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Luego de largas horas convenciendo a Alec, ella volvió a casa con Bastian. Él la tomaba con cuidado, asustado de lastimarla.
-No busques lugar para irte.-dijo él.-Sé que estuviste buscando pero prefiero que te quedes acá, conmigo.
-No quiero ser pesada.-dijo ella.
Él la hizo sentarse en el sillón con cuidado y besó su frente.
-No sos pesada. De todos modos, si buscas un lugar, vas a quedarte acá o yo voy a quedarme allá.
-¿Vas a obligarme a que te deje pasar?-rió ella.
-Me voy a meter por tu ventana a la noche, así te asustas y me dejas entrar en tu cama.
Ella volvió a reír pero entonces guardó silencio y levantó su muñeca. Bastian la miró confundido y siguió su mirada. Laslie cayó sobre su pecho y buscó los dedos de él.
-Tranquila.
-Corté el tatuaje con su nombre. -musitó ella.
-Apenas te cures, podemos ir a repasarlo.
-Pensé que me habías dejado y...
-Lo sé. No voy a volver a cometer esa estupidez.
-Bastian,-susurró ella.- tenías los ojos rojos cuando desperté. Yo te hago mal.
-¿Vos?-rió amargamente.- Si yo hubiera dejado una maldita nota, ahora estarías bien.

El chico se puso de pie y comenzó a caminar por la casa, de mal modo, intentando aclarar su mente. Ella subió las escaleras con lentitud y, cuando él la vio, se aproximó. Laslie hizo una mueca y la frustración de él fue reemplazada por preocupación.

-Creo...-susurró.- Malditos pantalones. ¿Podrías...?-él se los quitó sin pensar siquiera en lo que hacía y la vio relajarse.- Eso es un gran alivio.-Bastian le alcanzó uno de sus boxers y ella se lo puso con su ayuda.-Amo tu ropa.

-Tengo la sospecha de que hiciste eso solo para poder usar mi boxer.-dijo él, divertido.

-Tonto.-rió.-Me dolía.

-¿Qué no te duele?

-Los labios.-sonrió ella y lo besó.- Que suerte.

Bastian no sabía por dónde tomarla, así que le acunó las mejillas y la besó una, dos, quince veces.

-¿Podemos ir a descansar?-preguntó ella.

-Si. Ya es muy tarde.

-¿Vas a quedarte conmigo?

-Tengo miedo de lastimarte mientras duermo.

-Está bien.-suspiró ella y caminó hacia el cuarto en silencio, para luego dejarse caer en la cama y cubrirse hasta la cabeza.

-¿Laslie?-llamó él, pero ella no respondió. Entró en el cuarto y apartó las sábanas, topándose con su mirada triste.-Puedo quedarme hasta que te duermas. Sabes que me muevo mucho y a vos te duele todo.

-No me importa si me lastimas.-dijo ella.-Después de sentir que me habías abandonado para siempre, no me importa.

-Nunca te abandonaría.

-Muchas personas prometen cosas.-susurró.

-La diferencia es que yo voy a cumplir mi promesa.

-Quedate conmigo.-suplicó ella, bajito.

-No voy a meterme en esa cama y correr el riesgo de hacer mas daño del que ya hice.-sentenció, completamente serio y ella bajó su mirada para luego darle la espalda y fingir que se había quedado dormida.

Odiaba cuando Bastian tomaba el lugar de "Es mi casa y se hace lo que yo digo."








No es quien dice serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora