4. Olas

2K 144 48
                                    


A las seis empezaba la fiesta en la playa. Harían una fogata y pondrían música y todo eso. Eran las cinco y yo estaba en el gimnasio desde hace una hora ejercitándome un poco, aunque solo era para matar el tiempo. Lo hacía mucho últimamente, y claro, es que este cuerpo sexy no se mantiene a base de hamburguesas.

Cuando casi era hora, fui a mi casa a ducharme y a encaminarme a la playa. Cuando llegué aun habían pocas personas, estaba tranquilo y la tarde estaba cayendo así que el cielo estaba teñido de naranja y rojo. Me acerqué a Iris que estaba ayudando al militar sin cojones a colocar una carpa.

- ¡Hola Castiel! ¿Podrías darnos una mano aquí?

- Está bien.

Terminamos en unos minutos, y al darme cuenta ya habían muchas personas en la playa. Colocaron la música, y sirvieron bebidas y el ambiente se animó bastante. 

Recorría con la mirada todo el lugar, como buscando algo. O a alguien. Esperaba en algún momento ver ese cabello azul por entre la multitud. Tenía  rato parado en un lado un poco apartado, esperando encontrarla, pero no aparecía.

Perdido en mis pensamientos me sobresalté cuando sentí algo toparme la espalda. Cuando me volteé, lo primero que vi fue un flequillo negro al nivel de mi nariz. Al bajar la mirada, me quedé sorprendido. Todo este tiempo la estuve esperando, pero no me esperé que ya no tendría su cabello azul. 

- Oh ¿en serio te quitaste el look de niña punk?

- Ay no jodas -me golpeó el hombro-. ¿Es lo primero que vas a decir?

- ¿Qué quieres que diga? "Ay que linda te ves querida, ¿en que lugar te arreglaron el pelo?" -dije con una ridícula voz de mujer, y ella hizo un lindo puchero.

- Vale, me voy. No debí ni acercarme con la intención de saludarte. 

- Si crees que voy a detenerte, deja de ver películas románticas. Vamos, ¿qué estas esperando?

- Ahg, jódete -me enseñó su dedo medio y se fue.


"Ah perfecto Castiel, siempre haces lo mismo."

Pateé el suelo con rabia y me alejé de allí. Caminé hasta que la fogata solo era una pequeña luz lejana y me senté en la arena. No sé porque me intereso tanto en ella, si terminaré cagándola como siempre. Siempre lo mismo. Primero con Dalia, ahora con ella. 

Observé las olas moverse con suavidad. No sé cuanto tiempo duré allí, medio embobado en esa tranquilidad. 

Me recosté en la arena, y poco a poco mis ojos se cerraban. No debería dormirme, lo sé. Pero por alguna razón no puedo detenerlo... 



...


Siento algo que toca mi rostro. Se siente bien. Como una caricia. Quiero ver quien es, pero no quiero que pare. 

- Castiel... Castiel, despierta.

Abrí lentamente los ojos, y encontré frente a mí los suyos, que me miraban con ternura. Pero no duró mucho, porque pronto se alejó.

- Hey idiota, ¿Qué acaso pensabas quedarte aquí? Vamos, son las diez de la noche, todos creían que te habías ido. 

- ¿Y tú que haces aquí entonces? ¿Sentiste la necesidad de verme, y acosarme mientras duermo?

- ¡Dios! ¿Pero porqué eres tan idiota y arrogante? No se ni para que vine. Debí dejar que te llevaran las olas o te raptara alguien.

Vidas oscuras (Castiel CDM)Where stories live. Discover now