Siete

5.7K 305 6
                                    

Hoy quiero inflamarme el alma, a punto de sentimiento sincero. De ese del que no todos saben dar. De ese que yo siento en silencio. De ese que desearía pudieses sentir.  Cédric reflexiona mientras ve la foto del perfil en twitter de Jürgen. Se aligera el tráfico, conduce con apremio. Hoy es la víspera del cumpleaños de Jürgen. 

"Más te vale que hayas ido a clases. Te estoy esperando afuera, petit lapin", le escribo a su cel, algo jadeante, pues he corrido para llegar a su salón de clases: no llegué a tiempo, ya había iniciado su clase. Mientras espero afuera, una chica me dice que si voy a entrar también, le digo que no, que espero a un amigo. Ella insiste y al ver un paquete envuelto en papel de regalo, "si gustas le puedo dar el recado". Como se demora en salir, cavilo y creo en la posibilidad de dejar mi regalo, ya se está haciendo tarde y debo regresar temprano por coas que debo hacer mañana,  pero reflexiono y no quisiera que terminase en manos equivocas, así que desisto de esa idea y le digo respetuosamente que no gracias.

Miro las manecillas de mi reloj, me indican que ya es hora de partir. Le he llamado tres veces y nada. Así, comienzo el camino de retorno a mi depa. Cabizbajo. Quizás está en examen y por eso no me responde, me consuelo con esa posibilidad. Ya me escribirá luego, espero.

Cuando estoy ya en la playa de estacionamiento de su facultad, una voz que poco a poco se siente cercana me llama, volteo y es él. Al llegar hasta mí, me abraza con efusividad. "Cédric, perdona por no responderte. Tenía el celular en mi mochila. Wow, ¡qué sorpresa! ¿Eso es para mí? ... Me haces sentir mal". Yo le pregunto porqué dice eso. Él dice que se siente una mala persona, por la distancia implantada entre nosotros. Le digo que no se preocupes que fue algo de ambos. Para no hacernos daño.

No digas eso, mejor toma este presente, Jürgen. Tenía que verte y dártelo en la víspera, pues tenía la necesidad de que nuestros caminos se volviesen a encontrar. Tu cumple fue la excusa perfecta. Me vuelve a abrazar. Su aroma me lleva de nuevo a esas tardes en que no teníamos miramientos en prodigarnos afecto.

"Hey, ¿ese no es mi profe?", interrumpe el abrazo Jürgen. Luego llama a uno de sus compañeros de aula, quien le confirma que se ha suspendido la clase. Tengo suerte, pienso y me animo a decirle: "¿Tú crees que podríamos ir a cenar, aunque sea un ratito?". Claro, Cédric, espérame voy por mi mochila. 

Subimos a mi auto y lo llevé a ese parque donde nos vimos por primera vez. Nos sentamos en la misma banca, y recordamos todas esas travesuras, las insanias mías, las suyas, las nuestras. Nos reíamos de ellas. Pero el invierno era cada vez más intenso conformo avanzaba las horas. Le invité a mi depa, le dije que si deseaba podríamos ir a otro lugar, él dijo que no, que estaba bien. 

Antes de entrar le dije que el depa estaba super desordenado, que no pensaba en traerlo aquí. Él estaba siempre alerta a que no le fuese a robar un beso. Lo sabía, presentía que podría dejarme llevar por las nostalgia. No tenía la valentía para estar frente a ti nuevamente, Jürgen. Verte sin la posibilidad de perderme en tu mirada, sin poder perderme en las dunas de tu espalda, o conquistar los dominios de tu piel. Ahora se erigía una "frontera" entre nosotros.

¿Por que me miras así, Cédric? Sabes que me siento mal con esa "frontera", pues el hecho de estar aquí le podría incomodar. Por favor, no hagas que tenga que irme tempranamente. Lo miro, le digo que está bien. Que me disculpe.

Jürgen sonríe, observa los cambios en el depa de Cédric, se va a su habitación como acto reflejo, tantas veces ha estado ahí. Ve que la decoración es distinta, de reojo ve una check in, ¿Washington? En una esquina, algo escondidas, unas maletas. Cédric no le ha dicho nada. ¿Es esta una despedida?

Las horas entre conversa y conversa se han ido volando. Cédric abraza nuevamente a Jürgen,  se separa un rato. Confía en mí, dice Cédric dándole un beso en la mejilla. Ya es hora de irnos. Se hace tarde. 

Los amigos salvajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora