Freddie

Llegué a casa sintiéndome tan bien, no podía dejar de pensar en Sam y en sus hermosos ojos azules. Nunca olvidaré esta noche ni mucho menos el gran regaño de parte de mi madre pero realmente siento que valió la pena, nunca en mi aburrida vida me había sentido tan feliz.

Me encontraba en mi habitación intentando conciliar el sueño pero me parecía imposible, en lo único en lo que pensaba era en todas las cosas que podíamos hacer Sam y yo. Realmente me gusta, ciertamente la conozco hace muy poco pero tiene algo que me hace querer volver a verla, Sam es distinta a las demás chicas y eso me gusta.

Sam

Llegue a casa y subí a mi habitación, mamá no estaba y estando a solas pude pensar mejor las cosas, tenía miedo de enamorarme de Freddie ciertamente era un ñoño pero un ñoño muy guapo, cuando tomé su mano un leve hormigueo invadió mi panza y me sentí tan bien, a pesar de que sabía que no estaba bien lo que estaba haciendo.

La inseguridad me invadió, a Freddie le gustaba Carly, siempre le gusto ella ¿Por qué de pronto empezó a sentir algo por mi? Odiaba esto, el sentirme así, tan minúscula. Me gustaba Freddie, le quería y eso era realmente estúpido porque no hace mucho le conocía, pero no podía evitar sentir algo cuando estaba con él. Nunca sentí algo parecido, no negaré que antes me gustaron algunos chicos pero solo fueron fantasías, digo, nunca se completo nada con ellos, con Freddie era distinto, tuvimos una "cita", creo.

¿Qué me está pasando? Odio esto, odio sentirme así, tan débil y vulnerable, esto es lo que te hace el amor, te vuelve tonto y eso no me gusta, no me gusta para nada.

Me desperté debido al molesto sol que me llegaba desde la ventana, al voltearme pude darme cuenta de lo tarde que era, eran las 09:00 am no podía llegar a tiempo al colegio, era obvio. Me senté en la cama y observé hacia afuera por mi ventana, era un lindo día como para salir, decidí que no me podía quedar en casa ya que en cualquier momento podría llegar mi madre. Mi madre se iba antes de que yo llegara del colegio y volvía poco después de que yo me fuera, supongo que lo hacía para no verme, es lo más probable.

Me apresure en bañarme y arreglarme para salir lo más rápido de mi casa. Cerca de casa hay un parque muy bonito, casi nunca hay gente en las mañanas por lo que es muy agradable estar ahí. Al llegar me recosté en el pasto y miré las esponjosas nubes del cielo.

En ocasiones cuando mi madre me golpeaba y no podía cubrir los golpes con maquillaje venía aquí en vez de ir al colegio. Aquí por alguna extraña razón me siento libre. Nadie sabe que mi madre es alcohólica, ni mucho menos que me golpea porque a pesar de todo el daño que me ha hecho he intentado hacer que las cosas parezcan normales He mentido, para todos en el colegio mi madre es una madre ejemplar, me cuido cuando mi padre nos abandonó y se ha esforzado para sacarme adelante, en parte es así, pero de un momento a otro las cosas cambiaron.

Desde que fui niña las cosas no fueron fáciles para mí, mentí mucho acerca de mi madre, estaba tan concentrada en que los demás no sintieran lástima por mí que falsifique su firma y también su letra, les hacía comunicaciones a los profesores y directores para excusar su falta a las reuniones y también mi inasistencia dando a entender que había tenido días libres y quería aprovecharlos estando conmigo, pero nunca fue así, ella jamás estuvo conmigo. Nunca supe que hacía mi madre cuando no estaba, tampoco supe cómo es que traía dinero a la casa y compraba cosas para comer o cervezas, bueno, no sé muchas cosas de ella pero aun así la estimo, a pesar de todo no se ha ido de casa, no me ha corrido, aún asi sigue aquí conmigo a pesar de que es a la distancia.

