2. ¿Porqué hago esto?

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Esta noche quise volver a aquel callejón. Estaba más que seguro de que podría encontrarla allá. Pero esta vez, no quiero que sepa que estoy, quiero saber que iba a hacer en ese lugar.

He dejado a Demonio en casa, a pesar de que sus ojos me gritaban "¡No me dejes!". Pero esta vez no quería nada que delatara mi presencia.

Aún era temprano así que di un par de vueltas por la ciudad para matar el tiempo. Cuando ya eran las ocho, me encaminé a aquel lugar. Aún estaba solo, así que me escondí detrás de unas cajas viejas al lado de un contenedor de basura. Del otro lado sólo había una pared alta de ladrillos.

No fue sino hasta media hora después que la vi. Esta vez miraba con atención adentro del callejón, seguro pensando en el incidente de ayer. Pero ella no podía verme, así que entró y se acercó al montón de cajas a mi derecha.

Aguanté la respiración, ella estaba a sólo unos pasos de mí. La vi remover unas cajas y abrir una de ellas. Sacó algo de allí, pero como está oscuro no pude verlo. Entonces alguien más se acercó al callejón.

El recién llegado no la había visto, pero se nota que la estaba buscando porque ella estaba escondiéndose. Estaba de espaldas a mí retrocediendo. Cuando chocó conmigo casi grita así que tuve que sujetarla por la espalda y taparle la boca.

Ella volteó su cabeza y me miró con ojos sorprendidos.

- Shhh.

El nuevo intruso entró un poco más y lo vi mejor. Era un hombre con traje y un comunicador en la oreja izquierda. Miró alrededor y poco después se fue.

- ¡Hmmmmhmm! -murmuraba Anabelle, así que la solté-.

- Estás huyendo de él. ¿Qué te traes entre manos?

- ¡¿Qué acaso eres un acosador?! ¡¿Qué demonios haces aquí?!

- En estas circunstancias poco importa. ¿Porqué ese
hombre te sigue, y que es lo que escondes?

- Eso a ti no te incumbe, así que no te metas en asuntos ajenos.

- Claro que si me incumbe ahora. Podrías estar metida en asuntos ilegales y que me terminen relacionando contigo. ¿Debería hablar con la Policía?

- ¡No! Por favor, no. No digas nada de esto a nadie o tendré graves problemas. Te lo suplico.

- ¿Así no más ruegas? Que falta de orgullo.

- En estas circunstancias el orgullo poco importa.

- Por lo menos creo estar en derecho de saber que ocultas. ¿Drogas?

- ¡No! Claro que no. Y además, ¿estabas espiandome?

- Yo siempre vengo aquí. Creo que no tengo la culpa si vienes aquí con tus asuntos mientras estoy.

La veo intentar ocultar dentro de sus bolsillos lo que sacó de la caja, que aún no sé qué es. Pero como es sospechoso le tomo la muñeca y le obligo a mostrar lo que tiene.

- ¿Una caja de cigarrillos?

- ¿Porqué te metes conmigo?

- Por como lo ocultabas pensé que sería algo mucho peor. Estas cosas hacen daño ¿sabes?

- ¿Me lo dices tú? Te vi fumar ayer.

Entonces recordé como tosía en la clase de Educación Física. Quizás ella tenga algún problema respiratorio o algo así. Por eso le quité la caja.

- ¡Hey! Dame eso idiota.

- No deberías fumar.

- ¡No eres la mejor persona para decirlo! -gritó-. Es más, ¿sabes que? Quédatelo, puedo conseguir más. Seguro que usas todo esto como excusa para quedarte con ellos.

- ¿Qué me crees que necesito de ti para conseguirlos? Si tanto los escondes es porque no es tan fácil para ti.

Me miró con expresión sumamente enojada, apretaba los labios y le temblaban las manos. Entonces casi sin prevenirlo su mano se estrelló contra mi mejilla.

- Eres un maldito idiota.

Salió corriendo de allí, y yo solo pude quedarme parado intentando procesar todo lo que acababa de ocurrir. La mejilla me ardía por el golpe. ¿Porqué he hecho todo esto? ¿Qué me importa si ella se hace daño o no? Es su problema. Entonces ¿porque?

Metí la caja de cigarrillos en el bote de la basura antes de irme de allí. Por alguna razón ya no me apetecía volver a ver eso. Entré las manos en los bolsillos de mi pantalón y regresé a casa.

No podía dejar de pensar en los susesos de hoy. Es que todo esto es muy extraño. Mejor voy a darme un baño y a dormirme ya, para descansar de todo este rollo.

...

Bien, hoy he llegado temprano al Instituto y ni siquiera sé porqué. Supongo que por ahora no se que hacer. Me he sentado en mi lugar habitual, y me doy cuenta que no tengo nada que hacer allí. Por lo normal, si llegaba temprano algún día, podía hablar con Lysandro. O componer notas para sus canciones. Bueno, supongo que debo buscarme otros pasatiempos. Saco mi celular y abro un juego que descargué hace mucho para entretenerme.

El tiempo pasó casi sin darme cuenta, paulatinamente todos fueron llegando, y el timbre me despertó de mi trance. Todos los faltantes se apresuran en tomar su lugar, y entra la maestra de Literatura.

Los minutos pasan lentamente, y los ojos se me cierran del sueño pero hay algo que me mantiene despierto. Ella no ha venido hoy. No es que me importe, seguro ha de haberse metido en otro lío.

Cuando termina la clase, Iris se acerca a mí.

-Hey Castiel, este fin de semana vamos a organizar una pequeña fiesta en la playa, ¿te apuntas?

- Hmmm quizá.

- ¡Ey vamos! -Me dio un leve golpe en el hombro-. Tienes que ir.

- Bien, bien. Iré, sólo porque tú me lo pides.

- ¡Qué bien! Quería invitar a la chica nueva pero no ha venido hoy. Si de casualidad te la encuentras le dices ¿vale?

- Gesh... Okey, lo haré.

La verdad es, que por alguna razón yo sabía que sí la encontraría.

Después de clases salí a deambular un poco por la ciudad. Quizás me la encuentre así... ¡¿Pero qué dices Castiel?! ¿Quieres encontrarte con ella? Quizá sólo te meta en problemas, nadie sabe en qué líos está metida.

Sacudí mi cabeza en un intento de borrar ese pensamiento y pensé en marcharme a casa. Entonces vi esa cabellera azul que entraba corriendo a un bar. Bar Purpose. ¿Acaso sabe ella donde se metió? Demonios.

Por si fuera poco, aquel hombre también estaba rondando por ahí, y sería cuestión de tiempo para que entrara al bar.

Dios, no sé porqué hago esto. Entré al bar, ella estaba sentada en frente de la barra. Me quité la chaqueta y se la coloqué encima mientras me sentaba a su lado y le abrazaba por los hombros.

Me miró con sorpresa con sus ojos azules y se disponía a hablar, pero le coloqué un dedo sobre sus labios.

-Cállate si no quieres que te vean. Sigueme la corriente.

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Hi! Aquí tienen el segundo capítulo. Esta chica hace cosas muy raras no? Y el pobre castiel se ve arrastrado a ayudarla de una u otra manera.

Si les gustó pueden regalarme una estrellita ^ω^

Besos~

Vidas oscuras (Castiel CDM)Where stories live. Discover now