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Se incorporó cuando el timbre sonó. Ella se puso de pie también, dirigiéndose a la puerta.

-Laslie.- susurró Justin al verla.

-¿Qué pasa, Justin?- preguntó ella, alarmada ante la cara pálida de él.

-Tenes que venir a casa, necesito que hables con Alec.

Sin pensarlo dos veces, ella tomó la mano de Bastian y salió junto con él. Subieron al auto y Justin al suyo, guiándolos.

-¿Por qué vas a ir?- preguntó Bastian.

-Porque siento que mi hermano me necesita.- susurró ella.- No quiero perder a otro hermano, Bastian. Necesito... necesito que me apoyes en esto.

Él se detuvo en el semáforo y la tomó del mentón.

-Siempre voy a apoyarte.- susurró mirándola a los ojos, justo antes de besar su frente.- No lo dudes.

-Te quiero, Bastian.

-Yo te quiero muchísimo mas.- susurró él, tomándole la mano.

Al bajar en la casa, ella se encontró a la pequeña Rosse dormida en los brazos de Dan. El rostro del chico se iluminó al verla llegar.

-Él.. es difícil.- dijo Justin.- Solo entrá e intentá hablarle.

-Te acompaño.- dijo Bastian, rodeándole la cintura con su brazo.

-No creo que sea buena idea.- dijo Dan, mirándolo con recelo.

-Está bien, Bastian.- susurró ella.- Todo va a estar bien ¿Si?
Laslie abrió la puerta y la cerró detrás suyo. Las cosas estaban tiradas por todos lados, algunas estaban destruidas y había algunos cristales. Escuchaba golpes que provenían de la sala y caminó hasta allí esquivando una silla rota. Se detuvo al ver a Alec, totalmente sacado, revoleando todo lo que encontraba a su paso.
-Alec.- susurró ella y el chico se detuvo, volteando a mirarla.-¿Qué pasa?
-No te acerques.- advirtió él.
Ella tragó duro y avanzó hacía él a pesar de su mirada cargada de advertencia. Rodeó sus puños con sus manos y estos se relajaron, al igual que su hermano.
-¿Viniste por que Justin te lo pidió?- preguntó él con dolor en la voz.
-Vine porque sentía que me necesitabas.- respondió ella y él la rodeó con sus brazos.- ¿Estás bien?
-Si. Hice un desastre.- dijo frustrado y ella rió.
-Yo te ayudo a ordenar todo este lío.
Comenzaron a levantar algunas cosas mientras hablaban animadamente.
-¿Dónde estás quedándote?
-Vivo con Bastian.- dijo ella con una sonrisa.- Si lo conocieras... te juro que lo adorarías. Es una persona increíble.
-Y, al parecer, está enamorado de vos. Igual, creo que no te quedas atrás.
Ella se quedó pensativa unos minutos y suspiró mientras seguía colocando las cosas en su lugar.
-Él merece algo mejor.







No es quien dice serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora