1. La nueva chica siniestra.

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- Vamos Demonio, salgamos un rato.

Mi fiel amigo peludo corrió hacia mí agitando su cola con alegría. Necesitaba aire.

Esa estúpida chica, ella, no podía sacarla de mi cabeza. Pero debía hacerlo, por Lysandro.

Dalia. Ella era especial para mí. Era especial hasta que hizo eso. ¿Cómo pudo pasar? Es decir, a diferencia de mí ella parecía tan buena y responsable y de pronto, resultó una ladrona. La descubrieron robar dinero del instituto. O eso dicen. Pidió disculpas públicamente y tuvo que pagar el dinero así que debía ser cierto. Quizás le guardé un poco de rencor por ello, pero en el fondo siempre dudé que ella realmente fuera capaz de eso.

A diferencia de mí, Lysandro nunca dejó de hablarle. Y entonces, cuando le pregunté porqué tenía tratos con ella, me contó lo que oyó de Ámber. Que la arpía de su prima, Elena junto con el grupo de Ámber lo habían planeado.

Poco a poco empezaron a suceder cosas. El concurso de talentos. Una chica desconocida subió al escenario con un violín y nos dejó pasmados con su canto y su música. Entonces esa chica se descubrió y era ella, Dalia. Lysandro le había motivado a participar en el concurso. Él siempre creyó en ella. Él siempre la mereció más que yo.

Entonces a ella se le presentó la oportunidad de una beca en una academia de música. Y no podía ir tras ella, no. Sino Lysandro, quien realmente debía estar con ella. Y yo le animé, le animé a buscarla, a decirle lo que sentía. Poco después de ella irse, él también se fue a una academia de música.

Sin embargo por alguna razón nunca dejé de pensar en ella durante todo eso. Cuando todos se reían de ella por los abusos de Ámber yo miraba desde lejos, pero no me divertía. Cuando Lysandro fue tras ella sentí un gran vacío. Yo no la había perdido, sino que nunca la tuve.

Y ahora Lysandro no está, ella tampoco. Ellos están intentando ser felices y yo voy a dejarlos. Por eso debo olvidarla.

Camino por las calles junto a mi fiel perro, el único que no se ha ido de mi lado. Necesito fumar un cigarrillo y relajarme. Entro en un callejón oscuro y aislado donde suelo detenerme cuando fumo. Saco la caja en mis bolsillos, tomo uno de los cigarrillos, lo enciendo y lo coloco en mi boca.

Miro al cielo mientras tomó bocanadas y las expulso poco a poco. Demonio da vueltas alrededor de mí y examina el callejón por todos los rincones. Es extraño. Desde que Lysandro se fue fumo más a menudo. Quizás es porque me siento más sólo. Ya no tengo con quien componer música para entretenerme en las noches.

Miro hacia fuera del callejón, las personas pasar apresuradas en diferentes lugares direcciones. Entonces pasa alguien con paso lento y pausado. Es una chica de larga cabellera teñida de un azul metálico. Viste como una chica punk y... Ella también es una tabla de planchar.

Ella se detiene, mira a su alrededor y entra también en el callejón, parece que no ha notado mi presencia. Mientras entraba miraba a sus espaldas, como si temiera que la siguieran. Entonces cuando miró adelante, se topó frente a mí.

- Hey niña, es peligroso estar metiéndose en callejones oscuros.

Demonio de inmediato se acercó y la miró un poco amenazador, así que le acaricié la cabeza para que se tranquilizara.

- Yo... -retrocedió unos pasos- disculpa.

Salió corriendo sin decir más. Ella se veía sospechosa. Parecía esconderse de alguien. Pero ni que me interesara.

Cuando el cigarrillo se terminó salí de allí y regresé a casa. Estoy aburrido, no sé qué hacer. Quizás debas hacer la tarea que dejó el profesor Farres... Jajaja si claro.

Vidas oscuras (Castiel CDM)Where stories live. Discover now