Lighgon y las Armas del Dragón [Editando]

CAPÍTULO XV: RETORNO

Una de las nuevas habilidades del chico junto a Burst Prana Mode, Skaiter, Dash Tempest y Ten Touch.
Estas junto a la Crimson Armor le daban un increíble poder al chico.

Montó a su Servant, aquella poderosa bestia que lo había entrenado y le había dado tal poder, el poder necesario para rivalizar a un Guardián o las mismas armas del dragón.

Pero él no era el único que se dirigía a dicha Ciudad, Aria y Mía volaban hasta Ciudad Parsce para comenzar su viaje al norte a la casa de los Vanford, de los cuales se presumía saber información y la ubicación del arco de Glacies.

Ciudad Parsce

Les llevó mediodía llegar a Ciudad Parsce a las dos bellas chicas.
Unos mensajeros de los Akasha las esperaban para llevarlas en un carruaje a Icekas lugar donde se encuentra la casa Vanford.

Por su parte Reiji acababa de llegar, como siempre Lyon estaba en el sello al entrar en la ciudad. Camino al mercado y lo vio, ahí estaba un caballero negro, el caballero negro que estaba buscando.
Se acercó a él y tocó su hombro.

—Te estaba buscando —dijo Reiji con el rostro tapado.

— ¡¿Qué quieres, niño?! —respondió el caballero.
—Llévame a la Fortaleza de tu señor —dijo el chico.

—Idiota —dijo mientras sacó su espada.

El caballero dio un salto hacia atrás y se lanzó a gran velocidad contra Reiji, llevaba su espada con intención de cortarlo, pero este dio un gran salto y lo esquivó, estando en el aire dio un giro y caía de picada a darle una patada al caballero, Reiji golpeó la nuca de su oponente.

El adolorido caballero se levantó nuevamente y tocó el suelo, picos salían de la tierra, las personas corrían para no ser dañados por esta batalla, el chico dando saltos lo evito.

—Qué débil eres —dijo Reiji.

— ¡¿Débil?! Ya verás.

Unos grandes pilares de tierra se formaban y eran lanzados contra el chico, sus puños comenzaron a emanar una luz la cual era concentración de Maná, cada pilar era golpeado por los puños de Reiji y convertidos en escombros.

—No servirá —dijo Reiji—

Uso Dash y apareció frente al caballero y lo tomó del cuello.

—Ahora sí, ¡¿Me dirás la ubicación?!

Su rostro aún permanecía cubierto, el fuerte viento soplaba.
De pronto una llamarada se acercó al chico a gran velocidad y este tuvo que soltar a su oponente para evitarlo.
Era un ataque de Aria.

—Deja al Caballero Negro —dijo Mía— no tienes derecho a matarlo.

Aria invocó sus guantes y uso el Dash para acercarse, mandó una gran patada que el chico bloqueó fácilmente, la chica comenzó la lanzar patadas y golpes y cada uno era esquivado o bloqueado sin importar a la velocidad que lo hiciera, este era el poder de los ojos de Eon.

Mía noqueó al caballero y observaba la batalla, una gran concentración de Maná se presentó en la mano del chico en pocos segundos y lanzó un poderoso golpe, pero la chica puso sus brazos frente a ella y lo bloqueó, pero fue impulsada diez metros hacia atrás por su poder.

Era impresionante alguien le estaba dando batalla a la prodigio de los Akasha, tres copias de la chica aparecieron era el Triple Dash el cual estaba utilizando, pero las tres fueron destruidas por el Dash Tempest de Reiji, la habilidad que le permitía estar en varios lugares a la vez. Ella no sabía quién era ese chico el cual tenía su rostro cubierto, ahora se encontraban en una batalla de velocidad era el Triple Dash contra el Dash Tempest, solo se escuchaba el sonido de las ondas de choque y dos luces chocando entre sí a una increíble velocidad, si bien en Triple Dash era una habilidad que por su gran velocidad parecía que estuviera en varios lugares al mismo tiempo pero no lo era, a diferencia del Dash Tempest que sí, el Triple Dash era sólo reflejó y el Dash Tempest era estar en varios lugares al mismo momento.

Aria dio un salto hacia atrás y lanzó una llamarada en contra del chico. Pero éste simplemente la separó en dos con su mano la cual concentraba mucho Maná.

— ¡¿Quién diablos eres?!

Ella no recibió respuesta alguna, bueno ninguna verbal pero si una física, a gran velocidad el chico apareció frente a ella y golpeó su estómago cayendo esta de rodillas.

— ¡¿Q-quién eres?! —preguntó nuevamente.

Mía invocó la Holy Sword rápidamente, pero notó algo que le llamo la atención era una marca en la mano derecha del chico, era la misma marca que Reiji portaba luego del contrato con Lyon.

— ¡¿Reiji?! —gritó la bella chica.

Y el chico descubrió su rostro, era él, sus ojos ahora eran rojos y había derrotado a su prima, su cabello plateado desaliñado era movido por una fuerte brisa.