Capitulo 5: Silencio

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Al día siguiente estaba decidida, me alimentaría bien y sería con carne de algún pajarraco o pecesillo que se me cruzara. Me levanté enérgica, tomé mi lanza, cuchillo, bolsa de cuero atada mediante una cuerda a mi cintura y el abrigo de piel lo dejé en la cueva, el tiempo estaba muy agradable. Caminé en paralelo a la tribu pero llendo al lado opuesto del campamento de Kenai mientras pensaba:"¿Qué más da si mato a esa criatura inocente? Yo soy superior, necesito alimentarme, ¿No es así? Aunque esa criatura podría tener chiquillos ¡No me importaría! Incluso si los pequeños quedan huérfanos, ¡Casi como yo! Pero eso sería mejor, más carne fresca y débil para mí, sí..." a medida que pensaba los ánimos se desvanecían poco a poco pero ya era de mediodía, mi estómago comenzaba a rugir y era ya el 4to día que no me alimentaba bien, no podía esperar más. Oí un aleteo, era hora, apunté lenta y sigilosamente mi lanza hacia el cuervo que tenía frente de mi, simplemente estaba allí parado en una rama con poca distancia entre nosotros, sus ojos parecían estar mirando a la oruga que estaba cerca de él, si esperaba a que la atrapase el cuervo sería mío. Avanzó de a saltitos acercándose más a su presa y yo le apuntaba a la mía, se acercaba cada vez más y más. Perfecto, ya lo estaba comiendo, era mi oportunidad. Estiré mi brazo hacia atrás y con un movimiento circular tomé impulso, estaba a punto de soltarlo pero me detengo al oír algo. Estaba lejos asique no lo distinguí bien pero el cuervo pareció haberlo oído mejor que yo porque se fue volando hasta hacerse inalcanzable.

Decidí moverme para averiguar qué era ese extraño sonido que provenía de la boca de una mujer, " ¿Mujer? No hay tribus cercanas y nadie vive sólo en en la selva, además parecía un sonido demasiado grave asique no puede ser de mis compañeras, es de una adulta y de la tribu, seguro pero no puedo ir allí, creerán que intentaba robarme algo pero, al cuerno, quiero averiguar qué es" pensé y entonces me dirigí al camino dónde me acercaba a la tribu cautelosamente, no quería que un cazador me viese en su zona ya que eso, también estaba prohibido aunque ni siquiera recordaba dónde estaban las zonas de caza. Escuché más sonidos de personas que estaban... ¿gritando?¿Por qué estarían gritando? A medida que me acercaba notaba que no eran gritos de cuando ves una tarantula o algo que te asuste, más bien era un grito desgarrador, estaba preocupada cuando estaba por llegar y me detuve "¿Qué tal si esto es una prueba para que vayamos y nos exilien? Eso tiene sentido, menos bocas que alimentar y como no somos cazadores expertos nos comerían los depredadores de un momento a otro." intenté calmarme y alejarme de aquellos sonidos escalofriantes, me aferraba a la idea que sólo era una prueba que debía superar pero eso no alcanzaba, ¡Toda la tribu estaba de acuerdo con el plan! Porque nunca se cansaban de gritar, parecían interminables, incluso debí cubrirme los oídos pero igual los escuchaba. Me rugía el estómago y recordé que no había comido nada y ya era el mediodía, fuí a la cueva y comí los pocos frutos que había encontrado la noche anterior. Los ensordecedores gritos fueron apagandose de a poco. "Realmente actúan bien, por un momento creí que los estaban atacando, pero eso es imposible, estamos en paz con todas las tribus conocidas y no creo que una tribu lejana venga a atacar, además Lía lo habría advertido, su nueva tribu está antes que la nuestra. Lía... seguramente ya está con mamá aunque es raro que le hayan permitido venir a visitarnos, ella creo que es la futura líder de esa tribu que ni siquiera recuerdo su nombre. A no ser que se haya escapado pero Lía no haría eso, de otro modo desataría una...idiota" me levanté tan rápido que incluso me marié un poco y comencé a correr con todas mis fuerzas, pero no a la tribu, al lugar de encuentro con los demás, si todos escucharon lo mismo que yo puede que estén allí. Oí un ruido fuerte que no pude distinguir qué era y luego cesó todo ruido existente pero yo seguía corriendo, no me detuve por nada del mundo.

Comencé a reconocer los árboles a mi alrededor y me detuve, miré hacia todos lados. Nada. Intenté oír a lo lejos. Nada. Ni siquiera los pajarillos cantaban , toda la selva estaba en pleno silencio. Me obligué a esperar a alguien en nuestro punto de encuentro; 1...3...5... minutos. Suficiente, debía ir a ver qué estaba ocurriendo aunque fuese sola. No corrí, si había enemigos allí no debían descubrirme, mientras caminaba con una mano sujetaba con fuerza la lanza y la otra instintivamente se me iba al cuello, precisamente al collar que me dió mi madre. "¿Lía qué has hecho?"

ILKERS: El inicio de la nueva leyendaWhere stories live. Discover now