Me Perteneces II |ZaynMalik|

#22: La cita (Parte 2)

El canela pasión con su traje bien caliente en multimedia.

POV's Zayn

Si hace cuatro años alguien me hubiera dicho que yo estaría en una cita, vestido de pingüino, seguramente lo hubiera mandado azotar hasta que lamiera la suela de mi zapato suplicando por mi perdón.

Siempre he tenido lo que quiero con tan solo tronar los dedos pero todo había cambiado. Ella lo había cambiado. Alexis se convirtió en una pequeña luz de esperanza en mi mundo lleno de mierda. Solo me importaban las mujeres, el dinero y el poder. Fue por eso que decidí seguir los pasos de mi padre.

Pero jamás llegue a tantos extremos como él. Puede que sea un cabron, un cobarde por haber llegado a ponerle la mano encima a una mujer, pero jamás fui capaz de arrebatarle la vida a ninguna. Llegar hacer eso me habría hecho sentir más bajo y ruin de lo que me siento ahora.

Ahora iba manejando con la mujer más hermosa que nunca había visto antes. Y no dejaba de preguntarme como es que llegue a merecer tanto después de todo lo que hice... lo que le hice a ella. No entiendo como después de todo ella sigue aquí, sentada a mi lado, con su mano apoyada en la mía que esta sobre su muslo.

Mi rostro estaba relajado y fresco pero mis entrañas se removían inquietas por los nervios. ¿Y si no le gusta? Tal vez espera más. ¿Y si es demasiado maricon como Kley?

Al llegar a nuestro destino Alexis abrió los ojos como platos y su boca formo una pequeña 'o'. En cuanto llegue a la entrada detuve el auto y salí de el para ayudar a Alexis a salir pero el de la entrada se me adelanto y él le abrió la puerta y le tendió la mano.

Le lance una mirada asesina y él tipo de inmediato retrocedió sin decir nada. Alexis saco las piernas primero, y no pude evitar mirarla, como siempre. Me dio su pequeña mano y salió aun mirando el lugar, sorprendida.

Mire sobre mi hombro y atrape al imbécil que se encarga de estacionar los autos mirarle el trasero a Alexis.

- ¿Se te perdió algo? - escupí fulminándolo con la mirada y juro que lo único que me detenía de romperle la nariz era que Alexis estaba tomada de mi brazo.

- Lo... lo siento, señor - el tipejo aparto la vista de inmediato poniéndose rojo.

- Mas te vale no le dejes ninguna marca - le lance las llaves con fuerza y estas cayeron en su pecho, haciéndolo dar un paso atrás por el impacto. Ja, marica. No aguantaría ni un puñetazo.

- No tenias que ser tan grosero - me reprendió Alexis en voz baja mientras nos adentrábamos al restaurant.

- Te estaba mirando el trasero - dije con calma, no quería que la noche se arruinara - ¿te gusta?

La mire y ella me regalo una resplandeciente sonrisa.

- Es perfecto - Y sí que lo era.

El lugar estaba en la costa cerca de la playa. Por dentro y por fuera era iluminado únicamente por lámparas de fuego que lo hacían lucir sofisticado y moderno, sin embargo también privado. Llame a Liam y él movió unos cuantos contactos para hacerme una reservación.

Alexis miraba con fascinación las mesas que brillaban con el fuego y como las parejas disfrutaban de su tranquilidad. Alexis iba en dirección a las mesas pero yo la jale de lado contrario.

- Aquí no es - intente esconder la sonrisa que amenazaba con expandirse en mi rostro.

En la parte trasera del restaurante estaba como un patio con vista al mar donde había más mesas pero solo unas cuantas. Alexis ahogo un jadeo al ver lo hermosa que era la vista y que incluso era más privado que por dentro. Solo había, máximo, cinco mesas. También tenían banda en vivo que tocaba música suave, solo para tener algo de fondo y una plataforma de madera pequeña para quienes quisieran bailar.