Capitulo 7: Sofia,Zed y Eidan

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Inmediatamente mis ojos se fijaron en Sofía quien respiraba mucho y muy rápido mientras la catarata de lágrimas volvía a su cauce. Se abrazó a la primera persona que estaba a su lado, yo, me sorprendí que lo haya hecho porque yo no lo hubiese hecho y menos con ella, no era mala chica pero no tenía mi total confianza. La rodeé con un brazo apenas tocándola mientras miraba el cadaver de Maelys, su cabello ondulado y despeinado con sangre seca, ojos abiertos y con expresión de terror, boca también seca, manchada de sangre y abierta y con algo nuevo que no me había fijado en los otros cadaveres, tenía no solo tajos en el pecho, tambien tenía un agujero negro del que había salido la sangre. Nunca había visto una herida así, me pareció en verdad extraña. Miré a los demás quienes sólo se concentraban en Sofía o en la cara de lo que era su amiga imaginando todo el dolor que habrá sentido, menos Eidan y Ciro. Ellos al igual que yo parecía que examinaban la herida porque sus ojos estaban puestos en el pecho y su ceño estaba fruncido y aunque fuera Eidan no creía que fuera tan pervertido como para ver el pecho de una persona muerta por placer y Ciro es muy inteligente, podía ser que al igual que yo haya estado analizando la situacion.

Medio empujando a sofía para que se aparte del cadáver continuamos camino y yo aún la tenía pegada a mí, Thais me ofreció una molesta mirada pero ¿Qué esperaba?¿Que rechaze a una chica amable que está destrozada? Además ella se aferró a mí, yo nunca la busqué y al parecer las cosas entre Thais y yo no andaban para nada bien y lo peor era que no tenía idea de la razón, yo no habí hecho nada malo, que recordara. Ah sí, rechazé su ayuda antes del tirual, pero dudaba que todo su enojo se debiera a eso.

-¿Por qué nos pasa esto, Mara? -susurró Sofía con su cabeza aún apoyando su peso sobre mí, ¿Qué podía responderle? Todos teníamos esa misma pregunta.

-No lo sé, pero lo averiguaremos -respondí serenamente, sabía lo que se sentía estar perdida, sóla, desesperada. No era la primera vez que sentía eso y sabía como debía actuar.

-Sé que no somos amigas pero, ¿Podríamos charlar un rato? -mientras dijo eso me miraba con ojos cristalinos donde aún había lágrimas intentando salir, supuse que no quería seguir pensando en su amiga pero me sorprendió lo directa que fue.

-No soy buena en las conversaciones - era cierto; Zed, Thais, Lía y mamá eran las únicas personas con las que hablaba fluidamente y sin problemas. Iba a responderle que no pero luego vi esos ojitos suplicantes y negarme no era una opción- pero... puedo intentarlo -sonrió, había algo en ella que, a diferencia de los demás me hacía querer ayudarla o protegerla, no tenía idea de la razón pero ¿Qué más daba? Solo era una charla y podría despejarme a mi también.

-Cuéntame algo de ti -dijo un poco más animada.

-¿Qué puedo contarte? -respondí mirando todo a mi alrededor, debíamos estar alertas. Más que nada yo, los demás aún o estaban muy convencidos de lo que hacían.

-Lo que gustes, estaré feliz de escucharte. Si quieres puedes comenzar presentándote.

-De acuerdo, mi nombre es Mara.

-¿Por qué te nombraron así? -esa chica me hacía gracia, no le costaba para nada sacar temas de conversación o realmente estaba desesperada por despejar su mente.

-Mi mamá me contó que mi papá siempre quiso tener una hija llamada Mara -"mamá..."

-¿No tenías una hermana?

-Sí -tragué fuerte- Lía.

-¿Por qué no la nombraron Mara?

-Creo... que mi mamá quería una hija llamada Lía. -"Lía..."

-Entonces, tu papá habrá estado feliz cuando naciste -¿No notaba que esa charla no me ayudaba? No, no lo notaba. Era demasiado inocente, además debía aceptarlo.

ILKERS: El inicio de la nueva leyendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora