Capítulo 1: You were made from art.

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Oscar Wilde decía que la meta del artista era ocultar el arte. El arte es un concepto abstracto, lleno de belleza, y desde la época barroca era válido la estética de lo feo dentro la concepción del arte. Louis amaba el arte, sin saber que él era arte, porque todo puede llegar a ser arte, pero no todo es arte.

Louis creaba arte siendo a la vez la misma,

Solo que no estaba consciente de ello,

Louis no se sentía parte de lo bello,

Como parte de lo bello Louis era arte,

Y como todo gran artista ocultaba su arte.

Un mechón comenzaba a descender tanteando su frente humedecida al ritmo que sus pestañas jugueteaban golpeando aleatoriamente sus mejillas. Su cuerpo se encontraba dando saltos algo torpes y ya a un ritmo bastante lento. Sus pensamientos volaban en distintas en su esfuerzo fallido por alejarlos intentando coincidir nuevamente con ese cumulo de nervios que le producía un placer infinito. Louis se sentía tan lleno, pero a la vez tan vacío, era como si no sintiese nada en absoluto, y el hombre bajo él no era más que un paréntesis en el caos llamado existencia.

Sus ojos empezaban a cristalizarse nublando su visión haciendo que aquel rubio que se encontraba bajo él se volviese un borrón sin forma, un hermoso borrón, que cuando se esforzaba en enfocar la vista creaba un bello paisaje lleno de azul y amarillo.

Colores fríos y cálidos lo abordaban recorriendo cada espacio de su delicado cuerpo. Eso era lo que el castaño sentía mientras masajeaba su miembro con sus finos dedos al compás de las embestidas que el hombre bajo su cuerpo otorgaba. Su mirada estaba perdida pero a ratos se permitía otorgarle una sonrisa a aquel extraño que sin dudas ya había olvidado por completo su nombre.

-¿Puedo tomarte una foto luego?- Preguntó el castaño con el aire atrapado en su garganta.

El extraño frunció el ceño ante la repentina pregunta mientras el curvilíneo se encontraba con su miembro dentro de él. Asintió mientras aceleraba el ritmo de sus embestidas. Louis podía sentir cada vena acariciando los aros de su interior aterciopelado. Se sentía tan caliente. Tan real. Como colores y existencia.

Su ojo izquierdo comenzó a cegarse totalmente hasta el punto de que solo podía ver escasamente con el derecho. Finalmente las mariposas revolotearon en su vientre y se vino manchando su propio abdomen y del chico amarillo y azul que ya era un borrón.

Louis se vino, y al tiempo el rubio sin nombre también.

El castaño se bajó de aquel hombre acostado soltando un silencioso gruñido cuando sintió el vacío que le ocasionó la salida del miembro ya algo flácido que estaba en su interior. Se dirigió a su bolso que estaba en alguna parte del cuarto algo oscuro. Empezó a tantear el piso ya que su visión le fallaba, hasta que finalmente dio con aquel morral donde sacó su cámara polaroid.

Levantó su rostro en su esfuerzo de descifrar si el amarillo se había quedado dormido. Sintió la respiración pausada haciendo eco en la habitación y camino hacia delante tomando la cámara en sus manos. El borrón de abdominales idealizados por la poca definición de su vista tanteaba entre el sueño que le había producido aquel orgasmo y estar alerta ante el movimiento del castaño que se subió a la cama colocándose de rodillas para con sus finos dedos ajustar el lente.

Finalmente las yemas de sus dedos dieron con el botón haciendo que la cámara sacara una foto de aquella imagen que no lograba distinguir. Louis se sentía cansado, no solo por el post orgasmo que acababa de tener, sino porque había tenido un largo día en el trabajo. Llevaba casi un año y medio trabajando en una editorial de cierto periódico muy famoso en Londres como fotógrafo de sucesos.

Perfect (all belong to your creation) {l.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora