Historias Cortas. -//futbolistas//-

Nicolás Blandi. -parte 2.

— ¡en la cocina! —dijo y camine hacia ahí.

—hola, hermosa. —la bese.

—hola amor, ¿todo bien? —preguntó al ver mi cara de cansancio.

—no.

— ¿queres hablar?

—es que, en serio trato de dar todo. Pero, a veces no puedo, entonces caigo y ya no puedo levantarme. Me canso de esto.

—ey, amor, tranquilo. Es solamente esta etapa, estás terminando de acostumbrarte a este equipo. Es como cuando tenes un mal día y pensas que todo va a estar mal siempre pero no, al final del día es solo eso, un mal día. Sos una persona excelente, un jugador excelente. Basta de tirarte abajo, ¿si?

— ¿porqué sos tan hermosa? Te amo mucho ¿si? Gracias. —dije y la bese. Y ella tenía razón, al final del día solo es eso, un mal día, y ella mi salvación.

—sabes que te amo mucho.
Dijo y me abrazó.

    Ahora la casa está vacía, pero llena de recuerdos.

...

    Estoy en frente del club que dejé hace seis meses, no dije nada que volvía, se siente bien estar acá.
Entre y divise a los chicos sentados, el presidente y vicepresidente se acercaron a mi, cuando los salude, me acerque a los chicos.

— ¡no! ¡mira quien vino! —se levantaron y Pipi aplaudió.

— ¿qué haces, Buffa?

— ¿porqué no nos avisaste, loco?
Abracé a Pipi y Buffa que estaban en mi mesa, los demás estaban desparramados por otras.

— ¿y qué onda che? Me enteré...

—Buffa... —lo frenó.

—está bien, Pipi, ¿hablaste con ella? —le pregunté haciéndole saber que estaba bien hablar del tema.

—bueno, hablamos y ella...

— ¡Nico!

— ¡eh, Pichi! ¿cómo estás?

—bien, ¿vos? ¿llegaste hoy?

    Estuvimos hablando un rato hasta que nos avisaron que ya era hora de comenzar.

—está linda, ¿no? —habló Pichi Mercier, y señaló detrás mío. Entonces la vi, mis piernas comenzaron a temblar, mi respiración a tornarse algo acelerada, pero era bueno, eran nervios. Camila, tan hermosa como siempre, pero sin ese brillo en los ojos, ni esa hermosa sonrisa que la caracterizaba.

—vino a reemplazar a la notera amiga de ella. —me informaron.

—a aquella mesa. —escuché hablar a Fran, el camarógrafo.