Aventura Indescifrable

La ruptura

  El pequeño niño de 5 años estaba despertando por la mañana del fin de semana. Él detestaba el fin de semana porque, por alguna extraña razón, le gustaba ir a la escuela. Pero ese día no lo despertó el sonido de su caricatura en la televisión, ni sus padres dándole ánimos porque ese sería un gran día. Ese día le despertó algo desagradable: los gritos de sus padres discutiendo.

Él se quedó acurrucado en su cama escuchando todo.

—Estoy cansada de hacer todo sola en la casa y además ser la única ayuda económica. Siempre dices que encontraras trabajo pero siempre eres despedido por tus atrasos. —escuchó gritar a su mamá.

—Sabes que lo he intentado pero tú no haces más que criticarme. —contestó furioso su papá.

— ¿Sabes que sería lo mejor para nosotros y para nuestro hijo? ¡Qué te vayas!

—Bien. No quiero quedarme un minuto más soportándote.

El pequeño niño siguió en su cama escuchando todo aquello y su mamá fue a su habitación.

—Hijo, tu padre y yo hemos estado discutiendo y hemos llegado a la decisión de separarnos. Papá se va de casa.—dijo lo más fría que pudo su mamá. El niño la miraba fijamente notando pequeñas lágrimas que caían de sus ojos. —A veces los padres necesitan darse un tiempo para entenderse y, por mucho que le duela a los hijos, es necesario.

El niño asintió y su mamá se fue.

Él niño siguió en su cama esperando a que se reconciliaran y que todo volviera a ser como antes. En su espera, su papá entró a la habitación con un abrigo enorme y una gran maleta.

—Adiós hijo. —dijo el papá dándole un beso en la mejilla.

El niño rompió a llorar abrazando a su papá.

—No papá, no te vayas, quédate aquí por favor.

—Lo siento hijo, pero debo irme.

El niño soltó a su papá y le dejó irse.

Él lo siguió observando desde la ventana de su habitación: cuando salió con su maleta a esperar al autobús y en el terrible momento en que subió a él ya nunca más lo volvió a ver.