Cuando me enteré de lo que le hizo mi padre me sentí muy triste por ella, perder a la persona que amas porque se fue con otra persona debe de ser jodidamente doloroso, y más cuando estás esperando una hija de él. Muchas veces me pongo en su lugar y no sé si sería capaz de hacer lo que ella hizo por mí, me tuvo, se hizo cargo de mi, a pesar del dolor ella no aborto, no me dio a una casa de adopción, ella me cuido y después se perdió en la bebida debido a la depresión que le causo mi padre al irse.

La quiero a pesar de todo, mi madre no es una mala mujer se que muy dentro de ella sabe que lo que hace no está bien pero el alcohol no la deja pensar con claridad, está completamente cegada y mientras siga bebiendo las cosas seguirán igual.

Freddie

Estaba tan ansioso de ver a Sam hoy que ignore completamente los gritos de mi madre para que comiera antes de irme, me sentía muy feliz de poder verla hoy, tenía muchos planes, pensaba invitarla a tomar un licuado o simplemente llevarla a su casa pero al llegar al colegio no pude encontrarla por ningún lado, me sentí muy desanimado y pensé lo peor. Tal vez a Sam no le gusto la cita de ayer y quiso evitarme el día entero.

Tonto Freddie

Las clases pasaron lento, no hallaba la hora de irme a casa y acostarme en mi cama, estaba cansado tenía tantas expectativas para este día pero nada de eso pasará, al menos no hoy.

Cuando se acercaba la hora de irse recibí un mensaje de parte de Sam:

"¿Te parece un helado?"

No pude evitar sonreír al ver ese mensaje, era obvio que ella pensaba en mí al igual que yo en ella, tomé mi mochila y salí de la sala.

"Si, pero con una condición"

"Uhm, ¿Cuál?"

"Yo invito"

"Jajaja, ¿Qué estás insinuando? ¿Qué no tengo dinero?"

"No insinuó nada Pucket"

No podía estar más feliz, esto es justo lo que quería, estar con Sam.

"Calle Josh Deshw #8532, date prisa Fredo"

Sam

Eran las 17:30 y Freddie aun no llegaba, creo que se le hizo costumbre llegar tarde a las "citas", me sonroje al instante al pensar que esto era una cita pero eso era lo que realmente era ¿no?

Cinco minutos más tarde Freddie se acercaba hacia mí con un ramo de flores, debido a ese detalle no pude evitar ponerme nerviosa.

-Sam... siento la tardanza pero en compensación te traje esto- me dio las flores y sonrió.

-Gracias... están bonitas- estaba muy nerviosa, realmente Freddie me gustaba, nunca nadie había sido tan atento conmigo.

-Pues vamos a por esos helados- me le quedé mirando unos minutos, me encantaban sus ojos eran tan bonitos y su sonrisa, ese pequeño hoyuelo que se le formaba al sonreír. -¿vamos? – me tendió su mano y no dudé en dársela.

Caminamos hasta llegar a la heladería que no se encontraba muy lejos de este parque, yo pedí de vainilla y el de chocolate.

-¿Así que te gusta el chocolate? – le pregunté mientras nos sentábamos en el pasto.

-¿Qué comes que adivinas? – Ambos reímos- ¿Por qué faltaste hoy?

-No soy buena levantándome temprano, me quedé dormida y sé que el director no estaría muy contento de que llegara tarde así que le ahorre el mal rato- me encogí de hombros y sonreí.

Media hora más tarde Freddie me acompañaba hacia mi casa, nuestras manos estaban entrelazadas y de alguna extraña manera me sentía segura a su lado.

-Gracias por pasar este rato conmigo- me dijo mientras parábamos en el jardín de mi casa.

- No tienes que agradecer, me gusta pasar el rato contigo- ¡rayos! Creo que hable demás.

-Igual a mi- me miro unos segundos y no pude evitar sonrojarme- creo... creo que tengo que irme.

-Si... - pero realmente no quería que se fuera, no quería dejar de hablar con él, quería que se quedara conmigo un rato más pero no debía decírselo, no tenía que creer que le quería porque eso arruinaría todo.

Sin esperar más me beso, cerré los ojos y le correspondí, fue un beso corto pero tierno. Al cabo de unos segundos se separó de mí, dio media vuelta y se fue. Sonreí y le observé alejarse, toque mis labios y aún sentía la calidez de sus labios.    

Only One [seddie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora