Tres.
Con los años ha aprendido a vivir en una realidad difusa, a dejar escapar su mente.
Evadirse de la realidad y de los tristes neones que alumbran cada noche su desnudo cuerpo.Durante el día ella quiere sentirse una chica normal, camina por el paseo marítimo con su abrigo de fieltro añil cerrado hasta el cuello, y sobre su rubio y rizado cabello un gorro grueso de lana del mismo color. Le gusta usar sus gafas de grandes cristales negras, le hace sentir como las grandes literatas a las que adora.
Cada día tiene la misma rutina, pide su té verde calentito con limón y un terrón de azúcar en un vaso de papel para llevar. Lo coloca sobre el reposabrazos del ultimo banco, desde el que puede observar toda la bahía. Saca de su bolsillo su libreta negra con la torre Eiffel tallada en plateada purpurina cerrada con un suave lazo rosa.
Desde niña su gran sueño había sido llegar a ser una gran poetisa, que algún día sus versos los estudiaran en el instituto.
Allí, en ese mismo instante de desapego hacia su vida siente que conoce la felicidad.
Efímera.
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Neón
Short StoryAquella joven mujer tenía que vivir una triste vida nocturna que ella no había elegido; se la impusieron. Vive del anhelo de poder huir entre las páginas de su cuaderno donde plasma versos y sueños.