Capítulo 29

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–¿Liam? ¿Qué haces aquí? – pregunto confusa.

–Yo solo venía para...– y se detiene con la mirada fija sobre algo detrás de mí.

Harry.

Otra vez sucede.

Solo que esta vez es diferente, no pienso darle ninguna maldita explicación.

– ¿Para...?– Insisto, de brazos cruzados.

–¿Podemos hablar en privado? – Me dice mirándome, y mirando a Harry repetidas veces.

­–No, estoy con mis amigos.

–Vamos Emma, solo será un momento. – Me mira molesto ¿qué le pasará? Sus ojos miran los míos con agonía, convenciéndome de darle el tiempo que él desee.

Y justo ahí las palabras de Jess vienen a mi mente "Habla con él". Me giro para ver a Harry.

– ¿Podrías ir con las bebidas Harry, ya te alcanzo?

–Está bien. – suelta apagado. –No te tardes. – Y mira a Liam, mientras se retira de la cocina escaleras arriba.

Me doy vuelta para entablar esa tan ansiada conversación con Liam, y al girar, lo descubro mirando fijamente la partida de Harry. Decido ignorarlo y comienzo.

–Bien. ¿Qué tienes para decirme? –solté seria.

–Primero que nada, ¿puedes dejar de mirarme así? pareciera que maté a tu gato.

–Ve al punto.

–¿Estas enojada conmigo?

–No. – me crucé de brazos, siendo más que obvia. –¿Para qué viniste?

–A preguntarte donde fuiste después de la escuela, no te vi en las siguientes clases.

Esto tenía que ser una broma de mal gusto.

–¿Me estás hablando en serio? – Jess tenía razón, era un idiota.

–Claro que sí. No apareciste en todo el resto de la tarde ¿Qué te sucede?

–¿Qué te sucede a ti? Primero estamos más que bien, actuamos en esa maldita obra y luego me tratas como antes, con ese aire de idiota que usas para alejar a las personas de ti. Y encima ahora vienes a preguntarme por qué salí de la escuela, cosa que realmente no te incumbe ¿o acaso yo te pregunté por qué te fuiste con esa rubia?

Maldición

–Oh, así que ese era el problema. – Soltó gracioso.

¿Qué le causaba gracia? Imbécil.

–No, ella no es el problema. El problema aquí eres . – grité enojada.

Miré sus labios por un segundo. Grave Error.

– ¿Ahora soy un problema? – Arqueó una ceja – ¿Por qué estas tan irritante?

– ¿Por qué crees? Eres un imbécil. –él arrugó su frente confundido. – Besas a la rubia, luego me tratas como un idiota para luego irte con ella. – maldición Emma, mantén tu boca cerrada.

– ¿Qué? – su cara era la confusión misma– Yo no besé a Megan ¿de qué hablas? – ¿No la besó? ¡No la besó! Genial... Acabo de quedar como una tonta.

–Igual eso no quita el hecho de que te hayas comportado como un idiota. – solté de brazos cruzados. Desviar el rumbo de la conversación era la mejor opción en estos momentos de incomodidad extrema por ser una bocazas. –Realmente creí que podríamos ser amigos. –continué.

"O algo más" pensé.

–¿Y por qué no podríamos serlo?

–¡Porque eres un maldito bipolar!

–¡Solo quería saber si estabas bien! No soy ningún bipolar. – se defendió.

–¡No tienes por qué preocuparte por mi! – grité.

–Maldición no se puede hablar contigo. – agitó su pelo con las manos, claramente enojado.

–¿Sabes qué Liam? Ya estoy harta, solo...– y justo en ese momento lo más inesperado sucedió.

Él estaba besándome.

Por segunda vez en un mismo día.

Oh bendito seas lunes.

Solo que el rumbo de beso ahora lo llevaba él. ¿Un solo beso bastaba para convertirse en todo un experto? ¿Será que es fanático de las películas románticas? ¿O habrá practicado con su rodilla?

Dejé de pensar rápidamente cuando sentí sus manos rodear mi cintura, a lo que yo, por simple reflejo respondí, llevando mis manos a su cuello, para tener un mejor acceso hacia él. El beso era suave, como el de esta mañana, su aliento seguía mentolado, y el flaqueo de mis piernas también continuaba intacto. Mi mente estaba en blanco, lo único que pensaba en esos momentos era lo bien que olía, y lo mucho que estaba disfrutando el beso. Estaba más que segura que en un futuro me arrepentiría de esto, pero en estos momentos, para ser realista, estaba actuando acorde a mi corazón y no a la razón. La pequeña vocecilla dentro de mí seguía insistiendo "Aléjalo, solo está jugando contigo" pero como dije antes, la razón no importaba en estos momentos.

Sus manos pasaron directo a mi rostro, sujetando mis mejillas. Y justo cuando me sentí desfallecer por falta de aire él se separó de mí.

Me estaba mirando, fijamente, como si fuera la única persona en este planeta, y yo solo quería saber que estaba pasando por su mente. Sus ojos expresaban alegría, confusión, miedo

 Miedo a lo desconocido

En cambio yo, además de estar más que sonrojada, al parecer mi rostro era un crucigrama, realmente después de gritarle bipolar no esperaba esa respuesta de su parte ¿Será que vino para eso?

–Perdón, necesitaba hacerlo. – soltó rápido "no te disculpes, hazlo de nuevo" pensé. –Eres un dolor de cabeza Emma. – rió

– ¿Eso es un halago? – fruncí el ceño.

–Lo más parecido a uno. – sonrió, y justo cuando iba a revelarle lo mucho que amaba su sonrisa, su rostro se acercó al mío, depositando un beso en mi mejilla. – Adiós Emma. – saludó. ¿Qué? ¿Por qué se va?

–¿Por qué no te quedas Liam? – gritó una voz detrás de mí, giré rápidamente.

–Lo siento Jess, tengo cosas que hacer. – se despidió. Dejándome parada en mi puerta, con mi mente llena de preguntas. Preguntas que me costarán responder.

–Con que, alejarte de él ¿eh? – se burló Jess detrás de mi

¿Qué es lo que acaba de pasar?




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⏰ Última actualización: Dec 19, 2015 ⏰

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