Capítulo 2

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-¡Te tengo!- exclamo Ladybug tras atrapar a la recién liberada akuma en su yoyo. Tomó el objeto en sus manos y lo abrió para dejar ir a una sanada mariposa blanca.- Adiós, pequeña.- se despidió.

Tras lanzar el objeto que su Amuleto de la Suerte le había dado para luchar contra la akuma, todo al caos que había causado esta se revirtió y la ciudad de París estaba a salvo una vez más. Cat Noir se acercó a su compañera con una sonrisa en su rostro y chocó puños con ella.

-¡Misión cumplida!- exclamaron al mismo tiempo.

-Buen trabajo, mi Lady.- dijo él.- Se te ve de buen humor hoy. ¿Puede saberse a qué se debe?- agregó con interés en su respuesta.

-Pasó algo genial hoy. Es todo.- dijo ella con una sonrisa mirando hacia el cielo. Cat Noir la miró con ojos de amor. Realmente él significaba mucho para ella.

Ambos se despidieron cuando la noche finalmente cayó. Marinette había diseñado un nuevo vestido aquella tarde y se disponía a comenzar con él. Con sus materiales listo en su mesa de trabajo, colocaba los alfileres a la tela cortada mientras conversaba con Tikki sobre la pelea previa.

-Estuvo cerca.- dijo Marinette.

-Sí, tuviste suerte que Cat Noir estuvo allí para salvarte.- agregó Tikki. Marinette solo rodó sus ojos. Ese gato siempre estaba allí.- ¿No te pareció que él estaba muy animado también?

-Quizás también tuvo un buen día.- aseguró Marinette con simpleza continuando con su trabajo antes de que sonara su celular. Era Adrien.- Y el mió está a punto de ponerse mejor.- agregó antes de responder.- ¿Hola?

-Hola, Marinette. Escucha, pensaba que tal vez podríamos trabajar en el proyecto este sábado, en mi casa.- propuso el chico.

-¿El sábado? S-Sí, seguro.- respondió ella con sus característicos tartamudeos.

-Bien. Yo, eh, espero que nos vaya bien con esto. ¡Ten una linda noche!- se despidió.

-¿Era necesario llamarla? ¡La verás mañana en la escuela!- exclamó Plagg una vez que Adrien colcó el teléfono.

-Sí, lo sé. Es que yo...

-Solo buscabas una excusa para hablar con ella ahora, ¿no es así?- dijo el kwami adivinando sus intenciones. El muchacho asintió con una gran sonrisa.- Oh, el amor... Ese sentimiento que te hace hacer tonterías.

Adrien negó con la cabeza sonriendo aún, sin saber que su llamada había causado que Marinette se dejara caer en su cama con un suspiro.

Básicamente el noventa por ciento del día siguiente en la escuela fue pasado por ella con la vista fija en su amor platónico. Alya vió esto divertido.

-Si no te conociera, diría que te gusta ese chico de en frente.- le comentó en una de sus clases.

-¡Cállate!- le susurró Marinette cubriendo su boca. Mas eso no sirvió de nada. Adrien ya las había escuchado. Con una pequeña sonrisa intentó concentrarse en su libro.

-Oye, amigo, ¿se puede saber a qué se debe tu bien humor hoy?- le preguntó Nino al ver su expresión.

-No lo sé. Tan solo siento que mi vida está por cambiar.- respondió Adrien con una ceja arqueada.



La curiosidad mató al gatoWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu