Capitulo 17: Jamas

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No tengo la menor idea de lo que hacen mis padres aquí.
Mis nervios me carcomen, quiero saber porque rayos vinieron.
¿Por mi?
No lo creo, no creo que me quitaran el ultimo día en Hogwarts.
No podían ser mas crueles e injustos.
"CRUEL ES BUENO" okey, no es el momento.
Siento mi respiración agitada y si pudiera sudar seguro sudaría frío.
El profesor Dumbledore camina tropezándose con su túnica por lo rápido que va. Detrás de el esta todas las personas de su despacho.
Ya faltaba poco para llegar a la enfermería y tenia un pánico tremendo.

¿¡Que, si mis padres decidieron adelantarse!?

Aun no estoy preparada para irme, e soñado estar aquí y conocer a estas personas por años. No puedo irme, no quiero irme. Tal vez este tiempo simplemente no asimilaba lo que significaba estar aqui. Y ahora que mis manos tiemblan y mi corazón palpita tan rápido, siento lo que realmente significa este lugar para mi, y mucho mas importante que eso. Cuanto significan estas personas para mi y lo mas lindo es que puedo decir que yo también les importo a ellos.
Las lagrimas amenazan con salir a mares y yo trato de controlarlas mordiéndome ahora mi tembloroso labio.

Solo unos pasos para llegar y la imagen que tengo frente a mí contrasta mi estado de animo.

¿Debería creer este panorama?

Son mis padres arrodillados a cada lado de mi cuerpo moribundo. Mi madre acariciaba la parte exterior de mi mano y mi padre quitaba mechones rebeldes de mi cara. ¿Debería creerles?

No dudo que me amen y me quieran sana, pero cuando realmente necesitaba su atención y ellos decían el típico:

—"Me cuentas mañana, estoy ocupada ahora."

Y mi padre como ya les había contado, no es el mejor para expresar lo que siente.
Es triste que necesitara que algo le pasara a su hija para demostrarme su cariño.

Nos acercamos a ellos mas lento de lo normal como si estuviéramos esperando la peor de las noticias.

—Pero que sorpresa Señor Hernandez.—habló Dumbledore con sutileza. Casi como si pensara que una bomba explotaría en cualquier mili segundo.

—Para nada, no es ninguna sorpresa.—dijo frío mi padre.- Teníamos un trato.

—El cual expira mañana...

—En efecto. Pero mi esposa y yo acordamos venir, creíamos qué tal vez habían resuelto el problema.— habló súbitamente e interrumpiendo de manera irrespetuosa a Dumbledore.

Dumbledore calló a las sospecha que mi padre se creo en su cabeza y su cara cambio de una sonrisa amable a una linea fina y recta creada por sus arrugados labios.

—Tristemente nuestro cometido falló. Está claro que no logramos despertarla de su trance.— admitió con claro dolor.

—Bueno no me esperaba mas de un montón de lunáticos.— escupió con firmeza. Y eso hizo explotar mi paciencia. La furia corría por mis venas como una fiera enfurecida. No se en que momento empuje a mi padre con tanta fuerza que cayó en las bandejas de medicamento.
Me sorprendí tanto que mi enojo cambio a preocupación. Voltee a ver a la audiencia que presenció mi acto y sus ojos se dirigían a mi padre que ahora se retorcía en el piso. Nadie hablaba nadie se movía.

—¿Que esperas muchacha? ¿Una invitación? ¡Ayudalo!.— esa era Madame Pomfrey que hizo que mi madre impactada, reaccionara.

Creí que alguien en la sala me reprendería por lo qué hice, pero no sabia que aun era invisible a los ojos de todos.
Es obvio que Dumbledore lo sabía pero no hacia mas que mirar con los ojos bien abiertos.

—¿Pero que rayos fue eso?— dijo un muy asustado Ron.

Nadie contesto a su pregunta, simplemente miraban como Madame Pomfrey atendía a mi padre en una camilla que se encontraba al lado de la mía.

Una Simple Muggle. EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora