La clase pasó en un completo silencio entre ambos. Adrien intentó hablarle en varias ocaciones, pero fue ignorado por ella en todas y cada una de ellas.

-Pst, Marinette. ¡Marinette!- persistió.

-¡Adrien!- exclamó la profesora.- Si no tienes interés en esta clase, eres libre de retirarte. Pero no distraigas a tus compañeros.

-Si, señora. Lo siento.- respondió él encogiéndose en su asiento.

Más tarde llegó la hora del proyecto. En un incómodo silencio ambos se pusieron de pie y lo entregaron a la profesora. Adrien miraba de reojo a Marinette, pero esta mantenía la vista fija en frente.

Al salir, Marinette dejó rápido el lugar. Ni siquiera se despidió de Alya. Adrien pensaba interceptarla, pero ni siquera la encontró con su amiga.

-Alya.- llamó a la chica morena al verla en la puerta.- ¿Dónde está Marinette?

-No lo sé. Salió como un rayo de aquí.- respondió ella algo seria.

-Bueno, si la ves, por favor dale esto.- dijo mostrándole la cartera.- Lo dejó en mi casa el otro día.

-¿Por qué no se lo das tú mismo?

-No quiere dirigirme la palabra. No sé que hacer con ella.- dijo él con sus hombros caídos. De repente sintió como la chica tiraba fuertemente del cuello de su camiseta.

-Escúchame bien, amigo. Te diré lo que vas a hacer. No estoy segura de qué fue lo que le hiciste a mi niña, pero será mejor que lo arregles. Vas a buscarla, vas a disculparte con ella y le darás esa cartera tú mismo. ¿Me entiendes?- ordenó ella con voz amenazante. Adrien asintió con la cabeza sumisamente.

Por su parte, Marinette se encontraba en el parque. No quería ser cuestionada por Alya en ese momento y definitivamente no quería a Adrien cerca de ella. Pensó que tal vez trabajando un rato en sus diseños se distraería un poco, mas al esculcar en su mochila, se dió cuenta de que su cuaderno de diseños no estaba ahí.

-¿Buscas esto, mi Lady?- escuchó preguntar a una familiar voz al momento que su cuaderno apareció frente a sus narices. Miró hacia arriba para ver a Cat Noir colgando de cabeza del árbol que estaba tras la banca en la que se había sentado.

-Sí.- respondió secamente tomándolo.

-Lo dejaste en mi casa el otro día junto con eso.- dijo entregándole su cartera tras bajar y sentarse a su lado.

-Gracias por traerlos.

-¿De verdad no hay nada que pueda hacer para que me perdones?- preguntó nuevamente. Marinette miró hacia abajo y presionó sus labios.

-Te haré una pregunta, y quiero que me respondas con siceridad.- pidió.

-Por su puesto.- dijo él.

-¿Quién te gusta más? ¿Marinette o Ladybug?

-Eso no tiene sentido. Son la misma persona.- aseguró él.

-Sin embargo ignorabas a Marinette todos los días en clases y luego coqueteabas con Ladybug.

-Pues en mi defensa, Marinette siempre huía de Adrien. ¡Hace tan solo unos días te ocultaste detrás de Alya cuando te llamé! Nunca llegué a conocerte realmente.- respondió él.- Y sabiendo o no que eras Ladybug, el tiempo que pasé contigo estos días no lo cambiaría por nada. Me gustan ambas partes de tí.- aseguró.

-Está eso por un lado. Luego tenemos el hecho que de que observaste tras la puerta cuando sabías bien que mi transformación desaparecería. Quería mantenerlo como un secreto incluso para nosotros. Creí que podía confiar en tí.- continuó ella con sus acusaciones.

-Lo siento. No debí haber traicionado tu confianza. Solo quería conocer a la chica que me había robado el corazón.- dijo tímidamente. Marinette lo miró enternecida por un momento, pero luego concentró su mirada en la tapa del cuaderno en sus manos.

Adrien la miró seriamente y se dispuso a jugar su última carta. Tomó la mano que tenía sobre su libreta para retirarla de esta y la abrió, dirigiéndose a una página específica. En esta estaba escrito el nombre "Adrien" con algunos corazones pequeños rodeándolo.

-Se ve que en serio te gusta Adrien.- dijo. Marinette mantuvo su mirada baja, con sus mejillas ahora sonrojadas. Acto seguido, el chico saltó algunas páginas más adelante para mostrarle nuevo dibujo en su cuaderno, obra de él.

El nombre "Marinette" se encontraba escrito en un enorme corazón de color rojo con varias motas negras. Marinette sonrió enternecida.

-No soy un gran artista como tú, pero espero que entiendas la idea.- dijo él con una sonrisa.- No quise traicionar tu confianza, pero ahora que sé que eres Ladybug y además Marinette, no voy a dejarte ir. Sé que es algo cursi pero...

Un par de brazos que rodearon su cuello lo interrumpieron. Ella estaba ahora recostada a él, descansadno su cabeza en su hombro. Sin pensárselo dos veces, Cat Noir rodeó su cintura y escondió su rostro en sue cuello.

Desde la mochila de Marinette, Tikki vió la escena con ternura. El superhéroe abrió sus ojos aún abrazado a Marinette y sonrió.

-Espero que tú también puedas perdonarme.- dijo. La chica volteó.

-Si Marinette está feliz, yo también estoy feliz.- aseguró la pequeña kwami. Adrien se sintió aliviado. Miró a Marinette y se inclinó para besarla, pero esta interpuso su mano entre sus labios.

-Ah-ah.- dijo con una gran sonrisa.- Hay muchos civiles al rededor, mon ami. ¿No verían extraño que el superhéroe que coquetea con Ladybug bese a otra chica?

-Eso puede arreglarse.- respondió él ofreciéndole su mano.

Sujetada a su espalda, ambos subieron a uno de los altos tejados, donde nadie pudiera verlos. Allí, ante la enamorada mirada del muchacho, Marinette activó su transformación.

-Estoy seguro de que me tomará algo de tiempo acostumbrarme a verte cambiar. Pero creo que me gusta.- dijo él con una sonrisa rodeando su cintura.

-Me alegra.- respondió ella antes de enterrar una mano en su cabello y acariciar su mejilla con la otra. Ambos cerraron sus ojos para repetir, ahora como superhéroes, ese beso que tuvieron como civiles. Cat Noir finalmente obtuvo lo que quería y más. Un beso de su amada Ladybug y Marinette.




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⏰ Última actualización: Dec 31, 2015 ⏰

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La curiosidad mató al gatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora