Después de media hora de pensarlo demasiado por fin se levanto, se puso sus pantuflas de conejo y camino hacia el baño medio dormido, no había pasado una buena noche, aquellas ojeras comenzaba a arruinar su cara. Suspiro de forma profunda, hizo sus necesidades y lavo sus dientes de forma perfecta.

Harry siempre se había sentido extraño y no por el hecho de ser un Omega. Tenía la sensación de que alguien lo observaba y seguía todo el tiempo, quizá era una locura pero así se sentía. Prefería no pensar en eso. Solamente se sugestionaba.

Con un fuerte suspiro Harry bajo las escaleras encontrándose con su padre leyendo el periódico como siempre.

—Buenos días—dijo acercándose a ese hombre de cuerpo voluminoso. El rizado le beso la mejilla tocándole el hombro.

—Hola hijo ¿Cómo dormiste? —pregunto aquel hombre, Harry le había comentado el problemita que tenia cada vez que dormía.

—Bah—Harry se encogió de hombros caminando hacia la cocina. Su madre le preparaba un plato de cereales con un poco de fruta.

—Ve a sentarte amor, ya tengo tu desayuno.

—Yo me lo llevo.

El rizado tomo el plato y una chuchara y regreso al comedor sentándose a un lado de su padre que bebía café con una dona.

— ¿En verdad tengo que ir? —suspiro Harry, esperaba que su padre dijera que no.

—Eres de la familia.

Con eso lo decía todo, sabía que protestar no tenía sentido.

—Habrá muchos chicos de tu edad—Robín bajo el periódico dedicándole una mirada de complicidad a su hijo. Harry se sonrojo y siguió desayunando aunque un poco intimidado.

Su padre era el mejor papa del mundo, siempre apoyándolo y defendiéndolo, lo admiraba y quería llegar a ser como el algún día. Su madre también era un amor, estaba orgulloso de la familia que tenia. Eran increíbles con él.

*




La noche había llegado, aquel evento era demasiado importante para el padre de Harry, era el 15° aniversario del patronato "Unidos para ayudar". Harry sabia que siempre era lo mismo gente presumiendo cuánto dinero tenían en sus cuentas de banco, mujeres vestidas a la "moda", era una de las muchas cosas que odiaba, se gastaban miles de dólares en ropa de marca y no donaban lo suficiente, esas fiestas eran pura hipocresía.

La noche paso tranquila, Harry estaba sentado en un rincón mirando como todos bailaban y se divertían. El rizado tomo un poco de refresco soltando un enorme suspiro, tenía un poco de sueño y estaba cansado de ver a la misma gente, sus padres estaban atendiendo a los invitados. Ellos eran muy carismáticos y amaban ayudar a la gente que lo necesitaba.

Los ojos brillantes del menor se pasearon por toda aquella enorme habitación mirando con detalle a todos los invitados. Harry fijo sus ojos en una mujer de vestido rojo y grandes curvas, su piel era blanca y parecía muy tersa. El pequeño Harry se quedo helado, esa era la mujer de sus sueños o más bien de sus pesadillas. Sintió un escalofrió recorrerle todo el cuerpo.

Ella lo estaba mirando fijamente, esa mujer le sonrió haciendo que Harry abriera mucho los ojos tenia esos colmillos que parecían muy afilados, estaba tan y como la había estado soñando, tenía que ser una alucinación.

Harry se tallo los ojos, eso no podía ser posible, tal vez estaba soñando, cuando volvió la mirada ella ya no estaba, Harry movió su cabeza de forma negativa, quizá el sueño le estaba jugando una broma.

A Different Omega-Larry StylinsonWhere stories live. Discover now