Capítulo 10: Carta de amor

82 17 5
                                    

Te escribí una carta, donde te confesé todos mis sentimientos.

En ella plasmé lo linda que me parecía tu sonrisa.

Versé todas y cada una de las ilusiones que tenía contigo.

Redacté mi anhelado sueño de sostener tu mano.

Proyecté mi corazón en un simple pedazo de papel.

Te escribí una carta, pero nunca la envié.

Kaneki me presentó a todos los de Anteiku, todos eran muy simpáticos. Touka igual era un poco borde, pero me caía muy bien de todos modos.

Era muy torpe, rompiste muchos platos; yo no podía parar de reírme a tus espaldas, aunque era algo cruel, pero era muy gracioso.

Demasiado.

Me fui a mi cuarto, evitando a mis padres y lo más difícil de todo, evitando a mi hermano. Evitar a Hide me estaba matando. Lo juro: Ma-tan-do.

A ver, mi hermano es la persona que más quiero en este mundo; sí, más que a Kaneki y mis padres. Es que tenemos la misma sangre, y según los médicos, la misma cara, pero él más masculina y yo más femenina. Además, siempre hemos estado de acuerdo en todo, él y yo siempre nos hemos llevado bien y siempre nos ha gustado gastarnos bromas. Nunca peleábamos, y cuando lo hacíamos, era por tonterías. La única excepción fue esa vez en la que discutimos porque le estoy evitando, aunque como Hide es como es, acabó poniéndose de broma, pero sé que está molesto conmigo, y es normal.

Pero es que no sé, siempre me lo ha dicho todo y siempre se lo he dicho todo, pero esto es algo que no le puedo contar así como así, ¿cómo queréis que se lo diga? Un ejemplo:

—Oye Hide, una cosita muy pequeñita.

—Dime, ¿qué pasa?

—Ah, nada importante, sólo que ahora soy ghoul. Como humanos y tengo una especie de cosas en mi cuerpo que son armas letales, por cierto, tengo hambre, algún día te como. Bueno, eso es todo, adiós.

Bueno, puede que tampoco tan... Así, pero bueno, si le quitamos lo que me lo voy a comer, porque vamos, me mato antes de eso. Pero en serio, ¿cómo creéis que reaccionaría?

¿Debería decírselo o no?

Me tiré en mi cama mirando al techo, no tenía nada que hacer. Estaba pensando en escribir una carta de amor, sólo para desahogarme, pero quizá me anime y se lo diga algún día.

Algún día, aunque sé que va a dejarme en la friendzone.

Me senté en mi escritorio y cogí un trozo de papel y un bolígrafo de los míos de purpurina rosa que huele a fresa —sí, soy muy infantil, lo sé, pero me gusta ser así— y empecé a escribir cursiladas, aunque me salía del corazón:

Han sido muchos momentos los que hemos pasado juntos. Recuerdo que desde siempre, tú nunca te apartaste de apartaste de mi lado y me brindaste todo el apoyo que necesitaba, no sólo para enfrentar mis miedos y mis problemas, sino que también para perseguir mis ideales. Es por eso que hoy quiero enfrentar uno de los retos más grandes de mi vida, y es el de aceptar que te amo.

No sé la manera en la que se dieron las cosas, pero siento que en algún punto de nuestra amistad, comencé a verte como algo más de lo que se supone que deberías significar para mí. No te negaré que traté de ocultarte mis sentimientos, bajo excusas vanas como la gratitud o la confusión.

Sin embargo, tengo que dejar de mentirme a mí misma. No puedo evitar lo que siento por ti, y sé que no puedo hacerlo. Desconozco si a ti te suceda lo mismo. Son tantas dudas las que tengo en este momento en mi cabeza, que me gustaría alejarme de todo y de todos, pero sé que no puedo porque no dejaría de pensar en ti, como lo he hecho en tantas noches de desvelo.

Aún si decidieras no corresponderme, quiero que sepas que jamás dejaré de estar ahí para ti, porque eres lo más importante que tengo en la vida, y ni siquiera tengo idea de cómo no pude haberlo notado antes.

Tú haces que cada uno de mis días tenga sentido, con tu forma de ver las cosas y la manera en la que sueles obsequiarme esa bella sonrisa que tienes.

No cambiaría por nada del mundo todos los momentos que he pasado a tu lado y las miradas que me has dedicado haciéndome saber que jamás dejaría de tener tu amistad. Espero que pueda convertirse en algo más y me des la oportunidad de tratarte como el tesoro que eres para mí, te amo, porque nosotros siempre fuimos una hermosa excepción.

Con nuestras miradas de complicidad, nuestras bromas absurdas que sólo nosotros entendemos...

Me enamoré de ti, mejor amigo.

Me enamoré de ti, Kaneki Ken.

Leí la carta otra vez con lágrimas en los ojos, en esa carta he reflejado lo que me he guardado un montón de años...

¿Por qué? ¿Por qué me pasa a mí? Yo sólo quería un poco de amor de tu parte, y claro que lo tengo, sólo que no de la forma en la que yo querría.

Apreté la carta con fuerza, arrugándola y llenándola de lágrimas. Estos son los momentos en el que, por una vez, parezco una chica de telenovela, en la que tengo los mismos problemas que las protagonistas, aunque a ellas siempre les acaben correspondiendo. Cuando lo veía de pequeña les decía exageradas, pero ahora entiendo que duele, duele mucho, demasiado.

Una llamada de Kaneki, genial.

—¿Qué pasa? —contesté, intentado ocultar inútilmente mis lágrimas.

—Hana, ¿estás llorando? —estaba sorprendido y parecía no saber qué hacer, yo intentaba parar de llorar en vano—. ¿Qué te ha pasado?

—Más bien... Quién me ha pasado —aclaré un poco sus dudas, aunque luego me arrepentí.

—¿Qué te ha pasado? Pegaré a quien te haya hecho daño.

Oh amigo mío, no podías pegarte a ti mismo.

—No es eso, sólo es que he acabado un libro y me he emocionado —intenté mentir.

—Bueno, pues... —sé que no me creía, pero sé que sabe que no me gusta que me insistan—. Vale, pero...

—Adiós, Hide me llama —le interrumpí y corté.

Sólo quería llorar, sólo quería llorar y soltarlo todo...

¡HEY, HEY, HEY! ¿SOY MALA? ¿ME MATARÉIS? YO LO SÉ, SÉ QUE LO HARÉIS.

¿QUÉ PENSÁIS AHORA DE LA HISTORIA? Me mataréis algún día.

¿Y este capítulo cómo me ha quedado? Cursi, triste... No sé, a mí me ha gustado y a la vez no escribirlo.

Comentad y votad plis, me anima mucho a mejorar.

¡Gracias!

Querido mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora