Matame.

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Milk.

Sabia que Vegeta estaba endemoniado. Lo conocía y creo que el ya sabia. Deseaba que descargara toda la ira que tenia. En mi en el. Lo ama no importa que edad tuviera. Como fuera que demonios tuviera dentro. Lo amaba malo o bueno lo amaba. Y el a mi. Tanto que su orgullo no se lo permitía. Ese orgullo que se parecía a mi. Luchamos, no fue nada divertido. Yo reía el no. Estaba mas molesto por probarlo. Pero la verdad era que sus golpes de gustaban. Era una sayayin después de todo. Tenía golpes en la cara. Al igual que en todo su cuerpo. No tuve piedad ni el de mi. Escupí sangre me limpie la boca. Ya llevábamos casi una hora luchando.

Voló propinándome un golpe. Lo esquive golpeándolo de la misma manera. Luego lo patee callo al suelo. Me puse en sima de el aprisionándolo con toda mi fuerza. Vegeta parecía poseído. Lo bese, se resistió como un niño malcriado. Me empujo cai acostada. Sintiendo como hacia lo mismo, estaba desnuda pero a mi no me importaba. Ni siquiera a el. Me mordio el pecho. Gemi sintiendo como me sujetaba las manos.

-Eres una maldita arpía mentirosa.-me dijo molesto.

-Soy tu esposa y hace a~os no me llamas arpía.- le dije riéndome .

-CALLATE DEBERIA MATARTE POR MENTIRME.- Estallo subiendo su ki.

-Pues haslo.- lo rete molesta tratando de soltarme de el puso mas fuerza.

-CREES QUE NO LO ARE.-me dijo molesto.

-Se que o haria te conozco.- le dije con amargura. Le tome su mano sin poder evitar derramar algunas lágrimas en silencio. –Hay una técnica que me mataría rápidamente. Me la mostraste antes de estar casados.- Proseguí poniendo sus dos dedos en mi corazón.- Lo único que tienes que hacer es canalizar un poco de energía y listo..-

Vegeta se quedo pasmado. Mirándome sin entender nada. Sin decir ni una palabra. Solo mirándome como si me hubiera vuelto loca. Tal vez ya lo estaba la verdad no lo se.

-Alzo. Creo que era una de tus fantasías mayores. Ver a la esposa de tu enemigo muerta.- le dije sintiendo los ojos muy húmedos.

Vegeta.

Se notaba que esa mujer era toda una sayayin. No le temía a la muerte ni siquiera a mi. Eso me encantaba de ella. Pero me sentia traicionado. ¿Por qué demonios no me dijo la verdad? Ella era mi esposa. Ahora entendía todo. Su comportamiento la manera de tratarme. Me conocía y ese afán de querré irse conmigo. Sus deseos, la forma de follarme. De tratarme.

Cuando la vi conmigo mismo me dio tantos celos que quise matarme. Pero el nivel de pelea de ese maldito era mucho mas que el mio. ¿Cuánto me tardaría en alcanzar ese nivel? Pero hay la tenia. Debajo de mi desnuda...llorando suplicándome que la matara. Una parte de mi deseaba su muerte. Así no volvería con ese idiota pero no podia ¿Por qué DEMONIOS NO PODIA? ¿Acaso me había hecho débil por su culpa? ¿Qué hizo esa mujer loca conmigo?

-QUE ESPERAS HIJO DE PUTA MATAME DE UNO VEZ.- vocifero subiendo su ki. La tome del mentón de mala gana.

La bese...mordí sus labios. Duramente gimió cambiando su olor de ese picante a uno suave y dulce. Sabía lo que significaba eso. Me quite la armadura de mala gana. Esta se aferro a mi como una fiera comiéndome con su boca. ¿Por qué no podía matarla? La pare del suelo. Sentándole en sima de mi. Besándome sintiendo como se acomodada para dejarme entrar en ella. Sintiendo como su sexo me envolvía gimiendo aun en mis labios, moviéndose como una experta. Rodeándome con sus brazos aun sin dejar de besarme. Baje mis manos a sus glúteos para tener mas control de sus movimientos. Empujándola mas hacia mi. Bajando mi boca de sus labios a su pecho. Mordiéndola nuevamente escuchando mi nombre en sus labios.

No pude evitar tocar su cabello. Sintiendo el calor de su cuerpo junto al mío. Notando como todo su cuerpo se tensaba apretándome con sus bellas piernas la cintura.

-Maldita sea.- susurro llegando a su orgasmo temblando de cabeza a los pies.

