Protect Me |Death Note| |Beyond Birthday|

3: Preparación

"Irás a Los Ángeles", me dijo mi mamá, y no podía sentirme mejor que antes. A pesar de que viajaría al otro lado del país sentía que algo me faltaba, que estaba incompleta y no porque ella no podía venir conmigo, sino por la muerte de mi hermano, Beyond Birthday.

Desde que mamá lo decidió y se comunicó con Watari, habían estado charlando un rato sobre lo que pasó entre nosotras. No pude escuchar la conversación, pues ella se marchó a su habitación hablar sin saber por qué, mientras yo me quedaba en la cocina en un intento de bajar con grandes cantidades de agua toda la ansiedad y los nervios acompañados de confusión que todavía podía sentir. Esto no era algo que podía superar de la noche a la mañana, y más que nunca me encantaría agarrar mi teléfono, llamar a mi mejor amiga y contarle la semejante locura que acabo de descubrir para tener su apoyo y consejos, pero entonces recordaba lo peleadas y distanciadas que estábamos y lo único que conseguía era empeorar mi estado de ánimo, además no tenía otros amigos salvo a ella, creo que eso lo heredé de mi progenitora. También me hubiese encantado aprovechar el momento para hablar acerca de mi padre ya que lo había mencionado, pero me parecía un poco fuera de lugar poner tantas cosas en una misma bolsa, hubiera sido una explosión de sentimientos. Nunca hablábamos del pasado, ni siquiera tenía una foto de mi padre; lo único que sabía de él era su nombre, aquella historia que me había contado recién y su muerte. Nada más, y me parecía muy poco, es decir, ya era una adolescente y necesitaba saber cosas sobre mi familia, sobre mi papá... es esencial para cualquier hijo o hija saber sobre sus padres. Sin embargo, era un tema que ahora mismo no tenía mucho que ver con el de Beyond Birthday, así que no diré nada al respecto y esperaré a que la oportunidad de hablarlo se diera por sí sola.

Mi mamá apareció en la cocina con una mirada como la de siempre, suponía que después de estar diecisiete años tratando de disimularlo para protegerme ya se le había hecho costumbre, y en verdad admiraba toda esa fortaleza que poseía para no caer en depresión tras haber abandonado y ahora perdido a su hijo de manera horrorosa e inhumana: quemado vivo; el dolor que mi medio hermano habrá sentido no tendría lugar a palabras para describirlo.

-Watari cuidará de ti, él está en Los Ángeles y me dijo que estará totalmente dispuesto a cuidarte y guiarte en lo que sea necesario, de hecho me dijo esto hace ya muchísimo tiempo para cuando supieras la verdad -depositó su movil sobre una mesada y se acercó a mí-. Tú vas a estar bien, Hazel. No voy a cometer el mismo error dos veces, jamás lo haré.

Le sonreí, no sabía qué haría mi mamá sin mí y yo sin ella. Estaba agradecida de tener a una persona así como progenitora, aunque por un lado reconsideré sus palabras y dudé por un momento, no necesitaba que se preocuparan por mí y me anduvieran cuidando. No era que no confiara en Watari porque lo conocía desde pequeña y lo consideraba como un tío-abuelo desde que tengo memoria, pero no quería ser una molestia, seguramente Watari tenía cosas más importantes que hacer como para estar cuidando a una adolescente como yo.

Pero también pensé un poco en mí, y la verdad era que por un lado sí necesitaba de alguien. No conocía Los Ángeles, jamás había ido y en una ciudad tan grande como esa podría perderme o pasarme algo aún peor, en cambio Watari podría guiarme. De todos modos, seguramente no estaría mucho tiempo allí. Sería solo una semana o tal vez menos, depende lo que dijera mi madre. Aunque las vacaciones acababan de empezar para mí y tenía tres meses libres por delante.

-Gracias, mamá. ¿Pero cuánto tiempo me quedaré allí?, ¿estás segura de dejarme ir? -tenía que preguntárselo, no porque dudara yo en verdad deseaba realizar ese viaje, pero todavía era menor de edad y estaba bajo su responsabilidad.

-No te preocupes por eso ahora, cariño. Lo hablaremos mañana, así que ve a tu cuarto mientras preparo la cena y tú prepara tus maletas. Los Ángeles te espera -dicho esto besó mi mejilla maternalmente y se dedicó a ir al baño para lavarse un poco y quitar los restos de lágrimas.