Burning Desire ||n.h|| AU.

#21-Emociones.

SKY.

Dejo mis libros en el casillero que tenemos en el gimnasio, y saco el uniforme para comenzar a vestirme.

—¿Y Lydia?—pregunto a una de mis compañeras. Ella se encoge de hombros y camina hacia los vestidores.

Sacudo mi uniforme, y me dispongo a seguirla.

—¡Sky!— el grito de Lydia, me toma por sorpresa.

—¿Qué ocurre?—pregunto, con preocupación.

—Cuando venía hacia acá, me topé con Harry y Niall.— deja salir, y agarra aire.

Enarco mis cejas.

—Se supone que debemos toparnos, no sé si te des cuenta, pero estamos en el mismo instituto.— murmuro, dándome la vuelta.

—Oh, no seas idiota Sky.— espeta, a mis espaldas.— Ni siquiera me dejaste terminar. Lo que quería decirte, es que me topé con ellos, y Niall iba golpeado.— me giro con rapidez.

—¿Qué?

—Como escuchaste, no se la razón de que este así, pero creo que deberías ir a verlo.—dejo en una de las bancas que hay en medio de los casilleros y salgo con prisa del gimnasio.

Lydia viene detrás de mí.

—Deben estar en la enfermería.— murmura, dando vuelta en uno de los pasillos. Afortunadamente no hay nadie, ya que, todos están en clases.

—¿Está segura de que era Niall?— le pregunto con preocupación.

—Claro que estoy segura, no creo que haya dos Niall's en la escuela.— ruedo los ojos, y detengo mi paso frente a la puerta de la enfermería.

Dejo salir un suspiro, y giro el pomo.

Encuentro solo a Niall y Harry. Entro con cuidado, y Lydia me sigue. Sus cabezas se giran hacia la entrada, veo el rostro del rubio, y ahogo un jadeo. Tenía marcas rojas por sus mejillas.

—Sky, ¿Qué haces aquí?— pregunta, haciendo un esfuerzo por no quejarse. Se toca sus costados, y aprieta sus labios en una línea recta.

—Creo que es obvio que hago aquí.— murmuro, poniéndome frente a él.

Harry nos observa unos segundos. Niall le hace una seña con su cabeza de qué salga. Lydia lo sigue, dejándonos a solas.

Muerdo mi labio, y acerco mi mano a la suya.

—Me preocupe.— trago saliva, viendo a sus ojos.

—No tenías por qué hacerlo.— murmura, apartando su mano.—Pero ya que te has tomado la molestia de venir hasta aquí, te diré que estoy bien, ahora puedes irte.— Entre abro mis labios, confundida por su cambio de humor.

—¿Qué?—balbuceo, alejándome un poco.

—Escuchaste perfectamente, vete de aquí, no necesito de tu lastima.—Espeta.

—¿Lastima? ¡¿Crees que estoy aquí porque te tengo lastima?!— no lo dejo hablar.— Estoy aquí porque me importas...

—¿Te importo?—Ríe.— Dime.— se pone de pie, con esfuerzo.— ¿Te importe cuando dejabas que Zayn te follara en el estacionamiento?

Podía asegurar que la sangre había abandonado mi rostro. Entre abro mis labios, peor no logro decir nada.

—Entonces es cierto.— afirma, tensando su mandíbula.