Capitulo 53. Me debes un desayuno

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¿Hay algún problema con que sea chaparra? Se que no alcanzo muchas veces algunas cosas, pero mi tamaño me suele ser útil varias veces. Aparte no es como que ser enano sea realmente un problema. Maldita loca quince centímetros más alta que yo me las pagara.

—... aparte no solo eso es realmente torpe, te meterá en todo tipo de problemas. Estarás tan cansado de eso que te hartaras yo solo quiero prevenirte y decirte que ella no es para ti.

Aunque la odio, me duele todo lo que está diciendo, al final de todo yo si la consideraba como una amiga y ella siempre nos vio como accesorios. Me duele saber que alguien a quien yo adoraba me este apuñalando de esa manera. Criticándome como si tuviera el derecho de hacerlo, menospreciar a alguien por lo que es, definitivamente es lo más ruin que alguien puede hacer. No es justo. Mi cara empieza arder, me dan ganas de lanzarme contra ella y rasguñarla en su cara.

Pero no lo hago por dos simples cosas.

Primera, debo aprender a controlarme y no querer solucionar todo de la mala manera.

Y segunda, no puedo rasguñarlas porque me muerdo las uñas... por lo que no tengo herramientas para poder causarle dolor.

Claramente es más la primera que la segunda, no es como que si realmente tuviera uñas lo haría, claro que no. Me iría al lado pacifico, si claro.

Cuando me imagino que Matías la dejara hablando sola y por fin de ira de ahí, es cuando lo más raro de todo esto sucede.

Matías voltea hacia el cielo, observo que toma una gran bocanada de aire y sin más grita por unos cuatro siete segundos. Después suspira y voltea a verla, y empieza a hablar fuerte.

—Ya, ya, ya basta, jamás había conocido a alguien tan agotador. Eres la primera que siento que me volverá loco, mas que Amber —Ugh, golpe Bajo—, por favor, te lo suplico, es más te lo ruego, en serio Aranza, por favor te lo imploro déjame descansar de ti de una vez por todas. Ya no puedo, me encuentro agotado.

Estoy muy segura de que mi cara se ve exactamente igual que la de Aranza de sorprendida.

No puedo creer que lo haya hecho.

Volteo a ver a Frederic

Y con las manos imita una explosión.

Así que explotó al final de todo.

Toma a Aranza de los hombros mientras le dirige unas palabras más.

—Por favor, deja de molestarnos estoy cansado... Aranza tu y yo jamás va a suceder porque no me gustas o agradas en lo más mínimo, así que por favor ya déjame ir —Empieza a frotarse varias veces la cara—. Me voy, espero que haya sido la última vez que nos hablemos.

Abro un poco la boca, no puedo creerlo, en serio explotó. No de mala manera, si no de agotamiento.

Empieza a caminar de regreso.

—Ocúltate más —Empujó a Fredric más a la derecha para tratar de ocultarnos más en las gradas.

Nos quedamos en silencio esperando a que Matías se vaya, y regrese al instituto. Así poder completar bien mi misión de ocultamiento perfecto.

Pero por la risita de Frederic se que está misión no saldrá a la perfección de acuerdo a lo planeado.

Volteo hacia arriba y lo primero que veo es un Matías con una ceja levantada, probablemente se esté cuestionando que fregados está pasando aquí y porque me encuentro escondida con Frederic.

Suspiro y levanto el brazo.

—¡Fue idea de él! –Apuntó a Frederic.

—¡Fue idea de ella! —Él me apunta a mi.

My first love [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora