Capítulo 26

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Danielle.

Estoy afuera del barco, me levanté muy temprano a pensar. ¿Qué habrá pasado con John para que actuara así? Sentí que se afligía y es como si sus emociones fueran las mías, pues a mí también me invadió algo de miedo al escucharlo hablar de tal manera.

La brisa del mar abanica mi pelo y miles de cosas me pasan por la cabeza.

—Danielle —escucho a alguien llamarme y giro.

Mi madre.

—Hola mamá —la abrazo— ¿Sucede algo?

—Eso iba a preguntar yo —responde.

—Sólo estaba tomando un poco de aire, ¿cómo estás?

—Muy bien, vine a informarte que tu hermano Vladimir está en Canadá desde hace dos días. Sé que ha pasado mucho tiempo Danielle, pero es hijo de tu padre y es parte de la familia, es el más pequeño y desde niños se llevan bien. Ya les avise a tus hermanos.

Mi hermano Vladimir, hijo descubierto por mi madre antes de la muerte de papá, cuando tenía dieciséis años le fue infiel a mamá . La madre de él murió en un accidente, sólo duró unas semanas en vida, luego de eso mi madre se hizo cargo de él hasta que se fuera a Europa a estudiar leyes, que por cierto, es un excelente abogado. No nos llevamos mal, pero a mala hora que ha decidido venir, estamos en el mar cerca de la Costa a Marruecos, del otro lado del mundo y de buenas a primeras sucede esto.

—Está bien, mamá —al fin dije.

Besó mi frente y se marchó.

****
Tres días después...

Ya vamos de regreso a Ottawa, fue un viaje emocionante, no dudaría en repetirlo, John no ha dejado de actuar extraño y por más que le cuestiono dice que no es nada. Ya esto comenzó a convertirse en en dolor de cabeza.

—Nena, ¿Estás lista? Ya es hora.

—Sí, ya voy.

Tomo mi bolso y salgo para encontrarme con el hombre de mi vida vistiendo unos jeans y un polo azul. ¡Está ardiente!

—¿Falta mucho para llegar?

—Sólo un poco —me da un breve beso en los labios— ¿Por qué?

¿Será bueno decirle? Que más da, no debe haber secretos entre nosotros.

—Tengo un medio hermano, nunca te hablé de él porque no es algo que lo llevo muy pendiente ya que nunca está con nosotros, el vive en Dinamarca. Es hijo de mi papá, con otra mujer, es más menor que mis hermanos y yo, está en la ciudad y quería quedarse en casa de mi madre, así que ya ves.

—Eso es algo complicado —sonríe.

¡Joder sonrió!

—No sabes cuánto —respondo.

Media hora más tarde ya estamos bajando todo nuestro equipaje, la familia de John se fue a su casa y cada quien tomó su camino..

Nathan, el guardaespaldas de mi madre nos vino a buscar.

—La pasé tan bien —dijo mi madre.

—Igual yo.

—Él te ama Danielle, nunca te había visto tan feliz después de tantos años —sonríe—. Ahora puedo estar más tranquila al saber que alguien cuida de ti y que se preocupa por tu bienestar.

—Gracias mamá, creo que realmente lo necesitaba. He visto el cambio en ambos.

El auto se detiene en un semáforo, giro la cabeza para mirar el panorama, me dispongo a ver una pequeña casa con un gran jardín, una niña y un niño están jugando en frente. La niña enfocó sus hermosos ojos grises en mí, tiene una cabellera rubia que le llega a los hombros y viste un vestido de color azul verdoso. Agita su mano saludándome y yo hago lo mismo.

Hasta Ayer©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora