Capitulo 4..

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  (...)

Las horas pasaban y sentia un fuerte frio en la habitación, parecía que la ventilacion funcionaba y estaba enviando una fria corriente. Abrace mis rodillas para tratar de entrar en calor, resultaba que el short y la polera no iban a abrigarme lo suficiente.

- ¿no crees que hace frio? -mire a Max pero él no respondió. Me acerque para notar como dormía de manera tranquila. Al estar cerca de él pude ver sus brazos, lleno de cicatrices que provenían de cortes; quede atónita frente a esta cituacion, jamas en mi vida vi que alguien pasara por tanto sufrimiento. Me levante para tomar una de las sabanas de la cama y cubrirlo con ella, asi entraria en calor. La puerta de pronto sonó, alquien saco el pestillo, enseguida me arrartre hasta abajo de la cama para luego ver la puerta abrirse.
- ¿tienes frio? -sono una voz conocida, esa voz era la de mi padre- creí que con este día caluroso ibas a querer un poco de aire acondicionado -se rio.
- sabes que estas habitaciones no son calurosas -respondió Max con un tono de molestia.
- se que tu sacaste a mi hija de la habitación de vigilancia. Sera mejor que te alejes de ella o JaeJoong terminara matandote -advirtio- te traje el almuerzo -lanzo algo, desde abajo no pude evitar entrar en pánico, pero evite hacer ruido. Lo que estaba viendo en estos momentos es la cabeza de una mujer joven, era horrible. Mi padre se retiro de la habitación y volvio a cerrar con pestillo. Vi como Max se levanto para luego acostarse en el piso y mirarme.
- ya se ha ido -aviso, pero me negue a salir. Él intento alcansarme pero ne aleje- no te hare nada, ya lo prometí
- alejate -lagrimas comenzaron a aproximarse de mis ojos, tantas imagenes escalofriantes en mi mente me estaban torturando.
- te sacare de aqui, pero necesito que salgas para llevarte
- no, tu dijiste que era imposible salir de aqui
- saldremos por el conducto hasta el comedor y ahi solo son unos pasillos para llegar a la salida. Algo se me ocurrirá cuando estemos ahi. Lo prometo -estiro la mano- si te engaño tienes la pistola -me la mostro. Siendo que me estaba entregando algo con lo que podia atacarlo aun me sonreía, era extraño. Sali con su ayuda y lo mire con un poco de desconfianza, él solo me entrego el arma y se alejó.
- quiero salir de aquí -lo mire seria.
- entonces te sacare de este lugar

Con su ayuda subi al conducto y luego lo ayude a él. Las frias corrientes provocadas por el ventilador que se encontraba en algun lugar hacias tiritar mis huesos. Max habia dicho antes de iniciar el plan que estariamos mucho tiempo en los ductos por lo que debiamos soportar el frio, también dijo que no podiamos hacer ningun ruido o nos encontrarian.

(...)

No sabia cuantas horas nos habiamos arrastrado pero al fin habiamos llegado al comedor, Max vigilo que no hubiera nada, aun cuando el cuarto parecia estar poco alumbrado. Tras su señal, él bajo y luego me ayudo a mi, pero creo que ahora todo estaba mas oscuro que antes. 

(...)

Sentia como abria de manera lenta mis ojos siendo cegados por la fuerte luz que se encontraba frente mi. Mi vista se acostumbro y trato de ver con claridad que ocurria, porque de la nada me habia desmayado. Mire mis pies viendo una correas rodear mi tobillo, lo mismo pasaba en mis munezas y torso, ¿que ocurria?¿como habia llegado aqui? Trate de soltarme pero no funcionaba, las correas estaban apretadas que solo lograba dañar mi piel. En mi campo visual aparecio un hombre de bata, era un doctor, de seguro cree que soy una paciente. 

- espere, yo no soy de este manicomio. Yo solo venía a visitar a mi padre -le expliqué, pero el no hizo caso omiso- le digo la verdad, yo no soy de aqui, por favor suelteme -comence a llorar.
- no llores. Yo se que tu no estas loca -acaricio mi mejilla- todos lo sabemos
- ¿me dejara ir?
- no, no antes de tener tus ojos, esos hermosos ojos esmeralda. Que envidia te tengo -me miraba con tanto deseo, como es que podia estar metida en esto.

El hombre de bata inmovilizo mi cabeza y puso un aparato en mi ojo, tenia miedo. Tapo mi boca con un pedazo de sabana y hecho unas gotas que comenzaron a nublar mi vista. Mis intentos de pedir ayuda cada vez eran menos, sentia miedo de todo esto. Entre las imagenes borrosas que tenia podia ver como algo se acercaba a mi ojo, sentia panico.

(...)

Me sentia cansada, otra vez habia perdido el conocimiento y ahora no sabia que seria de mi, no sabia si aun seguia con ese hombre o ya habia muerto. Mis ojos volvian a abrirse, que alivio sentia tras ver el techo de una habitacion. Mi vista inpecciono el lugar, paredes acolchonadas con un color blanco; me encontraba recostaba en una cama, cubierta con una sabana blanca. Del lado derecho de mi rostro senti una leve presión, por lo que lleve mi mano encontrandome con lo que seria un parche bajo mi ojo.

