La curiosidad mató al gato

Capítulo 5

-Lo arruiné, Plagg. En serio que lo hice esta vez.- repetía Adrien subiendo a su habitación.- Por fin besé a Ladybyg y ahora no querrá ni verme.

-¡Espera un segundo! ¿Tú la besaste?- preguntó su kwami sorprendido.

-Sí, unos segundos antes de que ustedes bajaran.- explicó él.- Por cierto, ¿qué rayos le dijiste a ese kwami? ¡En serio quería matarme!

-Bueno, puede que se me haya salido una o dos cosas acerca de tu plan...

-¡¿Qué?!- exclamó el muchacho.- Ya está, adiós a mi oportunidad con Ladybug.- dijo dejandose caer en su cama. Pero un objeto en ella golpeó su espalda. Se sentó y se dió cuenta que se trataba de nada más y nada menos que de la cartera de Marinette. Su pequeña libreta sobresalía de ella.

La tomó en sus manos y la abrió para darle un vistazo. Creía que se trataba tan solo de su cuaderno de bosquejos de diseños, pero parecía ser más que eso. Al encontrar su propio nombre en varias páginas encerrado en corazones se percató de que se trataba de una especie de diario.

Suspiró, aún más decaído que antes. Ella realmente estaba interesada en él y él había destrozado sus sentimientos. Justo lo que evitaba hacer desde un principio.

El día siguiente aparentaba ser un tranquilo domingo hasta que una akuma causó un caos en la ciudad. París necesitaba a sus heroes.

Cat Noir fue el primero en aparecer. Aterrizó en uno de los edificios más altos para estudiar el panorama, y no cesaba de preguntarse si su compañera de lucha aparecería.

El villano del día empujaba todo a su paso. Autos, bancas estatuas y personas. El héroe trataba de poner a salvo a cuantas personas pudiera, pero la destrucción no cesaría pronto y él lo sabía.

De repente una viga recién sacada por el maleante de un edificio caído se dirigió hacia él. A pocos metros de aplastare la cuerda del yoyo de Ladybug se enrrolló en su cintura y tiró de él lejos de allí.

La chica saltó sobre él y aprovechó que el villano se encontraba algo cansado de perseguir al gatuno superhéroe para tomar su objeto de valor y destrozarlo para sacar a la akuma de este.

Una vez que el lugar regresó a la normalidad gracias a los poderes de Ladybug, Cat Noir se incorporó y se acercó a ella para hacer su tradicional choque de puños, pero ella tan solo le dió la espalda y se concentró en recoger la cuerda de su yoyo.

-Escucha,- comenzó él.- sé que estás molesta y no te culpo, pero en serio quiero que me des una oportunidad para redimirme contigo.- dijo con sinceridad. Ladybug suspiró.

-El día de entrega de nuestro trabajo es mañana. No olvides traer la maqueta.- respondió ella sin siquiera volterlo a ver antes de irse.

El lunes temprano, Alya interceptó a su amiga ansiosa de saber como le había ido con su proyecto, pero más aún, de su tiempo de caridad con Adrien.

-¿Y?- preguntó al encontrársela en la entrada de la escuela.- ¿Qué tal te fue con tu "proyecto"?- dijo con una gran sonrisa.

-No quiero hablar de eso.- respondió Marinette con simpleza y una completa seriedad en su rostro. En ese momento la limusina de Adrien se estacionó frente al lugar y el chico bajó de ella. El muchacho alcanzó a verla, pero ella le dió la espalda y continuó su camino a su clase. Alya los miró a ambos confundida y corrió tras su amiga.

-¿Qué rayos pasó?- preguntó alterada. Marinette se detuvo, cerró sus puños y levantó su mirada apenas lo suficiente para verla.

-Me decepcioné.