Strings; memories never die✨ ➳s.m

LII✨ →⛄Maratón Navideña {3/3}❄← «capítulo especial»

“The memories never die... Our memories never die, Shawn...”

                                                8 de agosto, 2000.

—Mami, ¿tendremos muffins en mi fiesta? —pregunté, sonriéndole.

—Claro que sí —respondió, con una sonrisa—. Éste será un día que jamás olvidarás, mí pequeño Shawn.

Me dio un gran abrazo, y luego besó mi mejilla.

(...)

Estaba jugando con mis amigos, todos llevábamos puesto un gorrito de cumpleaños, cuando a lo lejos divisé a una niña, de más o menos mi edad, o quizás un poco menor, pero era la niña más linda que había visto en mi vida.

Estaba sola, y también parecía estar aburrida, quizás por eso fue que se acercó a un grupo de niñas, que eran unos años más grandes que ella. Una de las niñas la empujó haciéndola caer al suelo bruscamente.

Corrí hasta ella, y noté que estaba llorando, al parecer le dolía bastante, y un líquido rojizo salía de su rodilla.

—¿Te duele mucho? —pregunté, preocupado.

Asintió, mientras seguía llorando.

Salí corriendo en busca de mi mamá, para que pudiéramos ayudarla. Creo que la niña pensó que no volvería, pero lo hice.

Mí mamá la llevo adentro, limpió  su herida, y luego yo le puse una vendita.

—Listo —murmuró, con una sonrisa—. Ahora vuelvan afuera, y tengan cuidado, pequeñines.

—Sí, mami —respondí, sonriéndole.

Cuando se fue, volví a poner mi atención en la niña bonita.

—¿Todavía te duele? —le pregunté, haciendo una mueca.

—Un poquito —respondió, mirando su herida.

Me acerqué, y deposite un beso sobre el parche de su rodilla, haciéndola sonreír.

—¿Esta mejor ahora? —pregunté, sonriéndole.

Asintió tímidamente.

—Yo me llamó Shawn, ¿y tú? —pregunté, sin dejar de sonreír.

—N-Nina —respondió, sonriéndome devuelta.

—¿Quieres ser mi... amiga? —pregunté, tímidamente.

—¡Sí! —aceptó, emocionada.

—Eres el mejor regalo de cumpleaños, Nina.

Me dio un pequeño abrazo, mientras nos tomábamos de la mano...

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                                                 17 de junio, 2009.

Ahí venía ella de nuevo. La hermosa pelinegra, la que hace unos años atrás había nombrado como "la niña bonita", la que había robado mi corazón desde el primer momento...

—¡Shawn! —gritó, corriendo a mi brazos.

La atrapé de inmediato, haciéndola girar en el aire por unos segundos, y terminando en un cálido abrazo.