- ¿en donde estoy? - me sente en la cama haciendo sonar la base de esta. Busque con la mirada a alguien, quizas a Max, podria ser que el me habia salvado. Me levante para caminar a la puerta pero cuando quise abrirla pude notar que tenia pestillo. Golpee y grite pensando en que alguien me encontraria, sabia que Max no era el que me habia traido a este lugar y esperaba que escuchara mis gritos y me sacara- ayuda -volvi a gritar en mis intentos de que alguien con buenas intenciones me encontrará. Despues de unos minutos pude percibir el sonido de pasos acercandose a la puerta, me aleje asustada volviendo a la cama.

La puerta se abrio y la silueta de un chico apareció en mi campo visual, a él ya lo habia visto y justamente era la última persona que deseaba ver. Esa mirada penetrante provocó un escalofrio que recorrió toda mi espina dorsal.

- ¿como esta mi angelito? -se acerco, su sonrisa estaba llena de maldad, al igual que su mirada oscura como la misma noche.
- bien -trate de sonar firme, pero ante él me era imposible, me sentia como la carnada de un león.
- me alegra haberte encontrado, llevo años esperando conocerte -llevo su mano a mi mejilla, acariciandola con dulzura y delicadeza.
- ¿Años? -pregunte confundida, como sabia de mi. Por lo general solo vengo una vez al año a este horrible lugar y con él único que hablo es mi padre, los cuales son solo 10 a 15 minutos, no mas.
- si. A sido una locura, el hecho de amarte y no poder tenerte en mis brazos, acariciar tu cuerpo, besar tus finos labios -con cada palabra la distancia entre nosotros se acortaba, el se acercaba a mí con la mirada fija en mis ojos. Me sentia acorralada sin embargo no volveria a dejar que se me acercará, no me mostrare debil. Tras tenerlo casi encima mio solo di un fuerte rodillazo en su abdomen, lo suficiente como para sacarlo de encima y correr a la puerta, esta abierta. Corri por los pasillos sin mirar atras, sabia que si lo hacía lo unico que veria es a él muy enojado mientras me persigue. Los pasillos estaban oscuros y una de las ventanas me mostro que era de noche, queria decir que este era mi segundo dia en el manicomio. Llegué a una sala que parecia ser la farmacia, debia buscar algo que me ayudara, entre a esta y comencé a buscar entre las repisas, algun sedante debían tener en este lugar despues de todo era lo que mas se les administraba a los pacientes. Tras varios intentos encontre una caja con morfina, saque un frasco para luego buscar las jeringas que estaban a dos pasillos mas de donde estaba.

Senti la puerta abrirse y solo me supe agachar para que los muebles me cubriera. Gateando por el piso logre llegar al final del pasillo sin embargo el ya estaba llegando a donde estaba por lo que decidí por quedarme al extemo del mueble a la espera que se fuera. Paso de largo, mi oportunidad de pasar al otro pasillo para luego ganarme al extremo de otro pasillo, justo donde estaban las jeringas. Mire a mi alrededor en busca de él pero no lo encontré, era la unica oportunidad que tenia para tomarlas. Me acerqué lentamente, sin provocar ningun ruido, tome una jeringa y abri el frasco de morfina, pero justo en ese momento alguien tomo mis manos y las apreto junto a mi pecho. Me logre liberar despues de que su agarre sediera tras el fuerte golpe en su pierna y luego un codazo en las costillas. Corri para llegar a la puerta, sin embargo antes de que pudiera salir del pasillo el tomo mi muñeca y me hizo ir contra la pared. Rodeo mi cuello con sus manos para comenzar a ejercer fuerza que cada vez aumentaba. Sus ojos llenos de furia y sus labios fuertemente apretados era la unica expresión que mostraba.

- ¿por que tengo que llegar a la violencia? ¿por que me haces querer hacerte daño? Yo te amo, ¿acaso tu no me amas? -grito enojado. Mis cuerdas vocales no podian pronunciar palabras, la presion que en estos momentos JaeJoong ejercia sobre mi cuello me estaba impidiendo la respiración- ambos estamos destinados a estar juntos, asi lo quiere el destino.

Trate de golpear sus brazos pero ya mi fuerza era inútil, parecia que lo golpeara con una pluma. Ya estaba al borde de la inconsciencia, sin duda no logre salir de aquí, no puedo contra unos enfermos mentales. Mis esperanzas se desvanecieron y deje de pelear, solo esperaria a que mis ojos se cerraran para luego descansar.

La presión en mi cuello comenzo a disminuir de manera rapida para luego dejarlo en libertad tras el fuerte ruido de un golpe. Cai al piso de rodillas mientras tosia, que alivio era estar respirando aun. La sombra de alguien me hizo reaccionar asustandome que fuera algun otro loco....  


Manicomio [One Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora