Capitulo 2: Un nuevo mundo

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Ojala este capitulo tambien les guste =DDD

*w*

El sacrificio de la sacerdotisa

Capitulo 2: Un nuevo mundo

Caía, caía sin remedio alguno.
Cuando pensó que seguiría cayendo hasta que se hiciera vieja, dio con todo el culo contra un seto de alguna clase de planta que gracias a dios no tenía ninguna espina ni punta que le hiciera daño.

Se levanto maldiciendo su suerte y se quito varias hojas de la falda dando gracias que fuera marrón ya que así no se le notarían las manchas.
Entonces se fijo en que estaba dentro del pozo pero podía ver la luz del cielo; no le había dado esa impresión cuando había caído. Quizá había exagerado con la altura.

Dio con una rama que parecía resistente y empezó a trepar hacia arriba, raspándose un poco las manos cuando salió fuera del pozo.

Entonces se dio cuenta de que no estaba en el templo del señor Yamada. Pero vamos que no había mucha diferencia.
El pozo era exactamente igual al que había en el templo pero se encontraba en la mitad de un bosque enorme, los arboles se elevaban majestuosos frente a sus ojos, elevándose hacia el cielo. Nanami poso los pies, enfutados en las sandalias reglamentarias del templo que tenían los cordones algo descosidos, y sintió la suave hierva entre los dedos.

¿Dónde estaba? Se pregunto observando su alrededor, enseguida comprendió que ya no se encontraba en su ciudad, al menos de eso sí que estaba segura. Pero...¿Qué se suponía que iba a hacer ahora?

Lo primero sería encontrar a alguien que le explicase donde se encontraba y como podía volver a su vida de hormonas, clases aburridas y días de lluvia debajo del futón viendo telenovelas comiendo patatas fritas.

Decidida empezó a caminar y lentamente con las manos delante del pecho para golpear a todo aquel que intentase hacerle algo. Defensa personal, lo habían llamado en la televisión.
El paisaje que se abría delante de sus ojos era el mismo todo el rato, arboles, arboles y más arboles. Nanami empezó a preguntarse si no debería haberse quedado en el pozo pero todo cambio cuando tropezó con una rama seca y cayó de bruces contra el suelo.

-Maldición-Se quejo y quiso llorar por lo estúpida que había sido por haberse internado en aquel bosque infernal.
Se miro la rodilla que sangraba levemente, y luego se miro las manos que también habían sufrido por el golpe.

Se quedo allí, arrodillada bajo aquellos enormes arboles que la rodeaban por completo, como una jaula hecha de ramas misteriosas y sollozó en silencio como hacia cuando era pequeña y veía alguna película de miedo.

Entonces un sonido la hizo levantar la mirada, una manada de lobos grises se habían reunido a su alrededor sin que ella se diera cuenta y sus rostros con aquellos impresionantes dientes afilados como cuchillas la miraban como si fuera un caramelo y ellos unos niños con hambre.

Nanami grito hasta que le dolió la garganta, se levanto y salió corriendo como alma que lleva el diablo, apartando ramas y todo lo que estuviera en su camino.
Corría todo lo que sus pies la dejaban, perdió una de sus sandalias que fue mordisqueada por uno de aquellos lobos; Nanami no esperaba volver a por ella.

Llego a un claro en el que no había salida más que un gigantesco árbol que se elevaba en aquel callejón sin salida como si el destino se estuviera burlando de Nanami.
Esta llego hasta debajo del árbol y dio con la espalda en la dura corteza y alguna que otra rama le rozo el cuello. Los rugidos de los lobos le indicaron que ya la habían localizado y volteando ligeramente la cara pudo comprobarlo de ante mano. Estaba rodeada de nuevo.

El Sacrificio de la Sacerdotiza Where stories live. Discover now