije que eso no se puede.

-¡Pues podremos! -dije alzando un poco la voz- no me quedaré de brazos cruzados mientras los matan.

-Bien, pero te pediré algo a cambio.

-Dime.

-No matarás a nadie de mi tribu.

Sabía que no se podía. No sabía desde cuando tenia tanta facilidad para acabar con la vida de ciertas personas pero la situación lo requería.

-Bien, ¿Tenemos un trato?

-Trato, ¿Qué debemos hacer?

-Liberarlos. La única alternativa es distraer a los guardias y nos marchamos.

-Si, pero después de su intento no volverán a cometer el mismo error.

-Lose, pero no se me ocurre otra cosa... Espera.

-¿Qué ocurre?

-¿Conoces a Naiala?

-Se quien es, ¿La conoces?

ILKERS: El inicio de la nueva leyendaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن