good boy :: hoseok

01

Wendy.

Estabas sentada frente a la ventana, con el cabello suelto y el aire despeinandolo de una forma particular,  me daban ganas de tomarte una fotografía. Tu rostro estaba sereno y miraba a un punto fijo.

Jalé una silla para sentarme a tu lado, como solía hacerlo todas las mañanas y tardes, a acompañarte aunque no hablaras o rara vez lo hicieras, no importaba qué, amaba estar contigo.

Intenté sentarme a tu lado pero me diste un empujón tan brusco que caí de culo al suelo. Tenías los ojos acuosos y la mirada preocupada.

No entendía nada.

- ¡Alejate! ¡¿Qué no lo ves?! ¡Está esperando a que te acerques para matarte!

Me puse de pie y me lo pensé nuevamente, llevarte a uno de esos lugares donde habían doctores especializados y te ayudarían...porque lo harían, o eso pensé en ese momento.

- Wendy... -Intenté acercarme pero me enseñaste los dientes como si fueras un auténtico canino, y gruñiste.

- ¡Que no te acerques! ¡No quiero que te haga nada!

Pero no quería hacerlo, no quería dejarla sola, quería hacerla entender de que no había nadie allá fuera que nos hiciera daño.

- No hay nadie, Wendy -Me arrodillé frente a ella y posé mis manos en sus muslos, mirando sus ojos, formando contacto visual para que se calmara. - Él no está ahí, ¿ok? -Ella asintió algo dudosa, iba a poner la mirada en la ventana nuevamente pero la llamé con fuerza y se volteó hacia mi. - Mírame a mi, nadie te hará daño, ni a mí

Pero ese nadie eras tú.

Horas después te suicidaste.

Gritabas ayuda como si alguien te estuviera golpeando, eso me lo contaron los vecinos, pero nadie hizo nada lo ver lo su estaba pasando.
Yo no estaba en casa, había ido a comprar la cena porque te había prometido traerte tu platillo favorito.

Pero cuando llegué a escuché tu grito desgarrador pidiendo ayuda, corrí al baño pero ya había sido demasiado tarde.

Al día siguiente saliste en las noticias, y te vi en una foto que colocaron a un lado donde  sonreías con un fondo de playa, con tu diestra sostenías un sombrero blanco que parecía que el viento quería llevárselo, estabas descalza y usabas un vestido blanco.

Te veías tan bonita, tan feliz...