Seokjin siempre supo que algo no estaba del todo bien cuando un muñeco articulado de bola se hizo humano y encajó tan bien en sus vidas como encajaba en la repisa roja de su habitación junto a todas esas muñecas sin vida que así se tendrían que quedar, pero estúpidamente no había hecho nada al respecto.

Y Jungkook realmente no quiere poner sal en la herida, el enserio se quedaría callado viendo a Seokjin encorvado sobre si mismo intentando respirar con calma, pero hay mucho más que Jungkook sabe que tiene que decirle, porque en los ojos de Taehyung no había nada, pero cuando Jungkook miro muy dentro de ellos supo que el tiempo no es realmente una ilusión como prometen los autores románticos, y puede hacerlos tropezar si intentan tomarlo de las riendas.

Porque así como los años pasan y los humanos envejecen, la magia no puede esperar para siempre.

Porque la magia es vida, y el tiempo nunca ha perdonado a la vida.

Un escalofrío recorre el cuerpo de Jungkook porque las emociones de Taehyung se han de hecho drenado de su interior sin colador tal como lo podía ver en sus ojos negros de cristal, y Seokjin le mira vulnerable desde abajo cuando el menor continúa hablando.

—La magia puede agotarse, así que si el deseo de Yoongi no logra cumplirse, entonces...

Jungkook no sabe como decirle.

Él realmente no puede explicar que cuando la magia de Yoongi se acabe, sus ojos seguirán tan brillantes y de cristal, pero van a deshabitarse negros y oscuros como los de Taehyung, al igual que sus gestos vacíos y sus palabras llanas, porque todos los sentimientos y emociones en el interior del moreno eran producto de la magia que le dio oportunidad de hacer realidad lo que tanto había querido, pero como eso nunca llegó, la magia se agotó y ya no quedó nada en su corazón más que sangre, real y caliente que le mantiene con vida, pero sin nada que le revuelva el estómago, le haga reír o hasta incluso llorar.

El aliento de Jungkook se congela a mitad de garganta cuando Taehyung suavemente le escupe todo eso sin siquiera una mueca, pero Jungkook no puede culparle de todos modos, ni a nadie, la verdad.

Seokjin asiente, finalmente elevando la mirada, pero no a su propio cuerpo del piso, porque está asustado de que sus piernas no puedan sostener su propio peso.

Lo entiende, por supuesto que lo hace.

Todos los sentimientos de Yoongi van a drenarse, como si la magia cobrara por su estancia y sus servicios.

Pero si eso no ocurre, Yoongi volverá a ser una muñeca sin vida entre las demás de la colección de Seokjin, y Seokjin se siente un jodido egoísta por estarse debatiendo acerca de lo que quiere o no quiere hacer con respecto a la situación.

Si es mejor quedarse con Yoongi en su forma humana o hacer como si nada ha pasado y tenerle de resina moldeable de la misma manera en que lo había estado haciendo los años anteriores.

Seokjin entiende en cambio que no se trata de él, ni tampoco de Jimin —oh, santo cielo, Jimin—, es Yoongi el que está ahí por una razón y debe irse, porque él es un muñeco, incluso si ahora respira y tiene cuerpo humano, así que Seokjin intenta comenzar a convencerse a sí mismo de que las cosas estaban bien antes cuando Yoongi era un muñequito pequeño y lo estarán cuando él se tenga que ir.

Se sobresalta un poco cuando Jungkook está sentado en el suelo frente a él con la mirada vacilante, asustado, y sus manos sostienen los hombros de Seokjin con fuerza, más como buscando un equilibrio para él mismo.

—Hay veces en que ellos se callan —porque los ojos de Taehyung son inexpresivos pero si atesoran un sinfín de recuerdos que Jungkook conoce ahora, tal vez solo la mitad de ellos, pero lo suficiente como para saber que Taehyung amó en el pasado.

Él amó demasiado y todos sus sentimientos burbujeando dentro de él que pugnaban por salir le hicieron callarse su importante deseo, quizás queriendo extender un poco más el tiempo en el que podía quedarse con ellos o como una medida poco efectiva pero que lució esperanzadora en algún momento, o menos dolorosa para ese rostro que Jungkook no ve pero que sabe que fue muy importante para Taehyung cuando podía sentirlo importante.

Y de esa misma manera, Seokjin está seguro, por lo que ha visto, por las vivas emociones que Yoongi posee y que rebosantes se hacen presentes en su apartamento, Yoongi quizás no quiera irse, aunque terminará haciéndolo de todos modos, pero Seokjin sabe que el pequeño de cabello verde tal vez quiera conservar sus sentimientos hasta el último momento

O conservar el calor que se extiende por su pequeño cuerpo cada vez que Jimin le sostiene entre sus brazos, incluso si eso le retiene dentro de un cuerpo humano que no es capaz de sonreír alegre como lo hace cuando Seokjin cocina algo dulce o que sus mejillas pálidas se humedezcan con lágrimas saladas cada vez que algo le da un buen susto.

Seokjin suspira en un intento por sonreír que solo termina siendo un gesto agotado.

Yoongi va a irse de cualquier forma y es su decisión cómo él quiera hacerlo.
Su problema ahora es como decírselo a su compañero de piso, pero, por otro lado, Jungkook ha visto antes como los gestos en las manos de Taehyung y sus modales al hablar hacían memoria de lo que había sido antes.

Alguien lleno de sonrisas coloridas, la piel morena tibia y ojos maravillosamente brillantes, un Taehyung rebosante de vida y un sinfín de aventuras emocionales que recorrer, y Jungkook no quiere que la sonrisa gingival de Yoongi y sus pequeños ojos de felino dormilón sean reemplazados por un semblante serio que pueda herir a Jimin como un boomerang y a Yoongi no le importe, porque no sentirá nada entonces.

ball jointed dolls ※ jimsuWhere stories live. Discover now