milkshake

d o s

¡Lunes! ¿Por qué tanta emoción? Oh, día en el que Louis acostumbraba a ir al local de malteadas.

Los ojos de Louis tenían otro brillo, uno de emoción. Claro, siempre se emocionaba al ir al lugar, pero la emoción de hoy era diferente.

Iba a ver al chico de ojos lindos otra vez. Bueno, eso suponía, si es que el chico iba otra vez.

Al entrar al local comenzó a ver por cada rincón, buscando al chico. Su rápida mirada se detuvo al ver una malteada de arándanos sobre la misma mesa donde había visto al chico la última vez que fue al lugar. Era él.

Una melena llena de rulos, unos orbes verdes totalmente brillantes y unos labios perfectos. Louis no pudo adivinar el color de estos, pero sabía que se verían mejor si estuvieran cubiertos de malteada de fresa.


"Un poco de rosa no le iría nada mal a la vida del chico.

Y un poco de morado no le iría nada mal a la vida de Louis".


Sin más preámbulos Louis entró al bello lugar. Siempre acostumbraba a ir con su mamá y con su pequeña hermana, Fizzy. Ella siempre usaba vestidos de color rosa cuando iban al local. Louis supone que se acostumbró y adoró tanto a ese color que lo adquirió de manera permanente, aún lo tenía en su mente luego de lo sucedido.

Caminó con rapidez hacia la caja y pidió con total amabilidad una malteada.

Luego de lo sucedido pensó que no volvería al lugar, que no volvería a su casa, pero lo hizo. Simplemente no se olvidó de eso, y pensó que sería algo lindo recordar todo lo que había pasado en sus buenos momentos; como ver a su hermana con el color rosa mientras bebía una malteada de fresa.

Había demasiada historia detrás de ese color, detrás de la obsesión de Louis por él.

Tomó la malteada en sus manos y le pagó a la mujer. Luego de ello, se sentó en la misma mesa de siempre. Observó fijamente al chico. Louis no se dio cuenta, pero el chico estaba viéndolo de la misma manera en la que Louis lo veía a él.

El verde estaba conociendo al azul.

Harry no era tímido, por lo que se levantó de su asiento y caminó hacia la mesa en la que yacía Louis, bebiendo de a ratos su malteada, con su mirada fija en el rizado.
Se sentó en frente a Louis, sonriendo. Por algún motivo el tener la mirada del oji-azul lo ponía demasiado feliz. Pero cuando el chico quitaba su mirada de él para tan siquiera ver la hora en su reloj, Harry sentía que quizás ya no volvería a tener su atención. Pero no, luego la mirada del oji-azul volvía a él.

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¡Hola! ¿Les está gustando el fic? Si tienen dudas pueden aclararlas preguntándome cosas en los comentarios, o mandándome un mensaje.

Los dejo con la intriga, bebés. Oh, quería decirles que actualizaré dos veces al día. Obviamente los capítulos serán largos, éstos dos son cortos porque quería que la intriga llenara todos sus cuerpos, pequeñas. Pero como soy una buena persona actualizaré a la noche con algo con un capítulo largo para que no me maten.

Espero que este fic crezca y que ustedes crezcan con él.

Shaya.