capitulo 5: Odio la mostaza...

1.1K 87 27
                                    

Hace años que no me sentía tan asustada, cuando ni siquiera soy yo quien esta embarazada. Jebediah viene constantemente después de la universidad para hablar conmigo o simplemente para tomar una cerveza y relajarse en la pequeña terraza que Rubén nos presta.
Aveces pienso en que le sirve a ver tomado un par de clases de psicología y no poder aplicarla en si mismo.

- Estas en cuenta que por tu culpa hace tres semanas que no tenemos acción. -
Me pongo roja y mi hermano sólo atina a soltar su cerveza vacía.

Ruben la acaba de cagar y muy bien. Nadie sabe sobre nuestra relación y que mi hermano se entere por un comentario «hace tres semanas no follamos» casi restregado en la cara es la peor manera.
Casi ahorcaba a bartolo por ponerme las manos encima.

- ¡Rubén!. -
Grito completa roja, dejó mi lugar en el borde que rodea la terraza y lo empujó entre la cortinas y la puerta.

Antes de decir o hacer algo más jeb entra a la sala revisando su teléfono.

- Lih la esta pasando mal. Tengo que irme. -
Lo guarda en su bolsillo trasero.
- ¿Alguna idea que puede calmar las náuseas y antojos?. -

- Letémi...
Decimos al mismo tiempo Rubén y yo.

∆∆∆

Cuando jeb se va con la receta de letémi en las manos regreso a la terraza con Rubén.

Esta terraza tiene una vista increíble del gigantesco patio trasero, pronto comenzarán a construir una fuente en el centro del jardín que por lástima tendrán que quitar las rosas que hacen un círculo perfecto.

Minutos después estoy recostada sobre el pecho de Rubén mientras el se recarga en la pared de metro y medio que rodea la terraza.

- Empiezo a notar los síntomas de la abstinencia. -

- Ya lo creó... -
Lo descubrí dándose placer hace dos días.

- Supere mi marca. -

- Pasaste de cuatro días límites sin acción a poco menos de un mes. -
Juega con mi trenza quitando la goma y sacando pequeños mechones de los más grandes.

- Voy a salir esta noche. -
Dice con calma.

- Bien, más vale que no me entere de alguna gemela caliente. -

- ¿Por quien me tomas, amor?. -

- Por Rubén doblas gunter. Una prostituta de esquinas con valor de 2 euros. -
Bufa y muerde mi cuello.

- Sabes que mi apellido no es así. -
Habla con tono molesto.

- Si, lose pero no se pronunciarlo y lo sabes. -

- Te muerdes la lengua...

- Ajamh...-
Le doy como única respuesta.

- ¿Como cuando te hago el amor?. -

- ¡Rubén!, basta con las insinuaciones sexuales. -

- ¿Por que?. -
Rodea mi cintura acercándome hacia si.

- Porque suenas como un amigo de travis. Trabaja vendiendo perritos calientes y siempre que atendía a alguien preguntaba "¿Como le arreglo la salchicha?" con obvias insinuaciones sexuales.-
Rubén suelta una carcajada que casi me deja sorda.

Hija de la empleada- ElrubiusOMGWhere stories live. Discover now