La cargue poniéndola en sima de la cama. Tomándola nuevamente sin decir nada. Cuando estuve a punto de llegar a mi orgasmo la tome de sus brazos moviéndome con fuerza. Hundiendo mi rostro en su cuello. Oliendo su esencia. No entendía nada. Si era mi esposa ¿Cómo demonios era virgen?

-Hay muchas cosas que me tienes que explicar.- le dije aun en su cuello. Tratando de respirar.

Rio un poco. Con esa voz tan femenina, cada vez que reía sonaba como el cristal. Era placentero escucharla reír. Y odiaba la idea de verla llorar. Me acosté a su lado mirando el techo con diferencia. Me miro sin decir nada. Dudosa en acercarse a mi, solté un bufido extendiendo un brazo. Malditas mujeres tiempo con ella y aun no la entiendo. Me sonrío poniendo su rostro en mi pecho. Rodeándome con sus manos.

-Perdóname por no haberte dicho antes.- me dijo abrazándome con mas fuerza.

-Ya no importa.- le dije suspirando.

Nos quedamos en silencio. No queria preguntar, sabia que tarde o temprano hablaraia. Así que esperaría.

-Eras el esposo de mi mejor amiga.- comenzó eso no me lo esperaba. – Y yo la esposa de tu mayor rival. El murió y me quede sola. Luego me enamore de ti con el tiempo y creo que te paso lo mismo.-

-Tu ex esposo ¿es el gusano que te beso cuando llegue con Nappa a la tierra?- pregunte muy molesto.

-Si...así es.- me contesto.

-Cai en este mundo por una equivocación. Volviendo a mi juventud.- explico.- Es por eso que bueno...mí cuerpo era virgen.-

-¿Qué edad tienes?- pregunte con indiferencia.

-Cincuenta y siete.- me dijo como si nada.

Esta se voltio mirándome. La mire perplejo. No era una mocosa si no una mujer. Una mujer atrapada en el cuerpo de una joven de 25.

-¿Tengo mocosos?- le pregunte temiendo a la contestación.

-Si...tienes dos. Viki y Trunks.- me dijo yo no podía respirar.

Luego de eso Milk me contó sobre mis hijos. Que a temprana edad se habían convertido en el sayayin legendario. No podia respirar. Mis hijos convertidos en súper sayayines. El orgullo que sentía no se comparaba en nada. Teniendo una ganas de conocerlos. Tambien me contó como supere los poderes de un sayayin cuando llegue a la tierra. De la vida que teníamos. No la interrumpí. Cuando le pregunte por la tal Bulma por poco me pega. Se puso tan celosa que casi ni me hablo. Cuando se quedo callada comenso a tocarme mis marcas con su dedo indice. Contaba en voz baja. No pude evitar sonrei.

-¿Qué tanto cuentas?- pregunte.

-Faltan marcas.- me dijo triste.- Tienes 60 marcas por todo tu cuerpo y solo cuento 20.-

Me quede callado...el infierno aun no había terminado.

-¿Cuántas tienes tu?- pregunte solo por joder ya sabia la contestación.

-40 por todo mi cuerpo.- me contesto haciéndome sentarme. Esta se levanto asustada mirándome sentándose a mi lado.- Bueno no las tengo por que es un cuerpo nuevo pero....-

La sangre me hervía del a cabeza a los pies. La tome por los hombros.

-¿Quién fue?- le pregunte apretando mi mandíbula.

-Nash.- contesto con naturalidad.- Pero relájate amor, la mataste.-

No pude decir nada sin darme de cuenta la tome en mis brazos. Oliendo su cabello tocando sus suaves brazos. Jurando que si alguien la tocaba, le sacaría el corazón y me lo comería crudo. Escuchando a lo lejos su voz que solo decia estoy bien. Viendo como se quedaba dormida en mi pecho. Jurando que ese hijo de puta no se la llevaría...primero me tendría que matar. Ella no volvería a su mundo...no lo permitiría nunca. Y menos sabiendo que ella era mi igual, mi esposa mi guerrera, mi reina. Si tengo que luchar conmigo mismo pues que asi sea.

QUEEEEEEEEEEEEE PASARAAAAA LA COSA SE COMPLICOOOO UFFFFFFFFFFFF VEGATA VS VEGETA HAYYY COMO ME ENCANTA ESTE EMBROLLO. HAHAH NOS VEMOS MIS AMORES COMENTEN NOS VEMOS MANANA.


Mis Memorias IVWhere stories live. Discover now