-Mamá, soy yo, Lily

-Hija mía, estaba preocupada por ti. ¿Por que no habías llamado?

-Es que llegue agotada, me quede dormida y... lo olvide.

-Tu siempre tan distraída, Lily –soltó una carcajada.

Así dure hablando con mi madre como diez minutos hasta que tocaron la puerta.

-Mamá, tengo que colgar.

-¿Tan rápido? ¿Pero porque?

Vuelven a tocar la puerta.

-Es que saldré con una amiga –dije mirando la puerta.

-¿Tan rápido y ya hiciste amigos? Esta bien hija, cuídate mucho.

-Lo hare, te amo, adiós.

-También te amo, chau.

Fin de la llamada.

Corrí hasta la sala y abrí la puerta.

-¿Porque tardaste tanto? –dijo Maya entrando a la sala.

-Lo siento, es que estaba hablando por teléfono con mi madre.

-No hay problema, ¿ya estas lista?

-Si, déja que tome algo de dinero y nos vamos.

Fui a mi cuarto, tome algo de dinero de mi cartera y lo guarde en mi bolsillo trasero junto con mi celular.

-Estoy lista, vámonos.

Tome las llaves de la casa y cuando nos encontramos afuera cerré con seguro. Tomamos el ascensor y cuando salimos del edificio ya nos esperaba un taxi abajo. Subimos en la parte trasera y Maya le dio una dirección al taxista y arranco.

***

Treinta minutos hicimos de camino cuando ya nos encontrábamos afuera de una gran casa. Pagamos y bajamos del taxi. Había adolescentes por doquier y la música ya estaba en mis oídos.

-Ven, entremos –dijo Maya tomándome de la mano.

No podía creer la cantidad de personas que había afuera y adentro de la casa, apenas se podía caminar por ahí. Había chicos con sus parejas bailando y uno que otro toqueteándose. Maya y yo salimos al jardín donde se encontraba una piscina con chicas y chicos nadando en traje de baño. Todos se me quedaban viendo, supongo que era porque nunca me habían visto, tal vez se preguntaban quien era.

Llegamos con un grupo de chicas y Maya las saludo.

-Hey, hola chicas, ella es Lily y se acaba de mudar a Londres. Lily, ella es Hannah –dijo apuntando a una pelirroja- ella es Alexis –dijo apuntando a una castaña- y ella es Savannah –dijo apuntando a una rubia.

Todas me saludaron y continuaron con su plática, yo no estaba poniendo atención ya que tenía curiosidad y comencé a ver toda el área. Era un lugar enorme, chicos y chicas corriendo en traje de baño, otros bailando, unos toqueteándose y otros charlando. Cuando de repente mis ojos se toparon con los ojos de un chico. Alto, fuerte y su cabello era rizado. Estaba con un grupo de amigos, todos platicaban y el solo me miraba. Traía unos vaqueros ajustados a sus piernas, unas converse blancas y una camiseta negra. El continuaba mirándome así que voltee la cara y volví a la conversación de las chicas, pero estaba perdida en mis pensamientos como para poner atención a esa platica.

-¿Estas bien? –dijo Maya sacándome de mis pensamientos. Las otras chicas seguían hablando entre ellas.

-Si, es solo que… -dije mientras volteaba a ver ese chico que aun seguía viéndome. Al parecer Maya se dio cuenta y puso sus ojos donde yo estaba mirando. Nos quedamos un minuto en silencio cuando ella hablo.

-Si yo fuera tu, me alejara de el –dijo. Me había dejado un poco sorprendida su respuesta.

-¿Porque? –pregunte inocentemente.

-Es peligroso… 

You are mine (EN PAUSA)(EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora