Capítulo 22

66 4 4
                                    

Me vería estúpida si mentía, y tendría que dar explicaciones si lo afirmaba. Hoy no es mi día.

-¿Cómo escuchaste Harry?- Contesté sin vueltas

-¿Puedo saber de quien?

-No.

-¿Por qué?

-Que metido Styles.- intervino Jess.

-Solo quiero saber de quien.- Dijo este insistente.

-¿Por qué te importa tanto?- pregunté esperando atentamente su respuesta. Respuesta que no obtuve

Un silencio incómodo se hizo presente. Sus verdes ojos eran pura confusión.

-Tienes razon, perdoname, nos vemos.- Dijo retirándose.

Me quedé mirándole, con suma intriga de que demonios había pasado hace segundos.

-Esto me huele mal.- Soltó Jess

-Tu hueles mal.- Dije con intenciones de romper el momento incómodo que dejó Harry con una simple broma. Péro Jess no rió.

-Espero que las cosas no sean como pienso, o Harry terminará mal.

-¿Qué es lo que pien...? - Hasta que supe a que se referia -Sabes que, ni me digas, seguro exageras, como siempre.

-Tuve razón con que te gusta Liam.- Sonrió

-¿Quieres por favor no decir su nombre? Acabo de asumirlo, y lo único que me falta es que se entere todo el instituto.- Hablé lo más bajo que pude.

-Oh si, esta es mi parte favorita.- Celebró. Yo solo sonreí sabiendo lo que iba a decir.- ¿Qué apodo le pondremos?

-Qué sea uno normal, porfavor. ¿Cómo es posible que el anterior chico que me gustaba le hayamos puesto "pelota"?- la miré incrédula.

-Oh vamos Emma, lo normal es aburrido. Y debes admitir que cada vez que lo nombradas te reías.

-Esta bien, elije.

Jess comenzó a mirar cosas a su alrededor mientras yo comía mi hamburguesa. Tardó un rato, hasta que fijo sus ojos en mí con una gran sonrisa.

-Hamburguesa.

-¿Es una broma cierto?- Dije riendo. Risa que cesó cuando Jess negó.- Miraste el comedor como por diez minutos ¿y elegiste lo que estoy comiendo?

-Justo por eso, lo estas comiendo.- Levantó sus cejas

-Eres una pervertida.- reí

-Dime algo que no sepa.

(...)

-Yo creo que estamos listos, ¿tu que dices?

-Si, claro.- dijo Liam perdido

-¿puedo hacerte una pregunta?

-Deja de hacer eso.- río

-¿qué cosa?

-La de preguntarme si puedes preguntarme algo. Solo hazlo y ya.- sonrió. ¿sería cursi decir que me encanta verlo sonreir?

-Oh perdón.- reí - ¿por qué no fuiste al instituto hoy?

Noté como se ponía tenso y por un instante me arrepentí de preguntar tal cosa.

-Problemas en casa.- suspiró -¿me perdí de algo interesante?- preguntó evadiendo el tema.

-Solo un poco de tarea de Historia y Química. Luego te paso las consignas si quieres.- sugerí finjiendo desinterés.

-O podemos hacerla juntos.- me miró

Quede estática. Mi corazón de nuevo empezó con sus bruscos latidos. Sentía mi propio pulso ir rapidísimo. Solo espero que él no pueda escucharlo porque sería vergonzoso. Mis mejillas tomaron color, como era de esperarse.

Me puse frenética, y solo me invitó a hacer la maldita tarea.

-¿Te encuentras bien? te ves pálida.- Oh que vergüenza

Es el efecto que me produces Hamburguesa.

-Estoy bien, no te preocupes.- reí. Jess tenía razón, es gracioso. Estúpido apodo.- ¿juntos?

-Si juntos, ¿mañana estaría bien?- sonrió.

-No puedo, mañana es la fiesta sorpresa de Louis. A la cual planeaba invitarte en un rato.

-¿Una fiesta?

-Si, es en su casa. ¿Quieres venir?

-No soy...- rascó su cabeza. -No soy un chico de fiestas Emma, no sé si podré ir.- suspiró

-Al menos haz el intento. Y la tarea la podremos hacer el sábado.- sugerí

-A la tarde.

-¿4pm?

-Si es que la resaca desaparece a esa hora, hecho.

Levantamos todas nuestras cosas y emprendimos camino a casa. Liam tenía que ir a trabajar pero como su trabajo quedaba por el mismo camino que a mi casa, decidió acompañarme. El camino ya no fue silencioso como las primeras veces, ahora veníamos hablando tranquilamente de música, libros, y cosas que teníamos en común. Una vez en mi casa, nos despedimos.

-Nos vemos mañana.-saludó

-Adiós, nos vemos.- Sonreí pensado que se iría, pero no. Él tomó camino hacia mi lentamente acercando su rostro al mío.

Me puse nerviosa al instante, sin saber que hacer, y él simplemente depositó un suave beso en mi mejilla para luego irse a su no identificado trabajo.

Una vez adentro de mi casa, con el pulso a mil, mi sonrisa gigante y mis mejillas rosadas, me dije a mi misma

"Me gustas demasiado."

You're not aloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora