Tomé un sorbo más, siendo testaruda.

Blanqueé los ojos. ¿Podría él dejar de ser el cosplay de un abuelo por un minuto?

De pronto, una chica comenzó a vomitar algo rosado a mi lado. El líquido grumoso nos cubrió tanto a Cárter y como a mí.

—Perdón —se disculpó.

—No hay problema.

Sí había un problema: Esto solo me daban ganas de vomitar a mí también, sobre todo después de que mi gag reflex haya sido testeando por el puto trago que quise pedirme.

Así que cuando estuve sola en el baño, vomité a solas.

Esto me hacía recordar la vez que había sospechado estar embarazada. Preocupada, me levanté la blusa y me miré en el espejo. Una chica a mi costado estaba retocándose el maquillaje mientras que un grupo consolaba a una desconocida cuyo novio la había dejado sola en su cumpleaños.

Noté apenas una diferencia en mi vientre pero eso debía ser por las comidas llenas de calorías que habían en el barco ya que no teníamos verduras ni ensaladas almacenadas en él.

Me sentía de lo peor.

Entonces noté algo extraño: la chica que nos había vomitado encima... estaba hablando con alguien en uno de los cubículos.

—Semidiosa jugosa para mí pequeño...

—Vámonos —le dije a Cárter, quien asintió. Parecía querer seguir probando su puntito de que las fiestas eran horribles.

Cuando salimos, la brisa de la calle era fuerte. Aceleré el paso.

—¿Pasa algo?

Había algo de preocupación en su rostro. Me detuvo del brazo.

—Quizás. No lo sé. Escuché algo, pero no sé si es cierto...

—Puedes contármelo.

—Chica vómito hablaba con alguien en el baño. Dijo algo sobre una jugosa semidiosa y...

Algo explotó tras nosotros.

Era un dragón.

Tomé su brazo con todas mis fuerzas y lo jalé para doblar a la izquierda. Noté un par de personas dejando atrás un vehículo con las llaves aún puestas. Le indiqué que me siguiera.

No tenía idea de qué podían ver los mortales, pero imaginaba que no podría ser algo normal, pues el pánico comenzó a cundir cuando el monstruo se puso a quemar las señales de tránsito.

Cuando entré al auto, noté que este tenía el volante en el lado equivocado.

—¡Fuck me! —grité.

Algo me decía que Carter conduciría como una abuela.

—Lenguaje.

—¿Si quiera sabes conducir? —le pregunté mientras él se ponía el cinturón de seguridad. —Vamos a ser un rico plato de semidiosa y mago si no te apuras.

Comenzó a retroceder para salir del cubículo.

—¿Quién crees que le enseñó a Sadie?

—Nos vamos a desvivar.

—¿Por qué tan poca confianza? —preguntó, moviendo palanca de cambios.

Cuando pisó el acelerador, sentí como si mi fantasma se hubiese quedado atrás.

—¿Por qué nunca dijiste que participabas en carreras de Nascar?

Se rio.

𝖗𝖊𝖕𝖚𝖙𝖆𝖙𝖎𝖔𝖓 (𝐶𝑟𝑜𝑠𝑠𝑜𝑣𝑒𝑟 𝑅𝑖𝑜𝑟𝑑𝑎𝑛𝑣𝑒𝑟𝑠𝑒)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora