Capitulo VI

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Volvía escuchar como casi cada noche, los sucios ruidos que realizaba mi hermano antes de quedar saciado para poder dormir. Tenía tentaciones de levantarme e ir a su habitación a que fuera yo quien le terminase aquel trabajo manual. Me estaba costando horrores no intentarlo, pero quería continuar con aquel plan, para asesorarme si a mi hermano le gustaría estar dentro de mí o no. Obligándome así a quedar dormida, ansiosa por dar comienzo a este juego, en el que solo acabaría existiendo un solo ganador...

Baje antes que él hacia la cocina tan solo vestida con unas braguitas y una camiseta de tirantes corta, quien no dejaba mucho a la imaginación de nadie. Escuche los pasos detrás de mí y sentarse mirándome con un gesto indiferente hacia mi cuerpo, como si lo que observara sería lo mismo que entretenerse viendo las curvas del bol de cereales que portaba entre sus manos.

—Podrías vestirte más, a nadie le gusta ver eso nada más despertarse.—Burlo de manera ofensiva.

—Ni siquiera es para que tú me observes, pero se de alguien que le agradare con esto.—Dije pasándome el dedo de arriba debajo de mi cuerpo.

—¿Acaso piensas salir así a la calle? solo pareces una de la esquina.—Sugirió.

—Me da igual lo que parezca es para que tarde menos en hacer lo que quiero, menos impedimentos...—Conteste con una voz obvia chupando la cuchara a modo de burla.

— Ni siquiera sabes de que hablas.—Replico.—Eres más virgen que una maldita monja.

—Quien sabe...—Respondí dejando en el aire la respuesta, aun que estaba más que obvio.

Escribí un mensaje a Will para que tocara el timbre de una vez y dar por culo a mi querido hermano. Cuando sonó, mi hermano me miro triunfal con una sonrisa de ahora mismo voy a follar, pero se equivocaba. Le seguí escondiéndome tras una de las columnas de la entrada, no podía ver la cara que mantenía cuando abrió la puerta y tan solo era Will, pero llegaba a imaginármela.

Salí de la columna apartando a mi hermano para abrirme paso, abalanzándome brusca y apasionadamente a los labios de mi farsante novio, metiéndole la lengua ante la vista sorprendida de mi hermano, quien no daba crédito a lo que estaba viendo, ya que seguía estático en el mismo lugar. Agarre con mis manos el pelo que le salía a Will de la gorra para agarrarlo a modo de pasión contenida mientras mis labios acariciaban ferozmente los suyos, sus manos jugueteaban poco, pero notaba una leve presión sobre mí proveniente de su entrepierna... Este acto sorprendente para ambos chicos, había despertado al querido amiguito William...

Me separe recobrando el aliento del beso, y susurrando bastante alto que subiéramos a mi habitación. Agarre su mano, y pase por delante de mi hermano guiándole por las escaleras, antes de decir. Si esto es lo que hacen las monjas, entonces seré una de ellas.

¡Que crees que estás haciendo!.—Chillo mi hermano antes de que cerrara la puerta de mi habitación.

—Pongamos música para no escucharle.—Hable a William.

—¿Pero y todo esto?.—Pregunto confuso, mientras mi mirada iba a sus pantalones que cada vez estaban más apretados. Mi hermano seguía chillando, pero sin éxito.

Se tapó con un cojín al ver que me había dado cuenta de ello, pero debía saber que no haría nada con él, más que fingir en lo que habíamos quedado el día anterior.

—Debemos fingir que follamos. Para que mi hermano sepa lo que paso yo cada día con sus guarritas.—Mencione.

—Pero yo no sé...como...

—¿Eres virgen?.—Pregunte sorprendida.

—Joder no lo digas así.

—Sí que lo eres...—Susurre.—Entonces hagamos lo mismo que en las pelis porno. Eso si, no me toques nada.

—No tranquila, no lo hare.

Nos tumbamos en mi cama, moviéndonos lentamente, tenía estudiados los ruidos que realizaba mi hermano, y por el silencio de sus gritos estaba segura que se mantenía escuchando tras la puerta. Ponte encima, méteme entre tus rodillas y salta en esa postura, mientras yo gimo lentamente, después avanza el ritmo y así iremos progresivamente, hasta que te diga que llegamos al orgasmo final... susurraba en su oído, mientras el obedecía.

—Ooooh siiii.—Gemía entre tantos...

—Tu hermano acabara asesinándome.—Dijo muy bajo.

—Créeme que no...Ahora sigue.

—No creo que sea buena idea.—Menciono a medio plan.

Recordé lo simples que eran los chicos, así que para que me hiciera caso debía darle un pequeño incentivo extra, agarre una de sus manos colocándola en uno de mis pechos para su sorpresa... Nunca me había tocado una teta, pero no me sentía excitada como creí que lo haría cuando un hombre tocase uno de mis pechos...

Continuamos un rato "haciendo el acto" hasta que gemí más alto, moviéndome sobre el pantalón de Will, notando lo dura que la tenía tras el pantalón... respirando como si estuviera cansada de veras. Me baje de la cama, agarrando un condón y llenándolo con un poco de champú blanco.

—¿Qué haces?.—Pregunto sobresaltado.

—Darle realismo.—Conteste concentrada en lo que hacía.—Desabróchate el cinturón y algo la sudadera y te la repones al salir.

—¿Me echas ya?

—¿Quieres que mis padres te vean?

—No no, a la tarde hablamos.

—Si claro. Pero antes, déjame una marca en el cuello.

Asintió acercando su boca a mi cuello, absorbiendo mi piel con fuerza durante un momento, dejándome el cuello húmedo y una ligera marca roja dibujada en él.

—Gracias. Ahora sal.—Exigí mientras me desordenaba el pelo y mi cama.

Vi como salía con miedo por la puerta y la ranura de mi hermano a medio cerrar, mirando como salía el chico. Pero esto no había acabado...

—Espera Will, tíralo fuera mejor, no quiero que mis padres lo vean.—Mentí entregándole el falso condón ante la mirada de mi hermano y sonriendo pícaramente ...


Un sabor Agridulce ♀  +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora