Capítulo 9 "¡Contrólate!"

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—Gracie, ¿estás bien?— preguntó Newt preocupado.

No emití una respuesta. Simplemente no podía, era totalmente desesperante actuar en contra de mi voluntad.
De repente mis dedos se contrajeron formando un puño que salió disparado directamente a su pómulo derecho; él cubrió la zona en la que había plantado el golpe. Por segunda ocasión mi puño intento plantarse en su rostro, esta vez lo detuvo envolviéndolo en su palma.

—¿Qué esta pasándote?— exclamó exaltado.

Mi mano se encontraba palpando la superficie de la mesa, simplemente buscando; unos segundos después tomé unas tijeras con punta que estaban reposando sobre esta.
Las apunte a su rostro amenazante. El detuvo el brazo en el que sostenía el objeto punzo cortante y me lanzó al suelo, sostuvo mis puños con ambas manos recargando todo su peso sobre mí.

—¡Contrólate!— gritó.

Lágrimas comenzaron a brotar, al parecer quien fuera que estaba controlándome no tenía el poder sobre mis sentimientos. Mis labios continuaban sellados.
Observé como Minho y Thomas llegaron a la habitación.

—Eso no se hace aquí tórtolos.— gruñó Minho.

—¡Ayúdenme par de idiotas!— manifestó Newt alterado.

Thomas notó el objeto que sostenía en la mano y se acercó rápidamente para quitármelo, Minho corrió junto a Newt y me mantuvieron inmóvil juntos.
Mi cuerpo no dejaba de dar pelea, me movía y retorcía para lograr deshacer el agarre que ambos chicos ejercían en mí, era inútil. Newt me cargó y me puso de pie, yo pateaba sin cesar. Minho tomo mis brazos y los cruzó por detrás de mi espalda. Thomas sujetaba mis piernas mientras que Newt aferraba mi rostro entre su manos obligándome a mirarlo a los ojos.

—Grace, tienes que detenerte.— aclaró guardando la compostura.

Comprimía los párpados esforzándome por detener esa situación de una vez por todas. Me concentré en mis acciones sin obtener resultado alguno. Seguía luchando con ellos sin intención.
Abrí los ojos nuevamente y me concentré en los de Newt, definitivamente estaba angustiado.
Cómo no estarlo, si ni siquiera yo sabía qué estaba sucediendome.
Mi visión comenzó a tornarse borrosa y me tambaleé sobre mis tobillos. Sentí como caí sobre los brazos de Minho hasta que todo se apagó.

—¡Ella es un peligro para todos!— exclamó Gally alterado.

—No lo sabemos aún.— murmuró Minho.

—¡Intentó matarte Newt!— musitó Gally molesto.

—Pero... Algo estaba pasándole.— manifestó Thomas.

—Tenemos que averiguar que estaba ocurriendo y luego sacaremos conclusiones ¿bien?— esta vez era la voz de Newt.

Rasqué mi nuca intentando ponerme de pie, el dolor en las sienes estaba matándome.

—¡¿Qué demonios te sucede niña?!— exclamó Minho asustado.

Traté de emitir una palabra, esta vez era diferente, sabía que tenía la capacidad de ejercerla pero mi garganta amenazaba con desgarrarse si lo hacía. Sin importar lo anterior, hablé con dificultad.

—Yo... Yo no...— balbucee.

Newt me miraba con el entrecejo fruncido, en realidad creía que había intentado matarlo a voluntad.

—Grace, ¿estás bien?— preguntó Thomas aproximándose cautelosamente a mi costado.

—No...— contesté con la voz quebrada. Las lágrimas amenazaban con escapar sin mi autorización.

Minho rascó su nuca y soltó un suspiro.

—Será mejor que discutan esto.—señaló aclarando su garganta.— Los dejaremos solos.

Gally no había proferido ni una sóla palabra desde que me puse de pie. Él, Minho y Thomas se miraron mutuamente para acordar el abandonar la sala juntos, sin más demora los tres salieron al unísono.
Solo quedamos Newt y yo, él mantuvo la mirada fija en el suelo por unos segundos, que para mí fueron una eternidad, la levantó lentamente y me miró a los ojos sin expresión alguna.

—Newt...— musité apenada.

—Solo.— me interrumpió.— quiero que me contestes algo Grace, ¿tú querías hacerlo?

-Por supuesto que no.— murmuré comprimiendo los párpados, las lágrimas se escabulleron a través de ellos hasta que no pude contenerlas más, rompí en llanto frotando mi rostro con ambas palmas.

—No sé qué... No sé qué me pasaba.—excusé sollozando.— Jamás haría algo como eso.— lamenté cabizbaja.
Sentí el dedo índice de Newt posarse sobre mi barbilla y levantarla para que lo mirara a los ojos.

—Es lo único que necesitaba saber— exclamó antes de envolverme en sus brazos de forma protectora. Mis emociones se mezclaron provocando un torbellino que se avecinaba directamente en mi estómago. Ubiqué mis brazos sobre su pecho mientras él frotaba mi mejilla con su pulgar.

—Averiguaremos todo, te lo prometo.— profirió recuperando el aliento. Asentí sin soltarlo.

—No quiero que vuelva a ocurrir.— titubeé recargada sobre su hombro.

—No pasará.— contestó besando mi frente.— Ven, te llevaré a tu habitación.— manifestó entrelazando mi mano con la suya.

Me puse de pie cuidadosamente para evitar aturdirme después de haberme desmayado por una cantidad de tiempo desconocida.
Sentí un fuerte punzar en la cabeza y cerré los ojos para tratar de olvidarme de aquel repentino dolor, cuando todo desapareció abrí los ojos nuevamente para encontrarme con la mirada preocupada de Newt.

—Estoy... Estoy bien.— aclaré con una sonrisa forzada.

Newt aferró su mano con más fuerza a la mía y salimos de la habitación juntos.
Llegamos a la puerta de mi dormitorio y entramos, me senté con pesadez sobre el suave colchón y solté un ligero suspiro.

—Todo se resolverá, Gracie.— aseguró con una media sonrisa.

Me recosté sobre la cama boca arriba hasta que el cansancio empezó a apoderarse de mí; mi cabeza cayó ligeramente hacia la derecha para tenderme en una posición más cómoda. Sentí el suave aliento de Newt en mi nuca, lo cual me provocó escalofríos, con él a mi lado me sentía segura; definitivamente él haría hasta lo imposible por protegerme.
Después de unos minutos por fin caí ante el cansancio.

The Dome | Maze runner| EN EDICIÓN Where stories live. Discover now