Capítulo 2: Mi llegada a Tokyo

188 18 19
                                    

Después de mucho tiempo en el avión, llegué a Tokyo, intentando aguantarme las lágrimas. Sabía que Kaneki era un estúpido, pero bueno, no puedo forzarle a gustarle.

Estuve toda la noche llorando, es algo difícil de superar, toda la vida enamorada de Kaneki para nada.

Pero bueno, supongo que podemos ser amigos, aunque me den ganas de llorar cada vez que le vea.

Lo mejor será ver a Hide.

Hide... Te hechaba tanto de menos hermanito, nuestras peleas, nuestras risas y nuestros improvisados teatros en los que fingíamos ser súper héroes o ghouls y agentes de la CCG.

Era tan divertido estar con Hide, pero claro, es el mejor amigo de Kaneki, yo su mejor amiga... Supongo que tendré que aguantar mucho.

Sin darme cuenta, escuchando música, llegué a mi destino, por fin Tokyo.

Me bajé del avión con mis maletas.

El día estaba soleado, pero tenía algunas nubes, y en el aeropuerto olía ligeramente a tabaco, pero qué asco.

Busqué a mi hermano entre la marea de gente, prometió estar conmigo hoy, pero claro, Hide es Hide, y como es una maldita diva, siempre llega tarde.

Cuando decidí irme sola para casa, alguien se me tiró encima por atrás y me caí al suelo.

-¡Oyé! -grité, pero el enfado sólo me duró medio segundo.

-¡Hana! ¡Por fin te encuentro! Creía que te había secuestrado la mafia rusa o algo -
típico de Hide, en serio.

-Oye Hide, ahora que te veo de cerca, estás tan diferente que verte desde el ordenador... -bromeé.

-Ya lo sé, soy mucho más impresionante en persona, ¿a que sí? -dijo Hide orgulloso levantando la cabeza.

-Eres aún más trol en persona, ¡pedazo de trol! -le di un golpe en el hombro y le abracé, cómo añoraba a ese idiota, en serio, es tan genial y tan tonto.

-¡Mira mamá, esos dos están haciendo cosas indebidas en público! -una niña pasó al lado nuestra y nos señaló, qué vergüenza madre mía.

Y ahora me doy cuenta, Hide está encima mía, y estamos en una situación que cualquiera podría confundir, pero oye, es mi hermano.

-No mires hija, los adolescentes últimamente ya no respetan nada. ¡Buscaos un hotel o algo! -nos regañó la mujer y nos miró con asco mientras las tapaba los ojos a su hija y seguía caminado.

-¡Oye! Que es mi... -antes de que pudiese terminar de hablar ya se había ido -hermano.

Hide se limitó a reír.

-Nunca pensé que la gente pensaría que me follaría a mi hermana.

-Ese lenguaje Hide, y quítate de encima -Hide se levantó y me llegó una notificación al móvil.

Era del twitter y me etiquetaban.

@HanitaDance está haciendo actos porno con un chico en el aeropuerto.

Y subió una foto de nuestra incómoda posición.

Traumatizada y con cara de niña de la exorcista giré la cabeza y le enseñé el móvil a Hide.

Él reaccionó como yo.

-¡Mierda! -exclamamos a la vez.

-Bueno, da igual, luego lo aclararemos -resté importancia al asunto -,¿cómo te va la vida?

-A mi bien, tengo un trabajo como becario en la CCG, estoy en la uni, el otro día casi me rompo todos los dientes cuando me caí de la bici... Ya sabes lo normal. ¿Qué hay de ti, cuántos huesos te rompiste? Como sólo pude ir al baile de Francia en el que me quedé dormido a la mitad.

-No, no me he roto nada -en lo que respecta a huesos, porque el corazón los tengo roto-. Y dime, ¿qué hay de Kaneki?

Hide sabe que Kaneki me gusta, es como mi hermana, aunque sea un chico, y yo soy como su hermano, aunque sea una chica. Nos lo contamos todo, confío más en Hide que en nadie, así que, ¿por qué no decirle?

-Ah, ya, eh... Todo normal, ya sabes, todo el día leyendo libros y eso -estaba nervioso, ay Hide, cómo se nota que quieres ocultar lo que yo ya sé.

Suspiré.

-Hide, ya sé que le gusta otra, me lo dijo ayer -Hide hizo una mueca de sorpresa y a la vez de disgusto.

-Mierda. Lo siento, Han, ¿estás bien?

Yo sonreí.

-Tranquilo Hide, dejó de gustarme hace tiempo -mentí, esperando que se lo creyese-, además, tampoco podría tomármelo tan mal si me gustase.

Él no parecía muy convencido.

-¿Estás segura Hana? A mí me puedes contar lo que estés sintiendo, mira, en casa tengo dos cojines preparados &¿cojines? ¿Qué mierda dice?-: el de los abrazos, por si estás triste -puso cara triste- y el de los puñetazos, por si estás furiosa -puso cada enfadada.

-Hide, tranquilo, en serio estoy bien.

-Bueno -sé que no estaba convencido, pero aún así me iba a dejar -vale, pero no estoy tan seguro.

-Como tú digas. Venga, vámonos, tengo mucha hambre después de negarme a comer cacahuetes de esos de avión -cambié de tema, hablar de eso me incomodaba, y no podía llorar.

-Como te dije, los cacahuetes de avión siempre están chupados por elefantes, bien hecho. Vamos a casa, mamá y papá están como locos por verte.

-Sí, vamos.

*°*°*°*

Después de horas y horas hablando con mis padres, que por cierto qué agobio, fui a mi cuarto. Estaba cansada después de todo el día.

Supongo que mañana primero iría a ver a Moka, y luego me pasaría por casa de Kaneki.

No le voy a dejar de hablar por eso, no soy tan exagerada como las chicas de las novelas, como las de las novelas de rayita, la mayoría son todas iguales, aunque hay algunas buenas.

Aunque claro, será un poquito incómodo por mi parte, pero bueno.

Me preparé para dormir, es decir, me puse el pijama, me quité todo lo que tenía en el pelo, la goma y las orquillas, dejándolo suelto y como siempre, lleno de enredos.

Una vez hecho todo me tiré a la cama, seguramente mañana sería un día difícil para mí, pero no voy a volver a llorar, mi orgullo me lo impide.

Aunque claro, cuesta un poco.

Unas lágrimas que sequé rápidamente se formaron en mis ojos, pero no iba a llorar, no iba a hacerlo.

Hana en multimedia.

Espero que os esté gustando la novela, es la primera vez que escribo una, pero espero que os guste.

Gracias.

Querido mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora